Quito. 15 may 97. Con mil y un artimañas 55 millones de
dólares se perdieron por la corrupción aduanera. Llegaron a
suplantar nombres usando a personas fallecidas y hasta a
pobres roldosistas que dejaron sus datos en el plan de
vivienda "Un solo toque"

Cuando Sandra Catalina Curay Caiza acudió a la central del
PRE, en septiembre del año pasado, para afiliarse al partido
de gobierno y sobre todo inscribirse en el plan de vivienda
ìUn solo toque, nunca imaginó que los datos que allí dejaba
irían a parar a cualquier lado, menos al Banco de la Vivienda.
Su nombre y su número de cédula fueron usados por audaces
contrabandistas, en octubre, para introducir ilegalmente al
país, desde Panamá, uno de los 3.051 contenedores que llenos
de valiosa mercadería ocasionaron un perjuicio al fisco de 213
mil millones de sucres, durante la administración del cesado
ex presidente Abdalá Bucaram.

Sandra, quien dejó su trabajo en enero del 96 por la
enfermedad de uno de sus hijos, administra con su padre una
distribuidora de periódicos y revistas en General Gómez y la
Séptima, en el corazón de la populosa parroquia
Febres-Cordero, en el suburbio guayaquileño. ìNunca en mi vida
he tenido dólares, cómo voy a viajar a Panamá a comprar algo.
Ese día madrugamos a la central del PRE, a inscribirnos, todos
en mi familia tenemos carnet porque queríamos una casita.

ROLDOSISTAS ENGAÑADOS

Al igual que Sandra Curay, buena parte de los nombres que
constan en los registros de importaciones que han sido
recuperados por la Comisión de Fiscalización y Control
Político del Congreso Nacional y analizados minu- ciosamente
por Vistazo, corresponden a pobres y honestos ciudadanos que
por el interés humano de una vivienda, se afiliaron al Partido
Rodosista Ecuatoriano.

Según los registros aduaneros Sandra Curay importó, sin
certificado de inspección, un centenar de cartones de papel
continuo para computadoras. La venta la hizo la empresa Alcan
Trading de Ciudad de Panamá. Como el papel continuo se fabrica
en el país y la persona importadora evidentemente era
ficticia, es fácil deducir que lo que realmente vino dentro
del contenedor fueron artículos de mucho más valor, de los que
pagan tasas arancelarias superiores al 20%. El valor declarado
fue menor a tres mil dólares, motivo por el cual no tenía la
obligación de presentar el certificado de inspección. La fecha
de la importación correspondió además a la época en que tantos
los grandes almacenes, cuanto los comerciantes de las bahías,
se abastecen de mercadería para Navidad y fin de año.

Junto a esta importación aparecen cerca de 1.500 importaciones
donde el ilícito también fue el subvalorar o suplantar la
mercadería. Siempre los importadores son ficticios. Byron Suri
Delgado importó 240 cartones de artículos eléctricos.
Investigado por Vistazo, Suri resultó ser un modesto empleado
de una bodega de Durán en donde vende cartones, pero vacíos y
ya usados, no llenos de nada eléctrico. ¿Es posible que
existan tijeras que pesen ocho libras cada una o, acoples para
mangueras más pesados que las mangueras? Pues esas ìgrandes
tijeras importó, según los documentos, José Abel Vásquez quien
vive o tiene su negocio en Luis Vernaza 1.101, una dirección
también inexistente. Cuando la dirección existe, nadie conoce
al sujeto en el barrio, como sucedió con Carlos Alvarado
Barcos quien importó, supuestamente, mil cortatubos que
estaban dirigidos a Escobedo 409. En el lugar existe una
importadora de artículos para bebé y sus propietarios no se
explican quién o cómo tomaron la dirección de su negocio.
Tantas fueron las importaciones que al parecer faltaron los
nombres de los afiliados que estaban más a mano y empezaron a
coger los de personas muy conocidas en Guayaquil. Por ejemplo,
se usó el nombre de un ex director de un matutino, ya
fallecido, que importó desde las avenidas Quito y 9 de
Octubre, 100 bobinas reconstruidas. En esa dirección está el
Palacio de Justicia en una acera y la Casa de la Cultura en la
otra.

