Analistas consultados por este Diario opinan que José Miguel Insulza tendría que intervenir en el impasse
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, debería volver a reactivar el procedimiento de "buenos oficios" para tratar de lograr un acercamiento entre los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Colombia, Álvaro Uribe, con miras a solucionar la crisis político-diplomática que ya lleva siete meses. Así opinaron el ex embajador del Ecuador en Colombia Luis Valencia Rodríguez y el ex vicecanciller Marcelo Fernández de Córdoba.
Además dijeron que es necesario empezar a buscar una manera que evite que el impasse suba de tono.
En todo caso, Valencia Rodríguez y Fernández de Córdoba recordaron que el secretario de la OEA recibió el "encargo" de los países de la región para buscar salidas a la crisis.
La última vez que Insulza estuvo en el país fue el 30 de julio pasado, y en esa ocasión, tras una reunión con Rafael Correa en el Palacio de Gobierno, aseguró "sentirse optimista" de los avances registrados entre ambos países para solucionar el conflicto.
La polémica en la crisis diplomática ecuatoriano-colombiana que se inició desde el 1.º de marzo volvió a tomar fuerza este viernes 3 de octubre cuando el presidente Uribe afirmó que no acudiría a la cita presidencial de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en Guayaquil este 14 de septiembre, aduciendo "términos desobligantes" de su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, contra el Gobierno de Colombia.
Ante la negativa de Uribe de asistir a la reunión de la CAN, Correa dijo en su programa semanal de radio que "es increíble, el presidente colombiano una vez más intenta burlarse del Ecuador".
En ese contexto, Correa reiteró que el país nunca olvidará la agresión que sufrió el 1.º de marzo de 2008 "por un Gobierno que consideraba amigo".
Adrián Bonilla, experto en temas internacionales, va más allá e incluso aseveró que este distanciamiento no solo afecta la relación bilateral que está en un punto muerto y pone "casi en estado de coma" a la CAN, además de que echa abajo la posibilidad de negociaciones en bloque con la Unión Europea. "El distanciamiento deja muy mal parada a la CAN y le quita oportunidad para negociar en bloque", manifestó.
Bonilla no consideró que la actitud de los mandatarios sea producto del inicio de una precampaña electoral, sino que se trata de una relación tan deteriorada que a su vez exacerba todo tipo de posibilidad de acercamiento y "cualquier cosa produce un incidente". Cree necesario iniciar un compás de espera para que se produzca un relajamiento de la tensión e intentar institucionalizar la relación bilateral. (SC)
El pasado 3 de marzo, el Ecuador rompió relaciones bilaterales con Colombia, tras un ataque del Ejército colombiano a un campamento permanente de las FARC en Angostura (Sucumbíos). En el ataque murió el jefe guerrillero Luis Edgar Devia, alias "Raúl Reyes", al igual que otras 24 personas. Entre ellos, el ecuatoriano Franklin Aisalla, presunto nexo con el grupo insurgente. En esa ocasión, el presidente Rafael Correa dispuso el retiro del embajador de Quito en Bogotá, Francisco Suéscum, y ordenó la salida de embajador de Bogotá en Quito, Carlos Holguín.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, debería volver a reactivar el procedimiento de "buenos oficios" para tratar de lograr un acercamiento entre los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Colombia, Álvaro Uribe, con miras a solucionar la crisis político-diplomática que ya lleva siete meses. Así opinaron el ex embajador del Ecuador en Colombia Luis Valencia Rodríguez y el ex vicecanciller Marcelo Fernández de Córdoba.
Además dijeron que es necesario empezar a buscar una manera que evite que el impasse suba de tono.
En todo caso, Valencia Rodríguez y Fernández de Córdoba recordaron que el secretario de la OEA recibió el "encargo" de los países de la región para buscar salidas a la crisis.
La última vez que Insulza estuvo en el país fue el 30 de julio pasado, y en esa ocasión, tras una reunión con Rafael Correa en el Palacio de Gobierno, aseguró "sentirse optimista" de los avances registrados entre ambos países para solucionar el conflicto.
La polémica en la crisis diplomática ecuatoriano-colombiana que se inició desde el 1.º de marzo volvió a tomar fuerza este viernes 3 de octubre cuando el presidente Uribe afirmó que no acudiría a la cita presidencial de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en Guayaquil este 14 de septiembre, aduciendo "términos desobligantes" de su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, contra el Gobierno de Colombia.
Ante la negativa de Uribe de asistir a la reunión de la CAN, Correa dijo en su programa semanal de radio que "es increíble, el presidente colombiano una vez más intenta burlarse del Ecuador".
En ese contexto, Correa reiteró que el país nunca olvidará la agresión que sufrió el 1.º de marzo de 2008 "por un Gobierno que consideraba amigo".
Adrián Bonilla, experto en temas internacionales, va más allá e incluso aseveró que este distanciamiento no solo afecta la relación bilateral que está en un punto muerto y pone "casi en estado de coma" a la CAN, además de que echa abajo la posibilidad de negociaciones en bloque con la Unión Europea. "El distanciamiento deja muy mal parada a la CAN y le quita oportunidad para negociar en bloque", manifestó.
Bonilla no consideró que la actitud de los mandatarios sea producto del inicio de una precampaña electoral, sino que se trata de una relación tan deteriorada que a su vez exacerba todo tipo de posibilidad de acercamiento y "cualquier cosa produce un incidente". Cree necesario iniciar un compás de espera para que se produzca un relajamiento de la tensión e intentar institucionalizar la relación bilateral. (SC)
Inicio de la crisis
El pasado 3 de marzo, el Ecuador rompió relaciones bilaterales con Colombia, tras un ataque del Ejército colombiano a un campamento permanente de las FARC en Angostura (Sucumbíos). En el ataque murió el jefe guerrillero Luis Edgar Devia, alias "Raúl Reyes", al igual que otras 24 personas. Entre ellos, el ecuatoriano Franklin Aisalla, presunto nexo con el grupo insurgente. En esa ocasión, el presidente Rafael Correa dispuso el retiro del embajador de Quito en Bogotá, Francisco Suéscum, y ordenó la salida de embajador de Bogotá en Quito, Carlos Holguín.
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