Madrid. 21.05.93. Varias brigadas del ejército, la Cruz Roja y la
Defensa Civil Colombiana, han salido hacia la zona donde fueron
encontrados hoy los restos del avión Boeing 727-100 de la
compañía colombiana SAM, que desapareció ayer, miércoles, cuando
sobrevolaba las montañas de Antioquia, en los Andes de Colombia.

Los restos del avión fueron avistados por varios helicópteros que
reanudaron la búsqueda a las seis de la mañana de hoy en el Alto
del Burro, en el Páramo de Frontino a más de 4.000 metros de
altura, entre los municipios de Frontino y Urrao.

Según las versiones de los pilotos de helicópteros que
sobrevolaron esta mañana el lugar del siniestro, al parecer no
hay sobrevivientes entre los restos, diseminados en un radio de
más de dos kilómetros.

El avión, de la Sociedad Aeronáutica de Medellín (SAM), con 125
pasajeros y siete tripulantes, había salido el miércoles a las
14:18 hora local (19:18 GMT) del aeropuerto "Tocumen" de la
capital panameña, hacia las ciudades colombianas de Medellín y
Santafé de Bogotá, y tenía previsto aterrizar en el aeropuerto
"José María Córdova", de Medellín, hacia las 15:05 locales (20:05
GMT).

Después de un último contacto a las 14:59 hora local (19:59 GMT)
del miércoles, cuando pidió autorización a la torre de control
para aterrizar y a dos minutos de la pista, el avión desapareció
de los radares.

La compañía SAM, filial de Avianca que opera en varios países
centroamericanos, precisó que en la última comunicación con la
torre de control el comandante de la nave indicó que se hallaba
en el área del radiofaro de Abejorral, sin advertir nada anormal,
por lo que la torre de control le autorizó a comenzar el descenso
sobre las montañas que rodean la región.

SAM identificó a los tripulantes de la aeronave como el capitán
Mauricio Vaca, el copiloto Julio César Andrade y el ingeniero de
vuelo Jaime Martínez.

La torre de control de Medellín dijo que en la zona de Abejorral,
donde el avión pidió autorización para aterrizar, había una
fuerte tempestad.

Algunos periodistas indicaron que al escuchar la grabación de la
conversación del capitán Vaca con la torre notaron que estaba
"nervioso" cuando pidió la autorización para aterrizar, debido a
las malas condiciones climatológicas.

Ocho helicópteros y tres avionetas buscaron infructuosamente el
avión hasta el anochecer del miércoles, pero la oscuridad y el
mal tiempo obligaron a aplazar hasta hoy la búsqueda.

El alcalde de Abejorral, Mario Gutiérrez Duque, dijo que una
familia campesina de los cerros cercanos bajó al pueblo para
avisar que oyó una fuerte explosión minutos después de
desaparecer el avión.

Sin embargo, lo abrupto y extenso de la zona, sumado a la forzosa
parálisis de sobrevuelos nocturnos, dificultaron las tareas de
búsqueda y obligaron a recurrir a expediciones a caballo y a pie
entre la espesa vegetación.

El director de la Policía de Antioquia, general Carlos Alberto
Pulido Barrantes, dijo que algunos habitantes de estas
localidades afirmaron haber visto un avión volando a baja altura
y haber oído una explosión a continuación.

En Panamá, de donde eran oriundas 29 de las víctimas, la
confirmación de la tragedia causó hoy una profunda conmoción. Las
emisoras de radio y televisión suspendieron sus noticieros
matutinos para informar del hallazgo del aparato.

Las familias de los panameños que viajaban en el aparato
siniestrado gestionan ante la Embajada colombiana en ciudad de
Panamá información y asesoramiento para trasladarse a Colombia y
conocer la suerte de sus parientes.

El director de la Aeronaútica Civil, José Joaquín Palacio, dijo
hoy que todavía no se pueden precisar las causas del accidente,
aunque indicó que el aparato, por su ubicación en el momento del
accidente, se encontraba fuera de la ruta.

Fuentes periodísticas dijeron que el accidente pudo haberse
producido por el mal tiempo que se registraba ayer en esa región
montañosa de la cordillera de los Andes.

En el aparato viajaban un total de 132 personas, de los cuales 77
eran colombianos, 29 panameños, seis estadounidenses, cuatro
venezolanos, dos nicaraguenses, dos alemanes, dos peruanos, un
argentino, un australiano y un japonés, además de los siete
tripulantes.

Se trata del accidente aéreo más grave registrado en Colombia
desde el 17 de marzo de 1988, cuando otro B-727 de Avianca se
estrelló en la región de Norte de Santander y murieron sus 135
ocupantes.

SAM es desde 1970 propiedad de AVIANCA y solamente había sufrido
en su historia un accidente, en 1958, cuando un aparato que
viajaba a la isla colombiana de San Andrés se perdió sobre el
Caribe y sus restos nunca fueron encontrados.

La Dirección de Aeronáutica Civil (DAC) de Panamá ofreció, por su
parte, una lista de 25 pasajeros panameños que tenían previsto
viajar en el vuelo siniestrado, y que son los siguientes: Benigna
Navarro, Carlos Brandao, Ivette Lee, José Corona, Diana de Icaza,
Víctor Carrizo, María Carrizo, Alba Bustamante, Baltazar Isaza,
Roberto Isaza, Dicna Mejía, Mercedes Moreno, Arnoldo Ramírez,
Angélica Paterson y Manuel Orillac.

También, Silvio Servera, Diana García, Federico Mejía, Demetrio
Villalba, Galo de Gracia, Julio Cavaleiro, Carlos Cerrura, Jorge
Maduro, Begonia Martínez y J.Coswel. (EFE)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 21/Mayo/1993

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el