San José (Especial de IPS). 12.12.93. Decenas de miles de
indÃgenas en América Latina jamás supieron que se celebró el año
internacional de las poblaciones indÃgenas, proclamado hace 12
meses por las Naciones Unidas y que está por concluir.
El año, que buscaba aumentar la conciencia del mundo sobre los
problemas y potencialidades de los pueblos indÃgenas y mejorar
sus condiciones de vida, comenzó a celebrarse el 10 de diciembre
de 1992, con una ceremonia en la sede de la ONU en Nueva York.
Sin embargo, el año resultó una decepción para los indÃgenas,
pues los gobiernos y la comunidad internacional no lo celebraron
debidamente, como lo han denunciado dirigentes indÃgenas del
mundo.
No solo eso, sino que IPS encontró que la celebración del año
internacional es totalmente desconocida por la mayorÃa de los
indÃgenas entrevistados al azar esta semana en varios paÃses de
América Latina.
Baldomero Torres es un lider indigena Bribri de Tabagra de Buenos
Aires de Puntarenas, en Costa Rica.
Al preguntarle IPS por el año internacional de los pueblos
indÃgenas, contestó que no habÃa oÃdo jamás de esta celebración
y, en todo caso, nosotros seguimos igual. El gobierno no ha
hecho nada para cambiar la situación seguimos como hace un año y
como hace quinientos años" exclamó.
En Ecuador, Angela Guaman, indÃgena de 30 años de edad, oriunda
de la provincia de Chimborazo, trabaja en Quito como empleada
doméstica.
"No ha habido nada de ese año, ni creo que ha habido" dijo con
la peculiar forma de expresarse en español de quien tiene como
lengua materna el quichua.
Y añadió con gran escepticismo: "todo sigue igual, seguimos tal
como antes y no creo que haciendo un año para los indÃgenas
nuestra pobreza cambie".
Manuel Pillajo, indÃgena de Cotopaxi que vende mandarinas y
tomates en las calles de Quito y tiene 26 años, declaró "No me
he enterado, eso creo que mejor saben los polÃticos o los
dirigentes. Yo no he oido nada, quizá fue alguna de esas cosas
que se dicen pero que nunca llegan a ser algo verdadero".
En Ciudad de México, varias decenas de indios Chimalapas realizan
desde este lunes un plantón por tiempo indefinido frente a la
sede del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
para denunciar su situación, amenazada por los intereses de
madereros, ganaderos y polÃticos complotados.
Constantino GarcÃa, de 33 años y Valdemar Escobedo Méndez, de 32
años, son parte de estos dirigentes. Ambos provienen de la
comunidad San Francisco de la Paz situada en una de las reservas
del bosque más importante del paÃs, llamada Los Chilampas, en el
istmo de Tehuantepec.
En 1687, los Zoques, antepasados de los actuales habitantes de
los Chimalapas, compraron a la corona española sus propias
tierras, 600 leguas cuadradas, por 25 mil pesos de oro.
Los tÃtulos virreinales de propiedad fueron reconocidos por el
Gobierno nacional en 1850, pese a lo cual han seguido sufriendo
toda clase de problemas, incluyendo asesinatos y secuestros sin
que su situación jurÃdica se resuelva plenamente.
Ninguno de los dos, ni GarcÃa ni Escobedo, conocÃa la existencia
del año indÃgena.
Se mostraron sorprendidos. Y a la pregunta de IPS de qué
esperarÃan de bueno, ahora que ya saben que éste es el año
indÃgena, dijeron al unÃsono "que el gobierno resuelva nuestros
problemas".
Erving Wilkinson, indÃgena miskito, originario de la costa
Atlántica de Nicaragua, trabaja en una compañÃa embotelladora de
bebidas gaseosas en Managua, a donde se trasladó "en busca de una vida
mejor".
"No estoy enterado. Casi nunca compro los periódicos y cuando veo
alguno, es la página deportiva, el beisbol", dijo Wilkinson.
Y, en seguida preguntó al periodista: "Nos podrÃa beneficiar en
algo eso del Año Internacional? La costa, mi comunidad, siempre
ha vivido en el atraso. La mayorÃa somos pobres, aunque hay
muchos recursos naturales.
Juan Meza, quien trabaja en el mercado oriental de Managua
descargando camiones de mercancÃa, nació en el barrio de Monimbo,
en la ciudad de Masaya.
"Ni siquiera se de lo que me está hablando. Lo único que sé es
que mi gente siempre hemos sido pobres con todos los gobiernos.
Pero Dios es el único que puede juzgar. Los indios siempre
seremos indios. Jodidos o no, somos indios y estamos orgullosos".
