Quito. 19 abr 2001. De aprobarse reforma, regiría desde octubre hasta el
2002.

El Gobierno se juega su última carta para que el Congreso, apruebe el
veto parcial a la reforma tributaria.

Jorge Gallardo, ministro de Economía, anuncia que de pasar el proyecto,
el Fondo Monetario Internacional (FMI) entraría a negociar un nuevo
programa que se extendería a partir de octubre del presente año hasta el
mismo mes del 2002.

Este organismo esperará al próximo 30 de junio para que se resuelva este
tema.

"Lo importante de este segundo acuerdo", según Gallardo, "es contar con
el compromiso financiero para que el Ecuador continúe con las reformas
estructurales que necesita para apuntalar la dolarización y así cumplir
con las metas de crecimiento".

De no ocurrir aquello, el panorama no es muy alentador. El país entraría
en una profunda crisis que implicaría una moratoria con el Club de París,
similar a la ocurrida en 1995.

Los desembolsos que debe realizar en el transcurso de este año, por
concepto de deuda externa, ascienden a 895 millones de dólares.

Además, el FMI retiraría su respaldo al programa económico y quedarían
paralizados los desembolsos de los organismos multilaterales que
ascienden a 620 millones de dólares, previstos para el ejercicio del
presente año.

Lo mismo ocurriría con el protocolo financiero entre Ecuador y España,
que prevé el financiamiento para diferentes proyectos por el orden de los
420 millones de dólares.

Gallardo destaca los avances que en materia económica se han logrado. La
inflación en marzo se ubicó en el 58% y en abril se calcula que en
términos mensuales no pasará del 1.6% y anualmente cerrará en el 45% y
hasta finales de año se logrará la meta del 22%.

Imagen de país de riesgo

El Estado persiste en lograr una meta de crecimiento económico del 5% en
el presente año.

De aprobarse la reforma tributaria, según Gallardo, "hay ventajas
inmediatas como la disminución de las tasas de interés y el riesgo país".

También, el lograr una estabilidad interna y externa permitirá que las
expectativas de los ciudadanos y agentes económicos cambie. "Todo este
conjunto de reformas implicará que exista mayor disponibilidad de crédito
para el sector productivo" aseguró.

Lo importante para el ministro es garantizar la continuidad del programa
económico y lograr la estabilidad en las finanzas para que el próximo
régimen en el 2003, reciba una economía saneada y con un crecimiento
sostenido. (LCF)

INCUMPLIMIENTOS CON EL FONDO

A doce meses del acuerdo firmado con el FMI, el país tiene más puntos
pendientes que los cumplidos.

El 19 de abril del 2000, el Gobierno del presidente Gustavo Noboa
consiguió que este organismo internacional extienda un crédito por USD
304 millones, que serían desembolsados durante el año de vigencia del
acuerdo. A cambio, se comprometió a desarrollar una reforma que incluye
estabilidad fiscal, fortalecimiento y reestructuración del sistema
financiero nacional, sinceramiento en los precios de los combustibles y
la eficacia en el sistema tributario.

De los puntos acordados, ha cumplido a medias, ya que solo se ha dado un
el alza en el costo de los derivados del petróleo, cuando estaban
previstas dos o tres. (VEBG)

OTROS TEMAS QUE ESTÁN EN SUSPENSO

También se comprometió a eliminar numerosos impuestos burocráticos,
introducir un impuesto a los consumos de derivados de petróleo a nivel
doméstico para facilitar la liberalización del precio interno de
combustibles, cobrar y mantener al día las obligaciones de las empresas
de distribución eléctrica, hasta ahora la deuda asciende a $368 millones.

Además, debió cancelar de manera paulatina el total de los depósitos
congelados, sanear la banca, someterla a las normas de Basilea, vender
aquella banca que está en manos del Estado, entre otros, que ahora son
vigilados, celosamente, por el FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF). (VEBG)

El ministro no tiene quién lo escuche

Una vez más se ha dirigido el secretario de la cartera de Economía a los
ecuatorianos para insistir en la aceptación del 14% para el Impuesto al
Valor Agregado (IVA).

Pero, al parecer, no encuentra adeptos a su posición fiscalista. Tanto la
mayoría de los legisladores, así como la ciudadanía y analistas, han dado
a conocer su total oposición a esta medida, por considerarla contraria a
todo proceso de reactivación. Mas aún sería un duro golpe para la
población con escaso poder adquisitivo.

Fue muy claro el ministro Gallardo al mencionar que con un alza de ese
impuesto no habría necesidad de tomar otras medidas "en este año". Esto
nos lleva a preguntarnos ¿qué pasará entonces en el 2002? ¿Se está
hablando otra vez de las tradicionales medidas parches? ¿Se persiste con
la política económica cortoplacista?

Mientras la discusión continúa, quedan pendientes otras interrogantes.
Como por ejemplo, ¿qué está haciendo el Estado para reducir sus gastos?
Nada se menciona con respecto a la banca estatal y los pobres resultados
que esta arroja.

Las privatizaciones y concesiones siguen rezagadas, por lo que los flujos
de capitales tan ansiados no llegan.

Ha quedado demostrado teórica y matemáticamente que la recesión se
profundizaría y la poca demanda que actualmente existe por bienes y
servicios se reduciría más. Esto nos conduciría a un problema más grave
que dejar de percibir los fondos "prometidos" por los organismos
internacionales.

La experiencia de otros países señala que la política económica
ecuatoriana va por el sendero equivocado. ¿Será por esto que el ministro
no encuentra quién le escuche? (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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