Guayaquil. 6 oct 2000. La flecha verde no sabe cómo probar sus
acusaciones. La estadía del Secretario de la Presidencia está
garantizada. Es un hombre muy cercano a Gustavo Noboa.

La Comisión de Fiscalización del Congreso se va a quedar con los churos
hechos. Juan José Vivas, secretario general de la Presidencia de la
República, no comparecerá ante ese organismo parlamentario. Simplemente
remitirá un escrito con las respuestas a las 43 preguntas que le formuló
Carlos González (ID), titular de la Comisión.

El amplio cuestionario preparado por el diputado naranja tiene relación
con la supuesta extorsión a diputados para conformar una mayoría afín al
Partido Social Cristiano (PSC), previas las elecciones internas del
Congreso. El tráfico de influencias a favor de su hermano, Javier Vivas,
representante de Sudamérica Discoveries, en el caso de La Capitana, y su
intervención directa en el manejo de las aduanas. El cuarto grupo de
preguntas están relacionadas con su desempeño frente a la Comisión de
Tránsito de Guayas, durante el gobierno de León Febres Cordero.

Las primeras interrogantes surgieron luego que el ex presidente Osvaldo
Hurtado lo acusara públicamente de tratar de romper el bloque de la DP,
al ofrecer a esos legisladores todo tipo de prebendas. Estos
cuestionamientos fueron ratificados por Ramiro Rivera, presidente
nacional de la flecha verde y legislador, quien además lo inculpa -sin
presentar prueba alguna- de tener una red de espionaje político que
afecta a dirigentes sociales, indígenas y de partidos.

Respecto al segundo y tercer bloques de preguntas, hay pruebas más
concretas. Una de ellas es la documentación que entregó Patrimonio
Cultural sobre los pedidos de información hechos por Vivas. Otro son los
informes de la propia Comisión Anticorrupción respecto al tema de las
aduanas.

La decisión de Vivas de no acudir ante los legisladores se veía venir.
Para el Gobierno -y así lo advirtió el propio Gustavo Noboa hace una
semana- el tema no tiene importancia y es capítulo cerrado.

El propio secretario de Comunicación de la Presidencia, Alfredo Negrete,
afirma que el régimen más bien está interesado en intensificar las
conversaciones parlamentarias, especialmente con la DP. "El Ejecutivo no
ve ningún conflicto con la clase parlamentaria a raíz de las críticas a
Vivas".

De allí que la permanencia de Vivas, más allá del escándalo, está
garantizada. En los pasillo de Carondelet incluso se comenta que su
presencia es vital: goza de la confianza del Jefe de Estado y de
contactos con círculos políticos y económicos de la Costa (ver recuadro).
Además, su intento de compra de conciencias, según lo admitiera el propio
Vivas, obedeció a las disposiciones del presidente Noboa de armar una
mayoría socialcristiana, para garantizarse estabilidad legislativa y vía
libre a sus iniciativas.

¿Qué busca González y la DP al encarrilar su artillería ante este
funcionario? Las explicaciones oficiales de ambos son la lucha contra la
corrupción y la transparencia. En el caso de la flecha verde, este
argumento les es más fácil esgrimir porque desde hace unos meses está
inmerso en un proceso de autodepuración. Este comenzó con la separación
de sus filas de los diputados que no acogieron las disposiciones del
partido (ahora piden su descalificación).

Pero, extraoficialmente, la DP reconoce que cometió un error estratégico:
no tiene manera de probar sus serias acusaciones y esto le está generando
un problema de desgaste frente a la opinión pública.

Incluso, varios legisladores de esta bancada, que prefirieron no ser
citados, afirman que no estuvieron alertados sobre las declaraciones que
iba a dar Rivera respecto a la red de espionaje , de "la que internamente
sí se habló en una reunión del bloque, en la que también se volvió a
abordar el tema de presiones a los diputados y el retiro de los cargos
públicos". Y que las tres semanas de acusaciones y contra acusaciones ya
está molestando a la mayoría de diputados, porque no hay forma de avanzar
con esas investigaciones y probar sus palabras.

Una señal de esta molestia son las actitudes asumidas por diputados como
Rafael Dávila, quien coincidió con el vicepresidente de la República,
Pedro Pinto, en que hay temas más importantes por el momento. Ejemplos de
ellos son los proyectos que aún no se debaten sobre autonomías, la Trole
III, la Ley de Seguridad Social y el presupuesto.

Para el analista político y catedrática de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (Flacso), Adrián Bonilla, todo este ir y venir de
acusaciones responde a un ejercicio típico de oposición política, que
persigue los puntos vulnerables del Ejecutivo para poner en entredicho
sus acciones.

En ese sentido, "el Gobierno tiene más que perder en este juego", porque
el Presidente está dando su apoyo incondicional a un amigo, mas no a un
ministro o a un funcionario gubernamental clave.

Los círculos de poder no son lejanos a Vivas

Su figura, hasta hace tres meses, no era muy visible en los pasillos del
Palacio de Carondelet, aunque desde hace algo más de dos años ronda por
ahí. Juan José Vivas ayudó a Jamil Mahuad a entrar a los círculos
políticos y empresariales guayaquileños en la última campaña
presidencial, pero escogió trabajar en la Vicepresidencia con Gustavo
Noboa, desde que se posesionaron el 10 de Agosto de 1998. Solo se vincula
a la Presidencia luego del golpe de enero.

Su vinculación a la política es de larga data. A los 18 años trabajó unos
meses con su tío en segundo grado, Jaime Nebot Velasco, cuando era
ministro de Gobierno. Por esa misma época conoció a León Febres Cordero,
con quien no solo comparte la afición por la cría de caballos, sino que
trabajó con el equipo de campaña que lo llevó a la presidencia en 1984.
En ese grupo también estaban Jaime Nebot Saadi, Joffre Torbay, Juan
Manrique (actual ministro de Gobierno), Charlie Pareja y Miguel Orellana.

Durante la presidencia de Febres Cordero colaboró con Nebot en la
Gobernación del Guayas y después fue inspector regional de la Inspectoría
General del Estado. Al régimen de Sixto Durán Ballén llegó de la mano de
Roberto Dunn, ministro de Gobierno, para dirigir la Comisión de Tránsito
del Guayas. Pero tenía otros contactos: el vicepresidente Alberto Dahik,
quien es su amigo desde la infancia.

En el ámbito empresarial Vivas se mueve bien. Desde joven también
emprendió sus propios negocios como la exportación de mariscos, conchas,
pescado fresco. Hace cinco años introdujo en el país craw fish (langosta
de agua dulce) una actividad que no ha dejado buenos réditos en el área
ambiental.

En Guayaquil inauguró el restaurante Juan Salvador Gaviota que le sirvió
para relacionarse con gente de la política y los negocios. Vivas fue
asesor de reconocidos empresarios guayaquileños, como Ernesto Estrada o
Isabel Noboa Pontón.

Pese a la cercanía con los dirigentes del PSC, Vivas nunca se afilió pero
su hermano mayor Javier Vivas sí. En el actual período legislativo es el
suplente del diputado Pascual del Cioppo. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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