Un motivo reiterado de la intervención de Bill Clinton la noche del sábado en el Teatro Centro de Arte en Guayaquil fue el de la confianza y el optimismo. Clinton observó que, a diferencia de lustros atrás, los gobernantes que asistieron a la última Cumbre de las Américas habÃan llegado al poder por el voto democrático; se ha dado un avance en la consolidación del liderazgo fundado en las leyes y no en las armas.
"Este siglo XXI es el de la interdependencia global", afirmó; pero el mundo interdependiente no es aún un mundo integrado.
El optimismo no desconoce las graves dificultades, como las paradojas de la globalización. "No es verdad que la economÃa globalizada sea causa de la pobreza, como aseguran los antiglobalizadores", afirmó. El ex mandatario habló del proceso de crecimiento económico, que permite la globalización,
los logros educativos, cientÃficos, y en la lucha contra las enfermedades; pero también se refirió a la otra cara de la medalla: más de un billón de seres humanos que sobreviven con menos de un dólar por dÃa; consecuencias negativas del crecimiento industrial en el medio ambiente; la realidad de más de 100 millones de niños que no tienen acceso a la escuela o la abandonan; las lacras en la salud, como las altas tasas de mortalidad materna e infantil, la tuberculosis, la malaria y el azote del sida. La mayor amenaza para la democracia y el futuro del mundo son estos desequilibrios y el renacimiento de los odios y los fundamentalismos.
Ecuador vive en carne propia esas paradojas: ha tenido el más alto crecimiento de la región y una importante reducción de la inflación, pero a la par ha visto duplicar el número de pobres y ha aumentado la emigración.
Expuso Clinton las estrategias prácticas para enfrentar la fase negativa y desintegradora: el perdón de la deuda externa a una veintena de los paÃses más pobres, la apertura del mercado y las preferencias arancelarias, estÃmulos económicos para que las madres pobres envÃen a sus hijos a la escuela, los programas escolares de alimentación. Toda gran meta pasa por pequeñas victorias, dijo.
En cuanto al futuro de Ecuador, Clinton se refirió a las ventajosas expectativas que se abren con el nuevo oleoducto, para cuya construcción pidió apoyo; reiteró la necesidad de fortalecer de las instituciones, garantizar la seguridad jurÃdica y reforzar los programas de ayuda social. No es suficiente lo que dedica actualmente el Ecuador a esta última área, sostuvo. Se refirió, también, a la necesidad de una estrategia preventiva frente a los problemas de la vecina Colombia. (DAS)
Intervención optimista, pragmática y profunda
El ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, convenció al auditorio que lo escuchó, la noche del sábado en el Teatro Centro de Arte de Guayaquil.
El alcalde Jaime Nebot, manifestó que fue una intervención profunda, valiosa, pragmática y optimista. Clinton es un hombre que, viniendo del Partido Demócrata, tiene una visión muy clara de la globalización, del papel de la empresa privada y del Estado. Creo que dejó una gran lección, declaró el burgomaestre porteño.
A su vez, el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, JoaquÃn Zevallos, manifestó que el pensamiento de Clinton dejó conceptos profundos e interesantes, en un momento oportuno para el Ecuador.
El dirigente empresarial señaló que para Clinton no todo es privatizable; lo importante es ver su significado para el usuario y el ciudadano en términos de servicios, menos costos y menos impuestos.
Creo que la intervención del ex presidente fue buena, dio cifras y una visión de un hombre que vivió una etapa importante dentro de la vida de los EEUU y de uno de los mandatarios más exitosos, aseveró Zevallos.
Por su lado, el secretario general de la Administración, Marcelo Santos, opinó que la intervención del ex mandatario llena con creces las expectativas que se habÃan generado. "Es la experiencia de haber estado 8 años en el Gobierno de la nación más poderosa del planeta, en cuya vida e historia ha dejado una huella muy profunda".(AM)
Cientos de personas aclaman en Quito al "presidente Clinton"
Reyna Paredes soportó su dolor de espalda por más de dos horas para poder ver al ex presidente de EEUU, Bill Clinton.
Luego de salir de la misa a las 10:00, en la Iglesia del Sagrario, Reyna, de 59 años, decidió esperar en las calles Chile y GarcÃa Moreno la llegada de Clinton al Palacio de Carondelet. "SabÃa que él vendrÃa a Quito, por eso estoy esperando para verlo y, si puedo, darle un beso", dijo mientras se quejaba por el calor.
Bajo un fuerte sol, Clinton llegó a las 11:55 a la Plaza Grande, vestido con un traje negro, camisa blanca y corbata roja; rompiendo el protocolo extendió su mano a todos los hombres, mujeres y niños que le gritaban "presidente". Acompañado de la embajadora Ivonne Baki, visitó el Centro Cultural Metropolitano, la Iglesia del Sagrario y la CompañÃa de Jesús.
Este periplo por la calle GarcÃa Moreno lo realizó a pie, rodeado de más de 25 policÃas, 8 miembros de su seguridad y más de 500 personas que lo seguÃan llamándolo por su apellido.
A la salida de una de las iglesias, una señora se le acercó y le entregó un ramo de rosas blancas y rosadas, mientras él se detuvo para darle un beso a una anciana. Mientras, Reyna miraba de lejos la escena.
No faltaron los vendedores ambulantes que preguntaban ¿quién es este? Clinton se detuvo en tres ocasiones para responder las preguntas de la prensa. Se refirió al año pasado, durante el cual el Ecuador tuvo la tasa más alta de crecimiento de todo el hemisferio occidental: "si permanecen en
la ruta de la responsabilidad económica, si procuran el mejoramiento de su sistema bancario y el equilibrio fiscal, yo pienso que su futuro económico es bueno", dijo; agregó que se necesitarÃan 4 a 6 años como ese para estar en una buena condición. Clinton ingresó a Carondelet, en donde fue recibido
por el vicepresidente de la Repú Pedro Pinto, en el despacho presidencial. (ICO)
"Este siglo XXI es el de la interdependencia global", afirmó; pero el mundo interdependiente no es aún un mundo integrado.
