Quito. 20 jun 99. La fórmula con que el Gobierno afrontó la
crisis bancaria causó inflación y devaluación, es la conclusión
de Pablo Lucio Paredes, ex miembro de la Junta Bancaria.

Si el proceso de saneamiento bancario fracasa, las consecuencias
serán evidentes cuando el régimen decida la descongelación de los
depósitos. Por ello, el analista -que acaba de publicar la obra
Cimas, Abismos y Tempestades de la Economía- no descarta que el
Gobierno opte por prolongar la congelación.

Usted menciona que la banca recibió nueve billones de sucres en
créditos de liquidez del Banco Central del Ecuador en el último
año. ¿Se la puede establecer como una de las causas de la crisis
bancaria?
Sí. Supongamos que un banco tiene problemas, el asunto es cómo
resolverlo. Una opción es cerrar los bancos malos: pierden los
dueños y también los depositantes. Como no se quiere lo último,
entonces el Estado asume la pérdida, pero debe ser vía impuestos
o endeudamiento.
Entonces surge una tercera opción que le gusta a todo el mundo
y es que el Banco Central emita plata, que aparentemente no le
afecta a nadie y esa es la vía que se ha utilizado.

¿Qué efecto tiene esta emisión de billetes?

El dinero que se crea para ayudar a los bancos automáticamente
se va contra el tipo de cambio y contra la inflación. La gente
desconfía y prefiere cambiar sus ahorros a dólares lo que genera
presión. Así poco a poco los ecuatorianos terminamos pagando la
rehabilitación de los bancos a través de la devaluación y la
inflación.

¿Qué expectativas puede tener el país de las auditorías
internacionales?

Primero hay una cantidad de interrogantes por despejar. La
primera es si se les va a permitir a los bancos capitalizarse en
un plazo demasiado largo, lo que siempre ha pasado en el país.
Segunda: si el Estado pone plata, ¿se va a mantener la misma
administración o se la va a cambiar? La tercera es si los
depositantes apoyan el proceso o no.

Pero hay un riesgo grande de que se impongan las presiones y los
intereses sobre los criterios técnicos...

Es imposible pensar que cerca de la banca no haya presiones ni
intereses. Sí los hay. Pero hay que tratar de minimizar esto,
porque realmente el único árbitro de todo esto es el pueblo: si
después de este proceso la gente no confía en los bancos y va a
retirar sus depósitos y ahorros en cuanto los descongelen.
Entonces volvemos a la misma crisis bancaria de marzo.

Usted estuvo en la Junta Bancaria por un periodo muy corto. ¿Por
qué salió?

Porque yo planteé que aceptaba ir a la Junta Bancaria con una
condición: si a mí me congelaban como depositante los depósitos,
yo pedía que a los banqueros se les congelaran sus patrimonios
para que respondieran con estos en caso necesario. Y esto no fue
así.

Se ha cuestionado que este Gobierno tiene un compromiso acentuado
con la banca privada. ¿Lo cree así?

Da la impresión. La cantidad de dinero que se ha entregado a la
banca privada a través de créditos de liquidez así lo demuestra.

¿Qué debe hacer el Gobierno para superar la crisis más allá de
los compromisos?

Tres cosas básicas. La primera devolver la confianza en los
bancos, como lo señalamos ya, la segunda devolver la confianza
en el Estado.
Los ecuatorianos debemos sentir que el dinero que pagamos en
impuestos se revierte en eficiencia. Y la tercera es la moneda:
el sucre se ha devaluado 500 veces en los últimos 20 años pasó
de 25 a 2.000 sucres, lo que da la medida de absoluta
desconfianza. La confianza retornará con un Banco Central
independiente.

Dolarización, manzana de la discordia

Cada día que pasa la dolarización adquiere más adeptos, incluso
entre personas que anteriormente se mostraban contrarias a ella
o a la convertibilidad. Pero siempre que surge apoyo a una tesis,
al mismo tiempo aparece la oposición.

Tal es el caso de Francisco Swett, ex Ministro de Finanzas, que
aunque durante el gobierno de Bucaram no estaba de acuerdo con
sistemas que utilicen como base el dólar, hoy apoya la
dolarización; y Washington Aguirre, decano de la facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad de Guayaquil, conspicuo
opositor de la misma.

Para Swett, si el país adopta el modelo de la dolarización, este
tendrá un efecto redistributivo de la riqueza positivo para la
ciudadanía debido a que el nivel de vida subirá.