Por si fuera poco, con la suplantación de nombres y
direcciones y el cambio de mercaderías, Vistazo investigó en
la Zona Libre de Colón, en Panamá con las empresas
supuestamente vendedoras de las mercaderías. Una de ellas es
Cebarn, con sede en Colón. Allí la administradora Gladicín
Murillo, se mostró sorprendida al ver facturas de su compañía
que, según nos dijo, no recuerda haberlas emitido. En resumen,
lo único real fue la estafa al Estado.

LOS MENESTREROS

Para que todo esto se produzca, tiene que haber habido también
la complicidad de quienes son los encargados de realizar la
desaduanización de la mercadería. Ellos son los denominados
Agentes Afianzados de Aduana. El agente es en la práctica el
representante legal del importador y antes de obtener su
licencia de afianzado debe presentar una fianza o garantía que
será cobrada por el Estado en caso de demostrarse un fraude.
Múltiples han sido los escándalos en las aduanas a lo largo de
los años, pero la historia registra apenas una garantía
ejecutoriada en 1964. Según esta estadística, desde hace más
de 30 años nadie habría defraudado en las aduanas
ecuatorianas.

De cerca de 500 agentes aduaneros que existen en Guayaquil,
hay un grupo que ellos mismos les han puesto el apodo de
ìmenestreros. ìSon especialistas en importar una mercadería
declarando otra cosa, nos dijo uno de los fundadores de la
Federación de Agentes Aduaneros. En 1.471 importaciones
revisadas, en las que se subvaloró o suplantó la mercadería,
aparecen 42 diferentes agentes afianzados. ìSon siempre los
mismos que trabajan para conocidos contrabandistas de la
bahía, declaró otro de los afianzados consultados.

PRIMER ESCÁNDALO

En octubre del año anterior saltó el primer escándalo en las
aduanas de Guayaquil. El diputado independiente Juan José
Illingworth denunció la desaparición de 600 contenedores.

Días antes el subsecretario de Aduanas, el roldosista Carlos
Hidalgo denunció que ìcerca de 800 contenedores serán
declarados en abandono tácito. Un día después la
administradora del Primer Distrito de Aduanas Patricia García
Chong, aseguró que son más de 700 los contenedores
abandonados. Solo pasaron tres días cuando el cuatro de
octubre la misma funcionaria declaró que ìmás de 200
contenedores serán declarados en abandono si sus propietarios
no tramitan la desaduanización. Nadie supo qué pasó con los
600 restantes que habrían tenido un costo aproximado de 90
millones de dólares. De un solo toque desapareció mercadería
que de haber tributado al Fisco habría significado 18 millones
de dólares, cuatro veces el presupuesto anual de un municipio
mediano como el de Manta. Según el legislador denunciante,
cuatro de los contenedores desaparecidos habrían estado llenos
de cerveza ìBudweiser que fue vendida en Guayaquil durante las
fiesta octubrinas.

La denuncia motivó el reconocimiento del propio presidente
Bucaram de que ìpor la noche se sacan ilegalmente contenedores
y además originó la separación de la administradora García
Chong. Su reemplazo fue un personaje más íntimamente ligado
con la familia Bucaram, Xavier Aguirre. Éste fue durante
cuatro años jefe de personal en el municipio de Guayaquil
durante la administración de Elsa Bucaram Ortiz. Estuvo
involucrado en el ìcaso chatrarra y por ese motivo huyó del
país, también a Panamá, en 1992. Se dice que fue Aguirre quien
enroló a los ìpipones del municipio, algunos de los cuales
enseguida rondaron las oficinas de la administración de
aduanas. El cuestionado funcionario había regresado al país
pocos días antes, cuando se dio la sentencia que eliminó de
cargos civiles y penales a quienes vaciaron el municipio
guayaquileño.

NADA ES PERFECTO

Cuando era subsecretario de Aduanas el doctor Jorge Zavala
Egas, durante la presidencia de Sixto Durán-Ballén, se
implementó un sistema automatizado en las aduanas, bajo un
contrato con la compañía IBM. La multinacional es la encargada
del servicio de administración y mantenimiento del sistema
informático. Esto incluía el funcionamiento de enlaces
satelitales entre las aduanas de Quito, Guayaquil, Manta,
Esmeraldas y Puerto Bolívar, además de la existencia de un
computador donde se respaldaban todas las transacciones
aduaneras y que físicamente estaba ubicado en un edificio
contiguo a la administración del Primer Distrito en Guayaquil.