El optimismo no desconoce las graves dificultades, como las paradojas de la globalización. "No es verdad que la economÃa globalizada sea causa de la pobreza, como aseguran los antiglobalizadores", afirmó. El ex mandatario habló del proceso de crecimiento económico, que permite la globalización,
los logros educativos, cientÃficos, y en la lucha contra las enfermedades; pero también se refirió a la otra cara de la medalla: más de un billón de seres humanos que sobreviven con menos de un dólar por dÃa; consecuencias negativas del crecimiento industrial en el medio ambiente; la realidad de más de 100 millones de niños que no tienen acceso a la escuela o la abandonan; las lacras en la salud, como las altas tasas de mortalidad materna e infantil, la tuberculosis, la malaria y el azote del sida. La mayor amenaza para la democracia y el futuro del mundo son estos desequilibrios y el renacimiento de los odios y los fundamentalismos.
Ecuador vive en carne propia esas paradojas: ha tenido el más alto crecimiento de la región y una importante reducción de la inflación, pero a la par ha visto duplicar el número de pobres y ha aumentado la emigración.
Expuso Clinton las estrategias prácticas para enfrentar la fase negativa y desintegradora: el perdón de la deuda externa a una veintena de los paÃses más pobres, la apertura del mercado y las preferencias arancelarias, estÃmulos económicos para que las madres pobres envÃen a sus hijos a la escuela, los programas escolares de alimentación. Toda gran meta pasa por pequeñas victorias, dijo.
En cuanto al futuro de Ecuador, Clinton se refirió a las ventajosas expectativas que se abren con el nuevo oleoducto, para cuya construcción pidió apoyo; reiteró la necesidad de fortalecer de las instituciones, garantizar la seguridad jurÃdica y reforzar los programas de ayuda social. No es suficiente lo que dedica actualmente el Ecuador a esta última área, sostuvo. Se refirió, también, a la necesidad de una estrategia preventiva frente a los problemas de la vecina Colombia. (DAS)
Intervención optimista, pragmática y profunda
El ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, convenció al auditorio que lo escuchó, la noche del sábado en el Teatro Centro de Arte de Guayaquil.
El alcalde Jaime Nebot, manifestó que fue una intervención profunda, valiosa, pragmática y optimista. Clinton es un hombre que, viniendo del Partido Demócrata, tiene una visión muy clara de la globalización, del papel de la empresa privada y del Estado. Creo que dejó una gran lección, declaró el burgomaestre porteño.
A su vez, el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, JoaquÃn Zevallos, manifestó que el pensamiento de Clinton dejó conceptos profundos e interesantes, en un momento oportuno para el Ecuador.
El dirigente empresarial señaló que para Clinton no todo es privatizable; lo importante es ver su significado para el usuario y el ciudadano en términos de servicios, menos costos y menos impuestos.
Creo que la intervención del ex presidente fue buena, dio cifras y una visión de un hombre que vivió una etapa importante dentro de la vida de los EEUU y de uno de los mandatarios más exitosos, aseveró Zevallos.
Por su lado, el secretario general de la Administración, Marcelo Santos, opinó que la intervención del ex mandatario llena con creces las expectativas que se habÃan generado. "Es la experiencia de haber estado 8 años en el Gobierno de la nación más poderosa del planeta, en cuya vida e historia ha dejado una huella muy profunda".(AM)
Cientos de personas aclaman en Quito al "presidente Clinton"
Reyna Paredes soportó su dolor de espalda por más de dos horas para poder ver al ex presidente de EEUU, Bill Clinton.
Luego de salir de la misa a las 10:00, en la Iglesia del Sagrario, Reyna, de 59 años, decidió esperar en las calles Chile y GarcÃa Moreno la llegada de Clinton al Palacio de Carondelet. "SabÃa que él vendrÃa a Quito, por eso estoy esperando para verlo y, si puedo, darle un beso", dijo mientras se quejaba por el calor.
Bajo un fuerte sol, Clinton llegó a las 11:55 a la Plaza Grande, vestido con un traje negro, camisa blanca y corbata roja; rompiendo el protocolo extendió su mano a todos los hombres, mujeres y niños que le gritaban "presidente". Acompañado de la embajadora Ivonne Baki, visitó el Centro Cultural Metropolitano, la Iglesia del Sagrario y la CompañÃa de Jesús.
Este periplo por la calle GarcÃa Moreno lo realizó a pie, rodeado de más de 25 policÃas, 8 miembros de su seguridad y más de 500 personas que lo seguÃan llamándolo por su apellido.
A la salida de una de las iglesias, una señora se le acercó y le entregó un ramo de rosas blancas y rosadas, mientras él se detuvo para darle un beso a una anciana. Mientras, Reyna miraba de lejos la escena.
No faltaron los vendedores ambulantes que preguntaban ¿quién es este? Clinton se detuvo en tres ocasiones para responder las preguntas de la prensa. Se refirió al año pasado, durante el cual el Ecuador tuvo la tasa más alta de crecimiento de todo el hemisferio occidental: "si permanecen en
la ruta de la responsabilidad económica, si procuran el mejoramiento de su sistema bancario y el equilibrio fiscal, yo pienso que su futuro económico es bueno", dijo; agregó que se necesitarÃan 4 a 6 años como ese para estar en una buena condición. Clinton ingresó a Carondelet, en donde fue recibido
por el vicepresidente de la Repú Pedro Pinto, en el despacho presidencial. (ICO)
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