"El primer efecto que se sentirá es la baja de las tasas de
interés, porque como el Banco Central ya no tendrá la potestad
de manejar la política monetaria, no tendrá el pretexto de
subirlas para defender la moneda, aparte de que ya no habrá
moneda a la qué defender", dijo.

Según Washington Aguirre, hay solamente once lugares en el mundo
en el que, aparte de Estados Unidos, se utiliza el dólar como
moneda circulante común, nueve de los cuales son estados
asociados o territorios bajo control directo de Estados Unidos.

Las dos únicas naciones independientes que han aplicado la
dolarización son Panamá y Liberia, aseveró. Panamá, dijo, utiliza
el dólar desde 1904, y ha tenido crisis bancarias más graves que
la de Ecuador, donde también hubo incautación de los saldos de
las cuentas y la emisión de certificados de depósito, los cuales
asimismo fueron congelados. "Los bancos estuvieron cerrados por
dos meses, no una semana", agregó.

Liberia, igualmente adoptó el dólar en 1945. "La pobreza en
Liberia es extrema, más allá del 60%, así como el desempleo, que
fácilmente supera los niveles que tenemos en Ecuador; yo me
pregunto, ¿son todos estos buenos antecedentes para considerar
la dolarización?", concluyó Aguirre.

Las cifras no dichas sobre
los préstamos de liquidez

QUITO.- Los recursos que los bancos privados recibieron del Banco
Central del Ecuador (BCE) en préstamos de liquidez se cuentan en
billones de sucres. Un informe reservado de la Agencia de
Garantía de Depósitos (AGD) estableció que, al 31 de diciembre
último, el saldo de las operaciones de crédito llegó a 3,4
billones de sucres.

El ex integrante de la Junta Bancaria, Pablo Lucio Paredes,
estimó una cifra mayor: situó en nueve billones de sucres el
monto de los créditos de liquidez concedidos durante el último
año.

La situación de la banca será revelada en toda su magnitud por
las auditorías internacionales que serán entregadas el jueves al
directorio de la AGD, pero el informe -que sirvió de base técnica
para definir las estrategias de reestructuración bancaria- pone
los puntos sobre las íes.

La formación bruta de capital fijo privada (inversión), se
contraerá en el 12% respecto de 1998, precisa el informe.

Créditos morosos

Las cifras van más allá. El indicador de morosidad del
consolidado de bancos registró una tendencia creciente al pasar
de 5,7% en 1995 a 10,16% en 1998. En conclusión: los bancos no
tienen la misma capacidad de hace cuatro años para cobrar sus
deudas. El entorno económico -concluye el estudio- contribuyó a
la reducción de los ingresos de los agentes económicos, situación
que se reflejó en una menor capacidad de pago.

"Si bien durante los últimos dos años se aprecia un esfuerzo de
las instituciones por incrementar el nivel de provisiones de
cartera, estas son aún insuficientes debido principalmente a una
calificación no adecuada de la cartera por parte de las entidades
financieras", establece el informe.

De hecho, el 80% de las operaciones de crédito está calificado
como "de riesgo normal" pero "difícilmente se podría pensar que
este porcentaje refleje la verdadera situación de la cartera de
los bancos", según cita el documento. Desentrañar esta situación
es la tarea de las auditorías.

El análisis del rendimiento sobre patrimonio tampoco es
alentador. En diciembre de 1995, este indicador fue del 13,9%,
pero al término de 1998 apenas alcanzó el 3,7%.

Como una de las probables causas de este fenómeno los técnicos
señalan que es significativa la reducción experimentada por
Filanbanco, por el aumento de las pérdidas a causa del
diferencial cambiario; y en el caso de los bancos grandes del
sistema, por el pago de intereses por las operaciones de
tesorería, depósitos y operaciones de reporto.

El costo del saneamiento

QUITO.- Al menos 2.200 millones de dólares costará el proceso de
saneamiento bancario: esa es la estimación más conservadora de
la firma internacional Thompson BankWatch, que monitorea y
califica al sistema bancario privado.

Patricio Baus, gerente de Ratings -firma que representa a la
inglesa Thompson- explica que el cálculo se realizó con respecto
a la calidad de activos, asumiendo que la situación real no se
refleja en los balances.

Sobre ese parámetro, se elaboraron dos escenarios: el más
ajustado a los índices del sistema determina que el déficit
patrimonial de los bancos llegaría a 2.200 millones de dólares.
Esto representa la sexta parte de la deuda externa pública del
país. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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