Quito. 8 dic 97. Sánchez de Lozada hace un rápido balance de
lo que significó su paso por la Presidencia de Bolivia. En la
corrupción mira a uno de los más grandes obstáculos para que
el trabajo de un Gobierno sea respetado y tenga plena
confianza.
El perfil de un buen presidente
Creo que nuestros paÃses necesitan presidentes con una visión.
Porque el gobernar es exigir sacrificios. Pero un sacrificio
es un castigo si la gente no tiene el sentimiento que lo está
haciendo para llegar a algo mejor para su paÃs y para su
familia. Y el destino de un buen presidente es no estar muy
apegado a ser popular.
Tiene que ser popular para ganar la elección y después tiene
que trabajar mucho para ser respetado. Tiene que ser honesto,
no únicamente con las cosas del Estado, honesto en lo que dice
e intenta hacer.
Pero creo que es un gran error querer ser popular. El poder
desgasta. Es decir, si no se hace nada vas a ser muy
impopular. Y si haces mucho también vas ha ser impopular.
Pero, la diferencia es que si se hace con honestidad y
claridad, se tiene la posibilidad de terminar respetado (...).
No es compatible el hacerlo bien con tener miedo a hacer las
cosas. El pueblo quiere que los presidentes sean lÃderes y los
lleven a una vida mejor especialmente para sus hijos.
El cambio no siempre agrada
Maquiavelo hizo la mejor definición: es muy difÃcil el cambio
porque los afectados se dan cuenta inmediatamente, los
beneficiados tardan mucho tiempo.
Entonces uno tiene inmediatamente a los afectados que se
movilizan, hacen manifestaciones. Y es muy difÃcil ganar esa
batalla de comunicación. Además, la gente tiene mucho miedo al
cambio.
La polÃtica de los sacrificios
Cuando yo llegué a la Presidencia tuve que pedir sacrificios y
comprensión (...). La gente estaba en contra de la
privatización ya el gobierno anterior la habÃa probado y hubo
mucha corrupción.
Cuando yo llegué no querÃan oÃr de privatización. Lo veÃan
como sinónimo de corrupción, que se perdÃan empleos y subÃan
las tarifas de los servicios. Y yo les dije que no podÃamos
dejar a estas empresas sin tecnologÃa moderna, sin capital. Y
que no podÃamos dejarlas sin una administración eficaz. Les
dije que no podÃan seguir siendo prebendas de los gobiernos y
de los partidos oficialistas. Pero les traté de explicar que
en la capitalización Ãbamos a generar empleos. Mostré que si
habÃa sacrificio, también habÃa una cosa buena. Yo querÃa que
el paÃs sepa que Ãbamos a encarar una revolución en
democracia, pero una revolución para ser mejor.
Sin mayorÃa no se gobierna
Es muy importante tener consensos pero es muy importante
comprender lo que es un consenso: es algo que no satisface a
nadie pero que es tolerable para todos. Además tiene que haber
un elemento de liderazgo. Yo me permito sugerir que el
presidente tiene que asegurarse una mayorÃa en el Congreso. El
Congreso si tienes mayorÃa es una mansa paloma y si no tienes
mayorÃa, y eres presidente, es un tigre.
Hay que cambiar las reglas
Mucha gente cree que es culpa de los polÃticos y de los
partidos y a veces (la culpa la tienen) las reglas. La mejor
gente si no tienes buenas reglas no funciona. Aunque buenas
reglas sin buena gente tampoco.
¿Qué pasa en Bolivia? Si nadie saca la mayorÃa absoluta,
entonces los primeros dos van al Congreso que elige a uno en
segunda vuelta. Eso obliga al que va a ganar a formar una
coalición para ser elegido y para gobernar. Nuestra
Constitución tuvo ese acierto. Un constitucionalista vio que
el gran problema de gobernabilidad es tener mayorÃas, tener
representación proporcional, para que estén en el Congreso
todas las tendencias, grupos y regiones. A la democracia hay
que entenderla como el gobierno de la mayorÃa con respeto a la
minorÃa.
Crear empleo es la prioridad
En mi Gobierno hemos respetado el fuero sindical. Y la Central
Obrera en Bolivia ha sido respetada. Pero, hemos sido objeto
de crÃtica porque hemos tomado medidas que ellos han percibido
que no eran convenientes a su pensamiento y a los intereses de
la clase trabajadora.Yo he tratado de explicar que las medidas
eran para generar empleo, porque el problema número uno de
nuestros paÃses es la falta de empleo. Nosotros creemos que
las fuerzas sindicales tienen que apoyar medidas que generen
empleo y crecimiento. Lo contrario es condenarse.