Más al Sur, en Bogotá, una periodista de IPS encontró vendiendo
artesanÃas de su región a Segundo Males, originario de Pasto, de
la etnia Kwaiker que habita un territorio que se extiende por 300
kilómetros de la frontera con Ecuador.
"Yo solo me dedico al comercio y no habÃa oÃdo hablar nada de que
éste fuera el año de los indÃgenas, es que no pongo mucha
atención a eso de las noticias ni pertenezco a ninguna
organización", dijo Males.
Rosa Kariban, de la comunidad Zenu, del norte colombiano, trabaja
como portera en un edificio del centro de Bogotá y es miembro de
base de la organización indÃgena de Colombia -ONIC-.
Ella se enteró hace cuatro meses en su comunidad "cuando el
gobierno nos mandó dinero para una escuela y unos afiches en los
que decÃa que era el año internacional indÃgena", relató.
Yulue YachachÃn es un indÃgena peruano que está hace dos meses en
Bogotá.
IPS lo encontró en una esquina tocando una flauta de caña. "Vi
algo por la televisión, de que era el año internacional indÃgena
y me parece bueno si sirve para salir de la marginalización en
que se nos ha tenido" señaló.
Quien resumió en su respuesta el dilema de la identidad del indio
migrante a las ciudades latinoamericanas fue un indÃgena
desciende de los Incas, Larico Huallpa, quechua, de 37 años,
nacido en Huancavelica, en la Sierra Sur central del Perú, y que
hoy trabaja como jardinero en Lima.
"No estoy enterado de que hubo un año internacional de los
pueblos indÃgenas... ¿Para qué? Qué buscaban? Quizá lo sepan los
polÃticos. Pero para conseguir algunos empleos hay que dejar de
parecer indio o campesino" dijo Huallpa.
Otra indÃgena, vendedora de un puesto callejero de golosinas en
Guatemala, llamada Beatriz Coroy, se ruboriza ante la pregunta de
IPS.
¿Cómo asÃ? respondió (que en Guatemala quiere decir: no entendÃ
nada de lo que me preguntó ¿me repite la pregunta?).
No, no sé de lo que me está platicando, Aunque creo que hubo una
fiesta en Ciban con marimba el 20 de octubre...¿Es eso?. El 20 de
octubre se conmemora en Guatemala la revolución que hubo en 1944.
"PROPUESTAS IMPRACTICABLES"
"Hoy en dÃa, gran parte de los reclamos del movimiento polÃtico
indigenista -como yo lo llamo- giran en torno a situaciones y
acciones discriminatorias contra los indÃgenas... y esto ha
llevado al movimiento a asumir posiciones que también son
discriminatorias. Muchas de sus propuestas son impracticables. Al
tratar de crear una nación dentro del paÃs, por ejemplo,
parecerÃa que no existe un afán de buscar soluciones, sino de
mantener una situación de conflicto similar a la de una lucha de
clases", sostiene Ignacio Pérez Arteta, subsecretario técnico
administrativo del ministerio de Agricultura y GanaderÃa.
Para él, no es tan cierto que los grupos indÃgenas no se hallen
representados en los distintos niveles del poder.... "Tenemos
muchos ciudadanos ecuatorianos que, sin vivir en comunidades
indÃgenas, provienen de ellas y han sido diputados, concejales...
han sido delegados de su grupo durante mucho tiempo y en
diferentes niveles. Quizá lo que no existe es la representación
de aquellos grupos que se han autodenominado los únicos
representantes del pueblo indÃgena en el Ecuador, como la
CONAIE".
Un doble frente
Según Pérez Arteta, los indios del paÃs constituyen un grupo
humano coherente, fuerte y con peso polÃtico que podrÃa
integrarse perfectamente al proceso democrático del paÃs con
presencia y voz propias, pero esto no será posible "mientras
busquen aislarse en su propio medio, con leyes y autoridades
distintas a las del resto del paÃs".
Desde el punto de vista del funcionario, esta posición empeñada
en "dividir al paÃs de forma vertical entre indios y no indios",
estarÃa directamente relacionada con la existencia de una
dualidad al interior del movimiento indÃgena. "El movimiento
polÃtico indigenista no es único (como se ha querido que piense
el paÃs). Por un lado existe un grupo sumamente politizado al
que, en el fondo, no le interesa el bienestar de su pueblo. Y,
por otro lado, está un grupo mucho menos politizado, más
auténtico, que busca en verdad mejorar la situación de su gente.
Personalmente, creo que es este segundo grupo que no busca
aislarse, que elige y es elegido, el que más fuerza tiene e
intenta participar en el proceso democrático del paÃs".
"La posición de los indÃgenas que tratan de aislarse ha generado
un clima de desconfianza entre los grupos humanos, una lucha al
interior de nuestra sociedad que no puede seguir prolongándose",
concluye Ignacio Pérez Arteta. (2C)