El funcionamiento específico de este computador de respaldo es
lo que al parecer no entendieron bien los funcionarios
roldosistas quienes tenían dos grandes fórmulas para ìrecaudar
sus tributos. Esos métodos, según nos contó el diputado Luis
Chiriboga, presidente de la subcomisión legislativa de Aduanas
y Puertos, eran: ìEl uno, el famoso túnel que consistía en que
los contenedores salían de los patios de Autoridad Portuaria
sin ningún tipo de documentos de aduanas, ni de Autoridad
Portuaria. Salían por arte de magia, o por túnel subacuático o
tenían alas. Se supone que esos contenedores traían las
mercaderías más valiosas, electrodomésticos, licores,
damascos, telas finas, etc.. En ambos casos, luego de haberlos
ingresado a la computadora cuando llegaron al puerto, eran
borrados por las noches. Al parecer por exceso de confianza o
quizá porque nunca lo imaginaron, no se preocuparon de borrar
la información de respaldo que manejaba la IBM.

Es gracias a este duplicado de las transacciones aduaneras que
se ha podido cuantificar el perjuicio al Fisco durante los
seis meses de la fugaz administración roldosista. Por el túnel
salieron 801 contenedores que nadie vio cómo ni cuándo
abandonaron los patios aduaneros. Con autorización auténtica
de Autoridad Portuaria, pero sin el pago legal de los tributos
y con la complicidad de las autoridades fugaron 1.500
contenedores más. En total fueron 55 millones de dólares, más
de dos millones por semana.

Lo único que consiguieron de la IBM fue la modificación del
programa que automáticamente asignaba una verificadora para el
aforo de la mercadería. El 27 de noviembre, el subsecretario
Hidalgo Villacís pidió al director nacional de organización y
sistemas de la Aduana que exigiera a la IBM el cambio del
sistema. De esa forma el administrador de Aduanas, Xavier
Aguirre, tenía la libertad de asignar el aforo con absoluta
discrecionalidad, según el informe legislativo para ìpoder
extorsionar a los importadores honestos, dar libre salida a
los contrabandistas y ser único eje de control de la salida de
todas las mercaderías importadas.

Todos los caminos conducen a Panamá El sábado 27 de julio
antes del desayuno, el presidente de Panamá Ernesto Pérez
Balladares recibió en el Palacio de las Garzas al mandatario
electo de Ecuador Abdalá Bucaram. A la cita acudieron también
el hermano de Bucaram, Santiago y su inseparable amigo, el
comerciante Eduardo Azar.

Ésta fue, al parecer, la primera vez que Bucaram y Pérez se
encontraron frente a frente, aunque políticamente ambos se
conocían muy bien. La preocupación del panameño en ese día era
una sola, la Zona Libre de Colón. La otrora gallina de los
huevos de oro de Panamá estaba atravesando una de sus peores
crisis. Justamente ese día a las 10h00 esperaban a Pérez en
Colón y por eso la madrugadora reunión con Bucaram. El
presidente electo prometió ayudar a Panamá eliminando una
norma aduanera que obligaba a la verificación de la mercadería
antes de ser embarcada en la Zona Libre. Esto molestaba a los
contrabandistas ecuatorianos y los exportadores panameños
quienes vieron disminuidos sus negocios con uno de sus mejores
clientes, el Ecuador.

Tal era la crisis de la Zona Libre que desistieron en junio de
las celebraciones por su 47 aniversario, según dijeron ìporque
el ánimo de los empresarios está por los suelos. Esa misma
noche la ministra de Comercio Exterior de Panamá, Nitzia de
Villarreal, asistía a una recepción en honor a Bucaram que se
dio en uno de los barrios más elegantes de la ciudad. Allí
estuvo también Xavier Aguirre, quien sería poco tiempo después
el administrador de Aduanas en Guayaquil. Un día antes, un
grupo de empresarios panameños había ofrecido un homenaje a
Bucaram en uno de los más elegantes hoteles de Panamá. Era
evidente que la llegada al poder de alguien muy vinculado a
ese país generaba muchas expectativas a los inversionistas de
un país cuyo negocio principal es la re-exportación de todo
tipo de mercaderías que ingresan libre de impuestos.

Esto tal vez explicaría el por qué de tantas facilidades para
el comercio panameño en las aduanas ecuatorianas durante el
último bucaramato. Los ìservicios prestados a la república de
Panamá deben haber pesado también al momento de concederle el
asilo político, a pesar de que en el Ecuador es un prófugo de
la justicia con cuatro órdenes de prisión en su contra.
(Revista Vistazo)
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