El extinto fiscal Wirmar Gonzabay había recibido información reservada del bombardeo en Angostura. Militares rastrearon el área en busca de dinero
Solo el fiscal Wirmar Gonzabay, fallecido hace una semana, sabía las razones por las que pidió a la Superintendencia de Bancos un reporte del movimiento de las cuentas de varios oficiales del Ejército. Esto, dentro de la investigación que se sigue en Nueva Loja (Sucumbíos) por supuesto atentado a la seguridad del Estado.
En ese proceso se imputó a la mexicana Lucía Morett y dos colombianas que fueron heridas en el bombardeo del Ejército de Colombia en Angostura. En este también está pendiente la declaración de Gustavo Larrea, ex ministro de Seguridad Interna y Externa.
El pedido del fiscal Gonzabay se formuló en carta dirigida a la Fiscalía General del Estado, el 1.º de julio de 2008, para que se oficie a las entidades del sistema financiero con el fin de que entreguen información financiera de cuentas, inversiones y movimientos económicos.
BLANCO Y NEGRO reveló ayer que entre los oficiales mencionados estaban los ex jefes del Ejército, Guillermo Vásconez, de la dirección de Inteligencia del Comando Conjunto de las FFAA, Luis Garzón, y de la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Terrestre, Mario Pazmiño.
En la misma lista de cuentas requeridas de los oficiales se incluyó la de Franklin Aisalla, fallecido en el bombardeo de Angostura el 1.º de marzo de 2008, fecha en que los oficiales señalados ocupaban esos cargos.
Fuentes de la Fiscalía de Sucumbíos señalaron que Gonzabay recibió en su despacho información reservada sobre el bombardeo en Angostura, en un sobre cerrado, junto con una carta o informe. También destacaron la versión de una discusión entre militares colombianos y ecuatorianos en el sector de Angostura, posterior al bombardeo.
En su oficio del 1.º de julio de 2008, Gonzabay pidió información de depósitos efectuados el 15 de abril, el 15 de mayo y el 16 de junio de 2008, por cantidades que iban de los $426 a los $600.
No obstante, esas fuentes dijeron que de los informes financieros recabados no se habría encontrado nada raro. Pero la muerte del fiscal de Sucumbíos habría dejado algunas versiones pendientes.
Luis Garzón le dijo a BLANCO Y NEGRO no saber nada del tema e informó que se hizo "una investigación profunda" para determinar si en el campamento de Angostura pudo existir dinero, debido a que había sospechas en ese sentido. Esas inquietudes habrían surgido de las propias versiones de Colombia de que en los campamentos de las FARC hay "caletas", sitios donde se escondería dinero y droga.
El alto oficial del Ejército destacó que hubo un rastreo minucioso por más de 20 días, pero no se halló nada. (LB/MP)
Solo el fiscal Wirmar Gonzabay, fallecido hace una semana, sabía las razones por las que pidió a la Superintendencia de Bancos un reporte del movimiento de las cuentas de varios oficiales del Ejército. Esto, dentro de la investigación que se sigue en Nueva Loja (Sucumbíos) por supuesto atentado a la seguridad del Estado.
En ese proceso se imputó a la mexicana Lucía Morett y dos colombianas que fueron heridas en el bombardeo del Ejército de Colombia en Angostura. En este también está pendiente la declaración de Gustavo Larrea, ex ministro de Seguridad Interna y Externa.
El pedido del fiscal Gonzabay se formuló en carta dirigida a la Fiscalía General del Estado, el 1.º de julio de 2008, para que se oficie a las entidades del sistema financiero con el fin de que entreguen información financiera de cuentas, inversiones y movimientos económicos.
BLANCO Y NEGRO reveló ayer que entre los oficiales mencionados estaban los ex jefes del Ejército, Guillermo Vásconez, de la dirección de Inteligencia del Comando Conjunto de las FFAA, Luis Garzón, y de la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Terrestre, Mario Pazmiño.
En la misma lista de cuentas requeridas de los oficiales se incluyó la de Franklin Aisalla, fallecido en el bombardeo de Angostura el 1.º de marzo de 2008, fecha en que los oficiales señalados ocupaban esos cargos.
Fuentes de la Fiscalía de Sucumbíos señalaron que Gonzabay recibió en su despacho información reservada sobre el bombardeo en Angostura, en un sobre cerrado, junto con una carta o informe. También destacaron la versión de una discusión entre militares colombianos y ecuatorianos en el sector de Angostura, posterior al bombardeo.
En su oficio del 1.º de julio de 2008, Gonzabay pidió información de depósitos efectuados el 15 de abril, el 15 de mayo y el 16 de junio de 2008, por cantidades que iban de los $426 a los $600.
No obstante, esas fuentes dijeron que de los informes financieros recabados no se habría encontrado nada raro. Pero la muerte del fiscal de Sucumbíos habría dejado algunas versiones pendientes.
Luis Garzón le dijo a BLANCO Y NEGRO no saber nada del tema e informó que se hizo "una investigación profunda" para determinar si en el campamento de Angostura pudo existir dinero, debido a que había sospechas en ese sentido. Esas inquietudes habrían surgido de las propias versiones de Colombia de que en los campamentos de las FARC hay "caletas", sitios donde se escondería dinero y droga.
El alto oficial del Ejército destacó que hubo un rastreo minucioso por más de 20 días, pero no se halló nada. (LB/MP)
Más en el