El sector El Arbolito, del cantón Durán, fue uno de los más perjudicados por las lluvias de los últimos días.
Al menos cuatro familias tuvieron que improvisar viviendas con planchas de zinc porque sus casas de madera y caña se cayeron en la madrugada del jueves anterior, cuando una lluvia intensa cubrió la zona.
Para Lorena Piguave, quien vive desde hace diez años en el lugar, las inundaciones no son novedad. Cada invierno ella y sus vecinos tratan de construir zanjas para drenar el agua, pero esta vez las medidas no fueron suficientes. Los canales solo sirvieron para que los chicos del barrio se divirtieran nadando.
Los moradores de El Arbolito, que no tiene sistemas de alcantarillado ni agua potable, aseguran que se conformarían con que se les proporcionara material de relleno y se enviara un equipo de fumigación para combatir los mosquitos y prevenir enfermedades en los niños, "que se recuperan de la fiebre un día para volver a caer al otro".
A Lorena le preocupa la salud de sus hijos, puesto que es frecuente en ellos la presencia de infecciones en la piel.
Al ser todos los habitantes de El Arbolito invasores de tierras, que no se organizaron en comités ni en cooperativas, han permanecido al margen de las obras emprendidas por la Municipalidad de Durán. "Es como si estuviéramos fuera del cantón" comenta el suegro de Lorena, que la ayudó a disminuir el agua de su vivienda y poner a salvo sus pertenencias. Tampoco han recibido ofrecimientos de ninguna otra persona, "porque todavía no es tiempo de campaña electoral", dicen sonriendo con indiferencia.
Viuda y con tres niños pequeños, Lorena Piguave no tiene idea de qué hará si su vivienda, que aún no está terminada de construir, se destruyera. "Supongo que tendría que pedir ayuda a mi hermana, para irme a su casa con mi mamá, mi suegro y los niños, el problema es que somos bastantes" asegura con inquietud, mientras contempla la cerca alrededor de su vivienda, a la que el agua va haciendo ceder. (DV)
Chone: no funcionan obras de protección
Los 60 mil habitantes de Chone perdieron el optimismo cuando comprobaron que poco ha servido el encauzamiento del río porque, pese a la obra, la ciudad sigue anegada a causa de los desbordamientos y los fuertes aguaceros.
Luego de soportar 67 inundaciones en 2000, el Ministerio de Desarrollo Urbano contrató el desvío del río Chone en 7 kilómetros, a un costo de $9,5 millones.
Los criterios de los chonenses no son iguales respecto de la fórmula que debió aplicarse . Un grupo de habitantes cree que se debió dragar el río y no ensancharlo como se lo hace ahora. Otro sector considera que se debió ejecutar el plan integral de control de las crecientes en la cuenca alta de los ríos Grande, Santo, Mosquito y Garrapata, las cuatro presas cortapicos,
la protección de las riberas del río Chone a lo largo de la ciudad, la habilitación del canal de desvío, y la ejecución de un nuevo sistema de alcantarillado pluvial compatible con los requerimientos del control de inundaciones, a un costo de $31 millones. (AM)
Tesis
n En Chone se mantiene la tesis de provincialización junto a otros seis cantones del norte de Manabí.
n El encauzamiento del río Chone y la construcción de la planta de agua potable son pretenciones de los auspiciantes de la idea de provincialización.
n En esos cantones habita el 50% de la población manabita. (AM)
"Lo sanitario es lo emergente"
La declaratoria de emergencia vial, decretada por el presidente Gustavo Noboa, no fue compartida por autoridades ni médicos de la Costa quienes pidieron que primero se atendieran las enfermedades virales y la falta de alimentos entre los damnificados.
La Defensoría del Pueblo para el Litoral y Galápagos pidió a los gobernadores de Guayas, Manabí, El Oro y Los Ríos, que solicitaran al vicepresidente Pinto la declaración de emergencia sanitaria en las zonas azotadas por las inundaciones.
Igual pedido lo hizo el subsecretario de Medicina Tropical, Irisarry Macías, al considerar la crítica situación que se vive en el Litoral.
Jorge López, morador de la parroquia Juan Bautista Aguirre, en Guayas, manifestó que la prioridad es atender a los damnificados y afectados por las inundaciones. "Necesitamos medicamentos para combatir el dengue y el paludismo que azotan a la región, pero también requerimos alimentos, pues mucha gente ha abandonado sus casas porque están anegadas", declaró.
De otro lado, Manuel Aguirre, alcalde de Huaquillas denunció que el desbordamiento del río Zarumilla anegó extensas zonas limítrofes peruanas y ecuatorianas, y destruyó un puente que facilitaba el transporte de mercaderías entre los dos países.