No a las elecciones intermedias
Las elecciones intermedias desestabilizan. No es un problema
ecuatoriano, es un problema de reglas. Yo creo que hay que
eliminar esas elecciones intermedias que lo único que hacen es
garantizar que el Presidente va a tener más oposición. Quitan
su viabilidad, lo hemos visto con Menem y con Clinton.
Sobre la censura a ministros
En Bolivia hay la censura parlamentaria de ministros. Sin
embargo éstos no están obligados a irse, porque eso es
desestabilizador. La decisión de aceptar o no la renuncia de
un ministro es decisión del presidente. En Bolivia ha
funcionado relativamente bien, porque el presidente tiene una
mayorÃa. Pero con mayorÃa, si hay una censura, el presidente
analiza si cambia a un ministro o cambia la polÃtica.
Por un Ejecutivo fuerte
Creo que debemos buscar sistemas mixtos: un buen presidente
fuerte pero que pueda trabajar con una mayorÃa del Congreso.
También creo que en una nueva Constitución se debe buscar una
forma para estimular a los partidos para que apoyen al
presidente.
Porque sin mayorÃa no hay estabilidad. Hoy Bolivia tiene
estabilidad económica. La inflación está por bajo del cinco
por ciento. En crecimiento está en el cinco por ciento. Hay
crecimiento y estabilidad. Lo importante es que se avanzó con
una polÃtica antinflación, de crecimiento y a la vez de
redistribución, tomando en cuenta lo social.
La capitalización da empleo
La privatización es vender las empresas, el gobierno recibe la
plata y generalmente lo usa para cubrir su déficit fiscal u
obras públicas. Nosotros no vendimos nuestra empresa de
telecomunicación: vino un extranjero hizo un aporte (610
millones) y le dimos un 50 por ciento. Esa plata fue a la
empresa para mejorarla y generar empleo. El otro 50 por ciento
lo entregamos a los administradores privados de pensiones para
que haya un bono para toda la gente mayor de 65 años de edad.
Eso permitió que las empresas sean administradas sin
interferencia polÃtica, con buena tecnologÃa y capital.
Yo no estuve de acuerdo con la privatización y la solución fue
la capitalización. Es decir, que el pueblo recibe un beneficio
de las empresas del Estado.
Areas estratégicas: idea vieja
Es un error mantener la escuela de las áreas estratégicas. En
Bolivia, por ejemplo, petróleo y minerÃa, tiene que ser del
Estado pero hay que darlo en concesión por tiempo limitado
(25, 30 años). Debe haber un sistema de concesiones o de
contratos. El resto no tiene sentido en el mundo competitivo.
Aquà no se puede justificar con el potencial hidroeléctrico y
el potencial de gas termoeléctrico, que Ecuador tenga
problemas energéticos. Ya es hora de hacer leyes para atraer
capital privado con regulación del Estado. Con excepción de
esas dos áreas se debe abrir el resto, sino no van a entrar en
el próximo siglo de una forma competitiva. Eso complicará el
futuro de los ecuatorianos.
Pensión: la fórmula boliviana
Con el sistema de pensiones hemos garantizado las pensiones de
los jubilados: el Estado paga. Pero todo en el futuro se
aplica en el sistema de capitalización individual. Hemos
subido el sueldo del trabajador y ya no contribuye el patrono:
el dinero se pone en una cuenta individual y el trabajador ve
cuánto ha crecido.
En cinco meses ha subido en 130 por ciento las contribuciones
de las empresas. Hemos descubierto que el antiguo sistema del
reparto simple que manejaba el Estado tenÃa corrupción e
incorrección.
Educación: una tesis novedosa
La medida más popular fue la reforma a la educación. En
Bolivia habÃa oposición de las cúpulas sindicales del
magisterio. Porque tienen mucho poder. Nosotros entregamos la
administración de la educación al gobierno local (municipios),
pero no el derecho de despedir y contratar.
Si yo volviera a la presidencia darÃa a los municipios el
poder de despedir y contratar. Y harÃa un gran esfuerzo para
mejorar su salario.
El gobierno nacional no puede pelear con maestros, tienen que
pelear los gobierno locales que les interesa el resultado de
la educación. (Texto tomado de El Comercio)
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Publicado el 08/Diciembre/1997 | 00:00