Documentos desclasificados en EEUU muestran que la Casa Blanca ayudó a Saddam Hussein a desarrollar armas de destrucción masiva durante los ochenta y no hizo demasiado para evitar que las utilizara contra Irán y la población kurda. El diario Washington Post tuvo acceso a los informes y reveló que el actual secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, viajó a Bagdad como enviado del presidente Ronald Reagan para normalizar las relaciones entre ambos países, cuando el Gobierno de Hussein utilizaba armas químicas "casi diariamente"

GEORGE W. BUSH
¿Un "predestinado" para dominar el mundo?

"La libertad y el miedo, la justicia y la crueldad han estado siempre en guerra (...). En la guerra contra el terrorismo Dios no es neutral", dijo George Walker Bush el 20 de septiembre de 2001, pocos días después de los atentados contra las Torres Gemelas, en uno de los tantos discursos en los que el presidente de EEUU se acompañó sutilmente de alguna referencia bíblica o de algún principio cristiano, como aquel maniqueo del Bien contra el Mal de "o están con nosotros, o en contra nuestra".
Proveniente de un linaje patricio de Nueva Inglaterra, el jefe de la Casa Blanca, que hoy lidera la primera guerra del siglo XXI, fue diptómano hasta los 40 años, cuando, según la revista Newsweek, le dijo a un amigo de esos tiempos: "Adiós Jack Daniels, hola Jesús". Bush dice que pudo dejar la bebida hace casi 17 años solo por la gracia de Dios.
Por esa época de juerguista, ni su madre, Barbara Bush, tenía esperanzas de que su primogénito triunfara en la política, y ponía sus esperanzas, según sus allegados, en su otro hijo, Jeb, ahora gobernador de Florida, cuenta la agencia France Press.
Muchos años transcurrieron desde ese pasado con una que otra inhalada de cocaína, según la revista Time, hasta que el ex gobernador de Texas pudiera amalgamar sus creencias religiosas con la política. Como gobernador de ese estado ordenó más de 170 ejecuciones.
Su conversión a la fe coincidió con que para 1985 el partido Republicano había ganado el control del sur de EEUU. "El sabía que el activismo y la influencia metodista no solo estaban aumentando, sino que habían sido un factor decisivo", señala Newsweek.
Para 1987, cuando ayudaba en la campaña a su padre, aprovechó para servir de "enlace" con la derecha religiosa. Con otros colaboradores intentó introducir referencias religiosas en los discursos de su progenitor. Pero George Bush padre, también un ferviente religioso, pero menos evidente ante la opinión pública, rechazó la idea. Luego, como candidato, buscó consejo en varios pastores. "Sus ideas de cómo gobernar congeniaban con su fe, y fueron soñadas en sus círculos de fe", añade Newsweek. Después se hizo de contactos con ministros del entonces emergente movimiento evangélico en la vida política, que ahora forman el centro del Partido Republicano.
Pero la ferviente fe de George W. proviene en el fondo, según el diario Clarín de Buenos Aires, del protestantismo calvinista que ha sido el eje de la ideología, en mayor o menor grado, tanto de demócratas como de republicanos. Pero el actual presidente estadounidense marcó, en cierta forma, una nueva manera de gobernar.
El ideólogo conservador David Frum, quien redacta sus discursos y a quien se le atribuye la frase "eje del mal", que amalgama a Iraq, Irán y Corea del Norte, dice que ahora usar traje negro y corbata es obligatorio. También rezar antes de cada reunión del Gabinete. Y aunque no esté escrito en ningún lado ni es una ley, hoy en la Casa Blanca "el estudio de la Biblia no es optativo".
Bush, al igual que los protestantes calvinistas, cree tener una misión divina. "Esta es una parte visceral de la conformación del Estado, del pensamiento político y de la sociedad", dice El País de España.
Martín Iñiguez, especialista en política y religión de la Universidad Autónoma de México (Unam), explica que, como "predestinado", "Bush no necesita ser virtuoso, ya que ha ganado su salvación solo por ser un elegido".
Según esta creencia protestante calvinista, Dios no eligió un grupo de hombres y mujeres, sino a un pueblo en su conjunto -EEUU- para llevar a cabo su proyecto divino en este mundo. Esto explica otras frases de Bush, como aquella de "que lo bueno de ser presidente es que no se tiene que dar explicaciones a nadie". O, "Dios quiere que nosotros estemos en la Casa Blanca". No en vano su autobiografía se llama La misión.
Entonces, ¿qué puede importar la opinión de otros países cuando uno cree presidir la nación elegida para llevar a cabo el proyecto de Dios? La pregunta es de Telma Luzzani, en un artículo de Clarín.

