Oklahoma City. 22.04.95. "Supe que estaba viva cuando oí los
gritos", cuenta Amy Downs Petty, una mujer de 28 años que
permaneció seis horas atrapada en el edificio de oficinas
gubernamentales de Oklahoma, destruido por un atentado el
miércoles pasado.

Al igual que decenas de otros heridos está ahora en uno de los
hospitales de la ciudad.

Un total de 400 personas acudieron a los centros médicos el
miércoles en las horas que siguieron la explosión de la bomba
que arrasó el centro de su ciudad.

Amy estaba en su oficina de la entidad bancaria "Credit
Union", en el tercer piso del edificio de las citadas oficinas
gubernamentales.

"Estaba sentada allí y, al minuto siguiente, todo quedó
oscuro.

Tuve la sensación de que me estaba cayendo en el vacío.

Pensé que era un terremoto", dice ahora, en su cama del
Hospital Presbiteriano, dos días después del atentado.

Piensa que ha tenido mucha suerte.

Se está recuperando bien de cortes y algunas contusiones.

Pero, antes de llegar al hospital, vivió seis horas de
angustia.

"Estaba como acostada en medio de escombros y no sabía si
estaba viva o muerta. O si era un sueño. Entonces oí a otros
gritar y supe que estaba viva", cuenta a los periodistas.

Amy dice que un socorrista la encontró unas cuatro horas
después de la explosión.

Pero tuvo que dejarla allí porque había otra alerta de bomba
que obligó a evacuar a todos los equipos de rescate.

"Fue el peor momento. Intentaba rezar y no perder la cabeza.

Me faltaba aire y pensé que iba a morir lentamente",
comenta."Pero él volvió", recuerda con lágrimas.

El diario "The Dallas Morning News" cuenta como los bomberos
lograron sacar a la mujer de la ruinas del edificio.

Su cuerpo había quedado medio suspendido en los escombros,
pero lograron rescatarla.

A medida que los supervivientes se están recuperando se
escuchan historias como ésta.

Pero se oyen también historias mucho más terribles.

Como la de una mujer de 20 años que tuvo que ser amputada de
una pierna en el lugar mismo donde había quedado atrapada.

BALANCE

El número de víctimas de la explosión del miércoles en un
edificio de Oklahoma City se duplicó al ser hallados este
viernes unos cincuenta cadáveres más.

El macrabro hallazgo se hizo en un solo sector del inmueble de
Oklahoma devastado el miércoles por un coche-bomba, anunció
este viernes el gobernador del estado de Oklahoma, Frank
Keating.

Hasta ahora, el balance de víctimas era de al menos 53 muertos
y más de 400 heridos.

"Además, no era un lugar en el que los socorristas esperaban
encontrar tantos muertos", declaró Keating al canal de
televisión ABC.

Poco antes, Jon Hansen, jefe adjunto de los bomberos de la
ciudad, había declarado que además de los muertos confirmados,
los equipos de socorros trabajaban ahora "en sectores donde
supones se encuentra gran número de víctimas".

Mientras, las autoridades norteamericanas buscan a dos
sospechosos.

Un responsable del FBI (policía federal de Estados Unidos),
Weldon Kennedy, precisó que se sospecha que dos hombres de
raza blanca alquilaron el vehículo con explosivos que provocó
la destrucción de dicho edificio.

Ese vehículo, que aparentemente era una camioneta, habría sido
alquilado en Kansas, Estado vecino de Oklahoma, indicó un
agente.

Los investigadores piensan que se podrían haber utilizado
fertilizantes para fabricar explosivos y tratan de averiguar
si en Kansas, el corazón de la región agrícola norteamericana,
se compraron grandes cantidades recientemente.

Kennedy precisó que la cantidad de explosivos utilizada era
muy importante y que podría haber sido de hasta una tonelada.

La Casa Blanca anunció el jueves que el presidente Bill
Clinton está decidido a evitar la repetición de una situación
similar a la del atentado de Lockerbie, en 1988, contra un
Boeing de PanAm (270 muertos), en la cual los sospechosos
fueron identificados pero no pudieron ser llevados ante la
justicia debido a que Libia se negó a extraditarlos.

El presidente norteamericano afirmó que los asesinos no podrán
"ocultarse en ninguna parte", ni en Estados Unidos ni en el
extranjero, y que serán llevados ante la justicia.

Janet Reno, Attorney General (ministra de Justicia), ofreció
dos millones de dólares por informaciones que permitan
arrestar a los responsables de dicho atentado.

Un alto funcionario del gobierno indicó que Clinton piensa
viajar a la ciudad de Oklahoma el domingo, para asistir a un
servicio religioso en memoria de las víctimas, siempre que
tenga la seguridad de que su llegada no perturbará las
operaciones de socorro.

El avión que transportaba al hombre considerado como un
"testigo potencial" -que según una fuente autorizada jordana
es el palestino Ibrahim Abdallah Ahmad, de 32 años-, llegó a
Washington el jueves hacia las 20H00 (24H00 GMT).

(En Roma, la agencia de prensa italiana ANSA, citando fuentes
policiales, había indicado anteriormente que el sospechoso se
llamaba Ahbram Abdallah Ammad y que era jordano.) Dicho
individuo, que tiene un pasaporte norteamericano, fue
rechazado en el aeropuerto Heathrow de Londres y colocado en
un avión con destino a Washington.

Llegaba procedente de Chicago, y según un vocero de la aduana
de esa ciudad, su primera intención era viajar a Roma.

La policía italiana dijo que cuando se registró su equipaje en
Roma descubrió materiales que podían ser utilizados para
fabricar explosivos.

Un vocero del ministerio de Justicia, Carl Stern, declaró el
jueves que ese hombre era un "testigo potencial", sin excluir
que pudiera convertirse en sospechoso.

Muchas personas piensan que podría haber una conexión con
Medio Oriente, debido al atentado contra el World Trade Center
de Nueva York, que en 1993 dejó seis muertos y unos 1.000
heridos.

Por lo menos ocho soldados norteamericanos que hablan árabe
fueron reclutados para la investigación del atentado de
Oklahoma, indicó un vocero del Pentágono.

Pero mientras ordenaba que se incrementase la seguridad, Bill
Clinton pidió a los norteamericanos que no sacasen
conclusiones precipitadas.

"No se trata de una cuestión del país de origen de persona
alguna.

No se trata de una cuestión religiosa. No debemos utilizar
esteretipos.

Lo que necesitamos es descubrir quiénes hicieron esto y
castigarlos severamente", afirmó.

Las autoridades se muestran pesimistas sobre la posibilidad de
encontrar más supervivientes en el edificio federal de
Oklahoma.

Cientos de socorristas equipados con cámaras miniatura
ultramodernas, instrumentos de escucha y perros especialmente
entrenados, no lograron detectar señales de otras personas
vivas en ese inmueble de nueve pisos.

"Ya no escuchamos nada", dijo el alcalde de Oklahoma, Ron
Norick. (11A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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