BOGOTÃ. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cumple el lunes sus primeros cien dÃas de gobierno en los que se ha desmarcado de su mentor Ãlvaro Uribe, pero enfrenta grandes desafÃos como la restitución de tierras a desplazados, reducir la pobreza y el conflicto armado interno.
Santos, de 59 años y quien asumió la presidencia el pasado 7 de agosto, se presentó como la continuidad del popular ex mandatario derechista Uribe, quien centró sus ocho años de gobierno (2002-2010) en el combate a las guerrillas izquierdistas.
Pero también ofreció crear 2,5 millones de empleos en cuatro años, para reducir la pobreza (46%, de las más altas de la región), reparar a las vÃctimas del conflicto armado de más de 40 años, y mejorar las deterioradas relaciones con los vecinos, en particular Venezuela y Ecuador.
El 10 de agosto, Santos y el presidente venezolano Hugo Chávez restablecieron las relaciones diplomáticas de sus paÃses, rotas tres semanas antes, lo que marcó la primera señal de distanciamiento con Uribe.
Ello fue acompañado por un mayor acercamiento a los paÃses e instituciones de América Latina y un replanteamiento de las relaciones con Estados Unidos, paÃs del cual es el principal aliado en la región.
"Santos es mucho más reflexivo y menos impulsivo que Uribe. Tiene formación de gerente y ello le dio un nuevo aire a Colombia, pues los últimos dÃas de Uribe estuvieron marcados por conflictos tanto internos como con los vecinos", dijo a la AFP el publicista polÃtico Juan Rocha.
Para Ricardo Galán, estratega de las campañas electorales de Uribe y de Santos, el actual presidente contrasta con su antecesor en que "es más conciliador, muy cuidadoso en la forma y totalmente gerencial. Es muy bueno conformando equipos. Uribe fue más pasional".
Ese estilo le ha valido una gran popularidad, que según los sondeos alcanzaba hasta el 89% en noviembre, aunque algunas de sus principales promesas se ven difÃciles de cumplir.
Uno de sus principales desafÃos será la restitución de tierras a la población desplazada por la violencia, especialmente de grupos paramilitares. Santos se ha propuesto entregar 500.000 hectáreas cada año, pero ya varios dirigentes campesinos han sido atacados y uno de ellos asesinado.
Para el coordinador del sistema de Naciones Unidas en Colombia, Bruno Moro, "el problema real y de mayor peligro para la democracia y la reconciliación en este paÃs son las bandas que todavÃa cometen asesinatos contra lÃderes de derechos humanos y de mujeres".
"Buscan disminuir la credibilidad de un gobierno que quiere introducir a las vÃctimas en el debate público", dijo Moro a la AFP.
En el tema de la seguridad, una de las principales preocupaciones de los colombianos, Santos se ha mostrado dispuesto a mantener una lÃnea de tolerancia cero.
Cinco dÃas después de su toma de posesión, un carro bomba estalló en Bogotá, y pese a que no causó muertos, el atentado ratificó la decisión de proseguir el combate frontal a las guerrillas.
AsÃ, el 22 de septiembre fue abatido en un operativo militar contra su campamento Jorge Briceño, alÃas Mono Jojoy, el número dos de las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en lo que se consideró el más duro golpe recibido por esa guerrilla.
Pero asà como suma puntos en el combate a las guerrillas, el gobierno de Santos enfrenta un deterioro de la seguridad urbana.
"La PolicÃa, pero también nuestras Fuerzas Militares, todos debemos redoblar los esfuerzos porque no podemos, bajo ninguna circunstancia, debilitar ese frente en donde tanto hemos avanzado, como es el de la seguridad", dijo Santos este viernes.
Según Juan Giraldo, consultor de la católica Universidad Javeriana, "Santos ganó las elecciones como heredero de Uribe pero decidió que su estilo serÃa totalmente opuesto al de él. Viene dando golpes de opinión, y eso lo mantiene arriba en las encuestas, pero hay serias dudas en torno al éxito de su gobierno y le llegó el momento de disiparlas". (AFP)
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Publicado el 12/Noviembre/2010 | 13:53