LA FICHA

George W. Bush nació el 6 de julio de 1946, es el mayor de seis hermanos. Por "palancas" de su padre no fue al frente durante la guerra contra Vietnam.
Más tarde, Bush hijo siguió una formación de piloto de caza, donde fue un alumno promedio. Estudió en las universidades de Yale y Harvard. (PBM)

SADDAM HUSSEIN
El hombre que no frena sus instintos

Cuentan que su fama de cruel y despiadado la ganó cuando, en marzo de 1988, ordenó atacar con armas químicas una aldea kurda, en el norte de Iraq. Para evitar un levantamiento de esa etnia, que quiere su independencia, envió una flota de aviones para "fumigar" la población de Halabja con cianuro de hidrógeno. En un solo día murieron 5 000 personas y cerca de 10 mil más resultaron afectadas.
Esto, sin embargo, es puesto en duda por Stephen Pelletier, autor de Iraq and the International Oil System: Why America went to War in the Persian Gulf, y analista político de alto rango de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), quien asegura que el gas mostaza que asesinó a los kurdos fue lanzado por Irán.
De todas maneras, estos "incidentes" se suman al largo prontuario de crímenes que se le atribuyen a Hussein, de quien existen apenas biografías, y las mismas tienen una visión occidental. En ninguna de ellas se da cuenta de que Iraq es un país laico, donde no se practica el fundamentalismo y que después de la revuelta kurda Hussein, le dio gran impulso al desarrollo del país.
"La imagen de matón de Hussein la empezó a forjar desde niño, cuando se divertía poniendo una barra de hierro en el fuego, que luego clavaba en el vientre del primer animal que se le atravesara, arma letal que lo acompañaba en sus disputas callejeras. Además, existe el rumor de que a muy temprana edad mató a uno de sus primos por ofender a su familia y le dio un tiro a un dirigente local del Partido Comunista”, dice El País de Madrid.
Tal vez por ello, antes de cumplir los 20 años, en 1959, un año después de haber ingresado al Baas, le encomendaron la misión de participar en el asesinato del presidente iraquí Abdul Karim Qassem. El golpe fracasó porque Saddam disparó prematuramente y el mandatario resultó herido en un hombro y un brazo. Pero Saddam no volvería a fallar. Cuatro años más tarde, Qassem fue derrocado.
En 1968, Saddam participó en el golpe de Estado contra el presidente Abdul Rahman Arif, y el Baas llegó al poder. En esa época el general Ahmed Hassan al-Bakr, su mentor, ocupó la Presidencia. Saddam se había ganado su confianza y lo nombraron jefe de seguridad del partido, cargo que le permitió dar rienda suelta a sus instintos, se comentó. El periodista inglés Con Coughlin, en una de las pocas biografías de Saddam, cuenta que los miembros de la oposición comunista que caían en sus manos, cualquier miembro del régimen que le despertara la sospecha de ser traidor o un general de alto rango que pudiera ser un rival de peso para sus aspiraciones, tenían como destino el ‘Palacio del Fin’, un lugar donde eran torturados hasta confesar incluso lo que no habían hecho.
Como si se tratara de una leyenda, Coughlin dice que "estos métodos lo ayudaron a convertirse en el líder de su nación y a Bakr no le sirvió de nada haber sido como un padre para Saddam". En 1979, de manera extraña, el presidente apareció en televisión y argumentando problemas de salud cedió su poder a su “fiel jefe de seguridad”. A los cinco días de asumir el poder, Saddam mostró cómo gobernaría su partido y su país.
Todo parecía normal hasta que Saddam anunció tener conocimiento de una conspiración en su contra. Coughlin asegura que “las caras de los asistentes palidecieron cuando, como si se tratara de una alusión a la última cena, afirmó que los traidores estaban presentes". Fueron acusados 55 miembros del Baas y fusilados 22, entre los que se encontraban amigos cercanos del presidente. El video lo vieron todos los iraquíes, asegura Coughlin.
Según algunos testimonios recopilados por Coughlin, su siguiente paso fue acabar con Bakr para quitarse la "espinita". Saddam prohibió a los médicos del ex presidente atenderlo por sus problemas de diabetes y de hipertensión. A cambio envió a su propio equipo para que lo "trataran". Al parecer, le inyectaron grandes sobredosis de insulina hasta que murió.
Ahora, luego de tres décadas en el poder, Hussein, este enigmático líder del que se podría decir no consta en ninguna biografía confiable, libra frente a EEUU un último combate por su supervivencia, que podría reforzar, para muchos, aún más su dimensión de héroe. (PBM)

LA FICHA

De origen humilde, Hussein nació el 27 de abril de 1937 en Tikrit. No conoció a su padre y fue adoptado por su tío materno. Presidente de Iraq desde el 16 de julio de 1979, Hussein acumula los puestos del jefe de Estado y secretario general del partido Baas. Según la revista Forbes, la fortuna personal de Saddam alcanza $200 000 millones. (PBM)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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