Quito. 16 jun 98. El hombre es el principal responsable de la
contaminación ambiental. Sitios cerrados y zonas de alto
tráfico son las que más alteran la salud.

Así como el esmog y las partículas de carbón, producto de la
combustión de los autos, cambian el color de la fachada de una
casa sobre la calle Bahía, al sur de la ciudad; así también el
organismo humano va cambiando cuando está expuesto a altos
niveles de contaminación.

Esto lleva a pensar que los policías de Tránsito en las
calles, los trabajadores informales que ocupan las esquinas y
las personas que viven sobre avenidas de alto tráfico
vehicular, están expuestos diariamente a un constante
envenenamiento silencioso.

Para Ana Lucía Valarezo, ingeniera ambiental y química de la
Escuela Politécnica Nacional, el problema de los diversos
gases tóxicos que están en el aire que respiran las personas,
especialmente las que viven en las ciudades y cerca a zonas
industrializadas, es un peligro al que hay que ponerle
atención; antes de que nos convirtamos en ciudades como México
y Santiago de Chile, donde a veces hay que caminar con máscara
de oxígeno.

Los efectos nocivos que los gases tóxicos causan pueden verse
fácilmente en los problemas respiratorios, bronquitis
frecuentes e irritación en los ojos, que se presentan en las
personas. En animales y plantas, los malestares son casi
iguales, solo que son mucho más sensibles y empiezan a morirse
más rápido.

Entonces, afirma Valarezo, la contaminación por gases tóxicos,
tiene dos indicadores: el deterioro en la salud y la muerte
lenta de los ecosistemas.

Las zonas más críticas son las calles estrechas del centro
histórico, algunas avenidas del sur y norte de la ciudad donde
el tráfico es muy denso. Además hay que tener mucho cuidado
con los botaderos de basura, las fábricas cercanas a lugares
poblados y los cuartos y autos cerrados.

Lo más importante para empezar con una cultura de protección
del entorno es la educación. Valarezo añade que si a los niños
desde pequeños se les enseñan cosas muy sencillas como el
reciclaje de la basura, se estará formando ciudadanos que
seleccionan los desperdicios y que intentan mejorar la calidad
de vida.

La quema de llantas, plásticos, plomo, el consumo de gasolinas
pesadas y el uso de refrigeradores y aerosoles que contienen
en su composición gases tóxicos, son las principales causas
para crear ambientes contaminados.

Marcelo Muñoz, ingeniero ambiental de la Politécnica, apunta
que los gases tóxicos son todos los que producen algún efecto
sobre la salud de las personas y de los ecosistemas. Los gases
tóxicos pueden ser inflamables como el metano, corrosivos como
los ácidos dióxidos de azufre y anestésicos como la bencina y
la acetona, presentes en las zonas industriales. Estos dos
últimos provocan adormecimiento pero no irritan.

También hay gases venenosos como el arsénico y el cloro. Para
los dos especialistas, el manejo de la basura es fundamental,
por ejemplo ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca necesitan
de la construcción planificada de rellenos.

Los hogares, escuelas, colegios, hoteles, restaurantes,
mercados, hospitales... deben empezar a realizar el compostaje
de basura. Los desechos inorgánicos deben ir a los rellenos
sanitarios. Los plásticos, vidrios y metales no deben
enterrarse porque tardarían cientos de años en descomponerse,
añade Muñoz.

El papel, cartón y restos de alimentos, deben enterrarse para
que se transformen en fertilizantes, o si no deben ser
reutilizados.

Los dos especialistas coinciden en señalar que el país debe
invertir en estudios sobre nuevos combustibles para conseguir
energía. Para todos los procesos de energía y producción se
utilizan gasolinas que salen del petróleo, un recurso no
renovable. Por ello, señala Valarezo, hay que fomentar la
utilización de otras formas de energía como: la geotérmica,
biomasa, eólica, entre otras.

Oxidos de Nitrógeno

Los más importantes son el monóxido de nitrógeno y el dióxido
de nitrógeno. Se forman cuando después de una lluvia sale el
sol y evapora. Los óxidos de nitrógeno son impulsores para la
formación de ozono (ver recuadro) y peroxi-acetonitrilo. Estos
son oxidantes fotoquímicos que son parte del esmog. También
contribuyen a la formación de aerosoles nítricos naturales que
pueden causar la lluvia ácida.

