Quito. 21.11.93. Desde hace más de un año se abrió un
interrogante sobre las polÃticas culturales oficiales en nuestro
paÃs.
Se habló reiteradamente de la privatización de la acción cultural
sin que una propuesta de este tipo tenga un contenido preciso y
deje de ser nada más que una nueva versión de una vieja crisis de
las polÃticas culturales. Uno de los espacios en los que se
centró el interrogante fue precisamente el Banco Central, con una
extensa tradición de apoyo a la cultura.
Con la aprobación del nuevo Estatuto Orgánico del Banco Central,
el 29 de octubre pasado, las actividades culturales de este
instituto se concentrarán en la protección del vastÃsimo
patrimonio que ha ido acumulando desde finales de los años 50,
cuando abrió el primer museo en Quito. Reducir recursos
económicos y personal, pero haciéndolos más efectivos, es el lema
que inspirará la actividad reorientada del Banco.
Las actividades de difusión estarán exclusivamente ligadas a los
propios fondos y las adquisiones y publicaciones se realizarán
con un espÃritu muy selectivo.
Con todo, entre los empleados del Banco Central se registra
alivio, porque ha terminado una incertidumbre de varios años
relativa al futuro de las áreas culturales del Banco y el suyo
propio. La idea final sigue siendo la creación de una Fundación
Independiente. En adelante, las áreas culturales del Banco
Central iniciarán un periodo de ejercicio en autonomÃa.
HOY analizó la reestructuración con Juan Cordero Iñiguez, desde
hace muchos años subgerente de las áreas culturales del Banco
Central en Cuenca.
"El Banco Central ha invertido mucho dinero en algo que no
solamente es un respaldo económico, sino que además es un
valiosÃsimo patrimonio cultural del paÃs y que tiene la
obligación de conservarlo, porque es un activo fijo y un activo
cultural de gran trascendencia". Este es el factor que finalmente
decidió que las áreas culturales permanezcan dentro del
Instituto.
El nuevo espÃritu que regirá la actividad "no es un espÃritu de
crecimiento; claramente se ve que es de mantenimiento y de mejor
servicio con lo que tenemos". Pero el Banco seguirá apoyando la
cultura. "Lo dice aquÃ", argumenta Juan Cordero, ojeando los
flamantes estatutos, "que es un deber del Banco proteger los
bienes culturales y contribuir al desarrollo de la cultura
nacional mediante la administración de los programas de museo,
documentación y editorial".
Ya no habrá restauración de edificios, sino solamente de los
bienes muebles del Banco; la investigación, de por si restringida
en los últimos años, se centrará en áreas afines al patrimonio
existente; ya no se realizarán talleres de extensión en los
barrios pobres, en las cárceles, etc.
Un subcomité electo por la Gerencia General
Pero veamos, cómo quedará estructurado el Banco en su actividad
cultural:
Se creará un Subcomité integrado por tres personas nombradas por
la Gerencia General y los tres representantes de las regionales
de Quito, Guayaquil y ahora también de Cuenca, que antes dependÃa
de Guayaquil y ahora será equiparada en estatus a las otras dos.
Existirá además un secretario ejecutivo.
TodavÃa no se han escuchado en Cuenca ni siquiera especulaciones
respecto a los nombres de los delegados, de los que dos deberán
provenir del mundo cultural y uno "necesariamente tendrá que ser
un gran administrador", según Juan Cordero. Tampoco se sabe quien
será el secretario. Curioso también que en Cuenca no se conoce
quién mismo elaboró estos estatutos, aunque sà reflejan algunas
de las sugerencias hechas desde aquÃ.
El Banco aglutinará todas sus actividades en tres grandes
regiones:
- Región Sierra Central y Norte con sede en Quito,
- Región Sierra Sur y Suroriente con sede en Cuenca, y
- Región del Litoral y Galápagos con sede en Guayaquil.
"Antes cada sucursal querÃa tener su pequeño centro cultural y
llegar desde ahà a su provincia. Ahora, como el Banco ha reducido
también el número de sucursales, creando sólo agencias en varios
lugares, ha ampliado la proyección de las regionales. Desde
Cuenca tenemos que cubrir Azuay, Cañar, Loja, Morona Santiago y
Zamora Chinchipe".
