Quito. 11.10.94. El proceso de privatización de EMETEL, a
pesar de que en la práctica aún no ha arrancado, continúa
acumulando nuevos incidentes. El viernes pasado fue aceptada
la renuncia del Gerente de la Región 1, Ricardo Espinosa
Cevallos y ayer se posesionó el nuevo titular, Juan Carlos
Werner.

Sin embargo, la salida de Espinosa se produjo en medio de un
intercambio de declaraciones públicas, con el titular de la
Empresa, Sergio Flores, en torno al proceso de privatización
de la empresa, pero particularmente a su valor de venta, un
tema que es motivo de permanente polémica en el país.

Espinosa acusó a Flores de ejecutar una política
restriccionista de los proyectos de EMETEL, respondiendo a lo
que denominó "oscuros intereses", según declaró ayer a HOY.

Dijo que muchos de los proyectos de la Empresa han sufrido una
paralización durante la gestión de Sergio Flores, quien lleva
pocos meses en el ejercicio de su cargo.

Citó en ese sentido un proyecto para Pichincha e Imbabura y
otro con el que se aspiraba a terminar la corrupción en el
EMETEL.

Dijo que todo ello contribuye a disminuir la calidad del
servicio, en circunstancias en que la empresa estatal está en
el camino de ser privatizada.

Espinosa criticó a Flores el haber afirmado que la empresa
vale únicamente 600 millones de sucres, cuando hay compañías
telefónicas como la de Perú, cuyas tercera parte de acciones,
ha sido vendida en dos mil millones de dólares.

De su lado, Flores dijo que la cifra mencionada anteriormente
corresponde únicamente al valor de los activos, y que la
Empresa podría valer mucho más si es que a ellos se suman el
valor de otros servicios, las concesiones y las tarifas.

Agregó que no se puede adelantar criterios respecto al precio
al que se venderá la Empresa, puesto que el proceso depende de
que primero se hayan aprobado las reformas a la Ley de
Telecomunicaciones, cuyo texto está en trámite en el Congreso.

Espinosa afirmó que respecto a la privatización, alternativa
con la que está de acuerdo, es un proceso largo, para cuya
planificación y ejecución se necesitan de expertos que no
existen en el país y que por lo tanto es indispensable
contratar una asesoría internacional.

Recién entonces, podrían analizarse modalidades de
privatización, afirmó Espinosa, sin embargo, adelantó que
EMETEL no debe venderse en su totalidad, sino solo una parte,
porque la primera opción significaría salir de un monopolio
estatal a otro privado.

Flores, dijo que no polemizará con nadie, puesto que su tarea
es modernizar la empresa y negociar su venta en las
condiciones más ventajosas para el país.

Pero, Sergio Flores refutó esos criterios citando que la
empresa estatal de telecomunicaciones, bajo su presidencia
está emprendiendo nuevos proyectos, entre los cuales citó la
instalación de 100 mil nuevas líneas telefónicas para Quito y
otro número igual para Guayaquil.

Espinosa dijo que el país debe asimilar la experiencia de
otros países de América Latina para tomar las decisiones más
adecuadas.

En ese sentido, se refirió al caso de Argentina, donde el
costo del servicio telefónico, después de la privatización
subió a "precios increíbles", circunstancia que obligó a los
usuarios a devolver las líneas.

Los teléfonos, debe conceptuarse, además, como un servicio
para el desarrollo, dijo Espinosa, al referirse a las tarifas
que deberían regir para el sector rural.

La aceptación de la renuncia de Ricardo Espinoza estuvo en la
carpeta de las decisiones a tomarse por parte de Flores, desde
hace cuatro meses, al igual que la de otros técnicos de alto
nivel de la Empresa.

El renunciante dijo que una situación de esa naturaleza genera
incertidumbre en cualquier institución y paraliza su trabajo.

La experiencia argentina ¿es válida para Ecuador?

Entretanto, la experiencia de la privatización de la empresa
de teléfonos de Argentina fue expuesta en un foro
internacional, organizado por el Consejo Nacional de
Modernización (CONAM) y la Fundación Ecuador.

La exposición estuvo a cargo del director nacional de
Telecomunicaciones, Isaac Salmún, quien manifestó que la
privatización de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones
(ENTEL) resultó positiva para Argentina.

ENTEL, dijo Salmún, fue privatizada en 1990 una vez que el
Congreso aprobó la Ley de Reforma del Estado, que permitió
sacar a licitación internacional la venta del 60% de las
acciones de la empresa, las mismas que fueron adquiridas por
un consorcio español y otro francés, los dos con aportes de
capital argentino.

Las dos empresas fueron seleccionadas para administrar el
servicio telefónico doméstico, y se dividieron en dos zonas
geográficas: norte y sur, con el fin de prestar un mejor
servicio.

Según la Ley, los dos consorcios, tienen el monopolio hasta
1997. Una vez que el sistema se haya perfeccionado, se abrirá
el servicio doméstico a una total competencia; sin embargo, el
expositor precisó que se puede ampliar la exclusividad por
tres años más.

Los otros servicios de telecomunicaciones, como el celular,
viven un ambiente competencia desde 1990 y en el transcurso de
los cuatro años se otorgaron más de 400 licencias para los
distintos servicios.

Salmún precisó que del 40% restante de las acciones, el 10%
fueron vendidas a los empleados de ENTEL y el 30% quedó como
propiedad del Estado, pero luego de un año fueron vendidas a
través de las bolsas de valores a precios muy superiores a
aquellos en que se vendió el 60%.

Lo que más destacó Salmún del proceso de privatización de la
empresa de teléfonos, fue la mejora del servicio. Por ejemplo,
mientras en 1989, conseguir una línea telefónica demoraba más
de 10 años, ahora el plazo máximo es de 30 días. Una
reparación que demoraba meses, hoy es cuestión de un par de
días. Todos esos parámetros determinaron que en 4 años se
duplique la cantidad de líneas telefónicas en Argentina.

En cuanto a los precios, Salmún explicó que una línea
telefónica que costaba 1.500 dólares en 1989, hoy tiene un
valor de 500 dólares, se espera que hasta fines del próximo
año el precio baje a 250 dólares.

El expositor no precisó el pago mensual actual por el consumo
telefónico.

Con la privatización, dijo Salmún, el Estado se desentendió de
la parte administrativa de la empresa, pero asumió el papel de
control del servicio en cuanto a calidad y precios; para ello
creó la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, que respalda
al usuario.

Otro de los beneficios que trajo la privatización, según el
expositor, fue la inversión en el sector, que hoy llega a un
promedio de 1.500 millones de dólares anuales por cada
empresa. (2A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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