Dióxido de Azufre

Se producen por la combustión (un proceso donde actúa el sol,
la lluvia y el aire). Estos son tipos de gases muy irritantes.
Afectan directamente a los ojos, nariz y garganta y más tarde
son causantes de bronquitis y asma. En altas concentraciones
pueden provocar enfermedades crónicas y la muerte por asfixia.
También son responsables de que se produzca lluvia ácida que
afecta a los lagos, ríos y bosques.

Monóxido de Carbono

Este gas se produce cuando hay insuficiencia de oxígeno. Se
genera en lugares cerrados, por ejemplo, en los buses rodando
y en habitaciones con muchas personas y sin ventilación. Al
faltar el oxígeno reacciona la hemoglobina en el torrente
sanguíneo para formar carboxihemoglobina. Este elemento puede
reemplazar a la hemoglobina que conduce el oxígeno a los
tejidos anulando la presencia de aire y por lo tanto la
muerte. Es un gas silencioso y venenoso que entra a la sangre
y va adormeciendo a la persona que empieza a morir sin
sentirlo ni saberlo. Fue este gas lo que las mató a las dos
empeladas domésticas, la semana pasada, en la González Suárez.


Material particulado

Se produce con la combustión, especialmente cuando es
incompleta, es decir cuando falta oxígeno o cuando hay
temperaturas bajas. Su efecto sobre la salud, especialmente en
los niños, es muy grave porque se aloja en los pulmones. El
material particulado se asemeja a una especie de
microcarbones, el efecto es igual que cuando se fuma una
cajetilla de cigarrillos diaria. Los pulmones de un fumador
están negros y parecen un filtro viejo.

Metales contaminantes

Estos gases tóxicos salen de la combustión de vehículos,
incineración de residuos y otros procesos de energía. Son los
metales pesados como: mercurio, cromo y plomo. Un ejemplo del
envenenamiento por metales pesados es lo que sucede en La
Victoria, cerca de Pujilí, con la quema del plomo para vidriar
las tejas. Lo mismo ocurre cuando se queman baterías, pilas,
gasolinas a través de los carros.

Gases ácidos

Los principales son: fluoruro de hidrógeno y cloruro de
hidrógeno. Se forman cuando se queman los plásticos. Es
importante realizar una selección de la basura, reciclar los
materiales de desecho y, sobre todo, no combustionar
plásticos, menos aun en lugares cerrados, puesto que de estos
productos salen gases super volátiles que se consideran
sospechosos de algunos tipos de cánceres.

Ozono

Es un oxidante fuerte que se produce en la tierra y sube a la
atmósfera (no es lo mismo que la capa de ozono que protegen al
planeta de los rayos ultravioletas). Se lo utiliza como
desinfectante en los hospitales por su efectividad para matar
bacterias. Entre los principales efectos están: irritación de
las fosas nasales y los ojos. Es como respirar cloro. México y
Chile soportan un peligroso aumento de ozono. En México
provoca constantes restricciones a la trasportación por su
alto volumen.

Dióxido de carbono

Es un gas que produce el llamado efecto invernadero, este es
el resultado final de toda combustión. Actúa como válvula
"chec", es decir deja entrar los rayos del sol pero no los
deja salir y cuando se reflejan en la superficie de la Tierra,
lo cual hace que aumente la temperatura del planeta provocando
un recalentamiento porque hay almacenada demasiada energía.

Metano

Es un gas producto de la acción de bacterias que están en el
aire, que se forman con la lluvia y el sol. Este es un proceso
natural que degenera en combustible altamente inflamable.
Tiene 10 veces más capacidad que el dióxido de carbono para
provocar el efecto invernadero. Su formación es más frecuente
en los pantanos, botaderos de basura, ríos altamente
contaminados, lagunas no desinfectadas, arrozales, manglares,
etc. El metano todavía, en ciertas industrias con ausencia de
tecnologías de punta, se utiliza para la fabricación cocinas.

Clorofluorados

El bromuro de metilo es el más conocido de esta serie. Se lo
considera gas destructor de la capa de ozono. Para eliminar y
controlar este tipo de gases se firmó el Convenio de Montreal,
del cual Ecuador es suscriptor. El uso de los clorofluorados
está en la fabricación de refrigeradoras, aerosoles,
extinguidores de incendios, espumas, lacas de cabello,
desodorantes y para la fabricación de productos utilizados en
las industrias floricultoras para la eliminación de plagas del
suelo. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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