¿Cómo hacerlo, en momentos en que se reduce el presupuesto y el
personal?
"El Banco está reduciendo su tamaño, es un hecho. Está
disminuyendo su personal y tiene el proyecto de disminuirlo un
poco más. Pero de acuerdo con lo que planifiquemos, podemos
llegar con acciones a cualquiera de estas provincias. Y no
solamente que podemos, sino debemos llegar."
Mucho dependerá entonces de las decisiones que se adopten en el
Subcomité Cultural, que tendrá autonomÃa en el campo
administrativo y en la elaboración de presupuestos y programas.
El presupuesto será aprobado, claro está, por la Junta Monetaria.
Tres regiones especializadas
Por otro lado, se ha decidido oficializar una especialización que
se venÃa dando de hecho en las tres regiones. "Quito tendrá un
Museo Arqueológico Nacional y va a insistir un poco más en la
arqueologÃa de la Sierra Norte, desde Chimborazo. Guayaquil va a
tener un Museo de Arte Contemporáneo y otro de ArqueologÃa
Regional de la Costa y Cuenca un Museo Etnográfico Nacional y
otro Arqueológico Regional. También nos han asignado un Museo de
Arte Ecuatoriano del siglo XIX."
Todos los gastos, programas de difusión, documentación,
ediciones, etc. tendrán como esquema básico está distribución.
"En cuanto a las Bibliotecas, también se las replanifica",
informa el director cuencano, "se orientan fundamentalmente a los
campos de actividad del Banco, tanto en la parte económica -
tienen que robustecerse las de carácter económico, financiero,
crediticio - y las que tienen que ver con arqueologÃa, arte
moderno, etc., pero no van a crecer mayormente". El área de los
audivisuales también se desarrollará en relación con las
especilizaciones.
Pendiente una decisión sobre las revistas
Habrá que estudiar también con detención el destino de la
documentación. Los estatutos dicen por ejemplo en cuanto al Fondo
Documental General, que "es un fondo que se conserva y no crece
ni siquiera a través de convenios no onerosos para la
Institución, para evitar el incremento de costos por su
conservación".
También está pendiente una decisión respecto a las revistas del
Banco, ya que los estatutos prevén una sola publicación cultural.
La decisión estará entre "Cultura", actualmente descontinuada, y
"Difusión Cultural". Existirá un Comité Editorial encargado
además del programa de libros que deberán imprimirse en las áreas
de antropologÃa, arqueologÃa y etnografÃa, mientras en el área
artÃstica se harán series que garanticen la continuidad y
trascendencia de los trabajos.
Resulta interesante, en un paréntesis, que este año se han
publicado solamente pocos libros, uno solo en el Azuay, pero en
cambio el director afirma que este año de dubitación en cuanto al
personal, "se trabajó mejor que otros, incluso hubo un
presupuesto más conveniente y después de tres o cuatro años, por
primera vez, se nos permitió adquirir bienes culturales, libros y
hacer algunos contratos que no nos autorizaron antes".
Se acaba definitivamente la extensión cultural
Extensión cultural, que antes conformaba, al lado de los Museos y
el Centro de Investigación y Cultura como el tercer componente
importante de las áreas culturales del Banco, dejó de existir
desde hace algunos meses y ya no figura en el nuevo estatuto.
Según Juan Cordero, Ana LucÃa Armijos, cuando era gerente del
Banco, accedió a una petición de RosalÃa Arteaga que sea la
SubsecretarÃa de Cultura la que maneje este ámbito. El Banco se
habrÃa comprometido a dar apoyo logÃstico y técnico.
El Centro de Investigación y Cultura se llamará desde ahora
Documentación. ¿Algún augurio respecto a la investigación? En
Quito y Guayaquil - cosa que se hizo en Cuenca hace cinco años -
se unificarán bajo una sola dirección las dos áreas, Museos y
Documentación, para garantizar una mayor cooperación entre ellas.
Con todo, las regionales gozan ahora de autonomÃa en la ejecución
de proyectos. No pueden salir con programas fuera de las
instalaciones propias, pero de ellas depende lo que ofrecerán
dentro de casa. (1C)
en
Explored
Autor: Susana Klinkicht - Ciudad N/D
Publicado el 21/Noviembre/1993 | 00:00