Aguirre dijo que si en las próximas 72 horas no recibiera una respuesta satisfactoria del Ministerio de Obras Públicas (MOP) sobre la reparación del puente, iniciará, junto a los pobladores de Huaquillas, un paro general de actividades. (AM)
Al menos cuatro familias tuvieron que improvisar viviendas con planchas de zinc porque sus casas de madera y caña se cayeron en la madrugada del jueves anterior, cuando una lluvia intensa cubrió la zona.
Para Lorena Piguave, quien vive desde hace diez años en el lugar, las inundaciones no son novedad. Cada invierno ella y sus vecinos tratan de construir zanjas para drenar el agua, pero esta vez las medidas no fueron suficientes. Los canales solo sirvieron para que los chicos del barrio se divirtieran nadando.
Los moradores de El Arbolito, que no tiene sistemas de alcantarillado ni agua potable, aseguran que se conformarían con que se les proporcionara material de relleno y se enviara un equipo de fumigación para combatir los mosquitos y prevenir enfermedades en los niños, "que se recuperan de la fiebre un día para volver a caer al otro".
A Lorena le preocupa la salud de sus hijos, puesto que es frecuente en ellos la presencia de infecciones en la piel.
Al ser todos los habitantes de El Arbolito invasores de tierras, que no se organizaron en comités ni en cooperativas, han permanecido al margen de las obras emprendidas por la Municipalidad de Durán. "Es como si estuviéramos fuera del cantón" comenta el suegro de Lorena, que la ayudó a disminuir el agua de su vivienda y poner a salvo sus pertenencias. Tampoco han recibido ofrecimientos de ninguna otra persona, "porque todavía no es tiempo de campaña electoral", dicen sonriendo con indiferencia.
Viuda y con tres niños pequeños, Lorena Piguave no tiene idea de qué hará si su vivienda, que aún no está terminada de construir, se destruyera. "Supongo que tendría que pedir ayuda a mi hermana, para irme a su casa con mi mamá, mi suegro y los niños, el problema es que somos bastantes" asegura con inquietud, mientras contempla la cerca alrededor de su vivienda, a la que el agua va haciendo ceder. (DV)
Chone: no funcionan obras de protección
Los 60 mil habitantes de Chone perdieron el optimismo cuando comprobaron que poco ha servido el encauzamiento del río porque, pese a la obra, la ciudad sigue anegada a causa de los desbordamientos y los fuertes aguaceros.
Luego de soportar 67 inundaciones en 2000, el Ministerio de Desarrollo Urbano contrató el desvío del río Chone en 7 kilómetros, a un costo de $9,5 millones.
Los criterios de los chonenses no son iguales respecto de la fórmula que debió aplicarse . Un grupo de habitantes cree que se debió dragar el río y no ensancharlo como se lo hace ahora. Otro sector considera que se debió ejecutar el plan integral de control de las crecientes en la cuenca alta de los ríos Grande, Santo, Mosquito y Garrapata, las cuatro presas cortapicos,
la protección de las riberas del río Chone a lo largo de la ciudad, la habilitación del canal de desvío, y la ejecución de un nuevo sistema de alcantarillado pluvial compatible con los requerimientos del control de inundaciones, a un costo de $31 millones. (AM)
Tesis
n En Chone se mantiene la tesis de provincialización junto a otros seis cantones del norte de Manabí.
n El encauzamiento del río Chone y la construcción de la planta de agua potable son pretenciones de los auspiciantes de la idea de provincialización.
n En esos cantones habita el 50% de la población manabita. (AM)
"Lo sanitario es lo emergente"
La declaratoria de emergencia vial, decretada por el presidente Gustavo Noboa, no fue compartida por autoridades ni médicos de la Costa quienes pidieron que primero se atendieran las enfermedades virales y la falta de alimentos entre los damnificados.
La Defensoría del Pueblo para el Litoral y Galápagos pidió a los gobernadores de Guayas, Manabí, El Oro y Los Ríos, que solicitaran al vicepresidente Pinto la declaración de emergencia sanitaria en las zonas azotadas por las inundaciones.
Igual pedido lo hizo el subsecretario de Medicina Tropical, Irisarry Macías, al considerar la crítica situación que se vive en el Litoral.
Jorge López, morador de la parroquia Juan Bautista Aguirre, en Guayas, manifestó que la prioridad es atender a los damnificados y afectados por las inundaciones. "Necesitamos medicamentos para combatir el dengue y el paludismo que azotan a la región, pero también requerimos alimentos, pues mucha gente ha abandonado sus casas porque están anegadas", declaró.
De otro lado, Manuel Aguirre, alcalde de Huaquillas denunció que el desbordamiento del río Zarumilla anegó extensas zonas limítrofes peruanas y ecuatorianas, y destruyó un puente que facilitaba el transporte de mercaderías entre los dos países.
Aguirre dijo que si en las próximas 72 horas no recibiera una respuesta satisfactoria del Ministerio de Obras Públicas (MOP) sobre la reparación del puente, iniciará, junto a los pobladores de Huaquillas, un paro general de actividades. (AM)
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