Quito. 27 jun 99. Junto al Premio Cervantes, reservado
exclusivamente a autores en idioma castellano, el Premio Príncipe
de Asturias de las Letras es el más codiciado en el mundo de
habla hispana, y usted, el primer autor de otro idioma que lo
gana. Por más trivial que le parezca esta pregunta: ¿qué
significa ello para usted?

En primer lugar, ha sido una gran sorpresa; después, una alegría.
Yo sabía de la existencia de este Premio y recordaba que en el
terreno de las Letras lo habían recibido, hace algunos años, un
autor como Juan Rulfo; creo que también Octavio Paz, y otros
autores de los que me congratulo por estar en su compañía.
Naturalmente, se trata también de un acicate.

Usted sabe que en Alemania, tanto ahora como antes, sigo siendo
un autor discutido, que recibe mucho apoyo pero que también
despierta mucha animosidad, una animosidad que a veces se
transforma en abierta hostilidad. Así es que un Premio en el
extranjero, como en este caso en España, es un refuerzo, un
estímulo y una confirmación de lo que hago.

-¿Por qué se le quiere a usted en el extranjero mucho más que en
la propia Alemania?

No, yo no creo que es algo que tenga que ver específicamente
conmigo, es algo que también sucede en otros países. Pienso por
ejemplo en un autor español a quien aprecio mucho, Juan
Goytisolo, asimismo muy discutido en su país, y en cambio muy
apreciado en Alemania. Es algo que sucederá siempre. Aunque desde
luego son bastante extremados los ataques que sufro aquí en
Alemania, pero (añade inmediatamente) lo llevo bien, no me
lamento.

ADMIRADOR DE LA PICARESCA

En el libro "De la aventura de la Ilustración", que recoge sus
conversaciones "de taller" con Harro Zimmermann, habla usted del
pícaro español casi como de un antecesor de la "Madre Coraje";
habla usted, con admiración, de la novela picaresca y de
Cervantes, a quien Grimmelshausen, como usted dice allí, debe
haber leído con mucha atención. ¿Qué es lo que le atrae
especialmente en esa literatura española?

Es posible que lo que diga no le guste a algunos españoles, pero,
para mí, el pícaro es el maravilloso fruto de un encuentro
cultural: el de lo español con lo árabe. Y me parece que
Cervantes no hubiese podido hallar su forma de narrar sin la
técnica y la cultura narrativas de los árabes. Creo que su
estancia en el Magreb, sus prisiones allí, le dieron a conocer
esa literatura; y como en España, de todos modos, cuando concluyó
la dominación árabe, esa literatura siguió estando presente, se
produjo una admirable simbiosis. Y pienso que la novela
picaresca dio lugar a una evolución en Europa, más allá de las
fronteras de España. Ya sea Rabelais en Francia, o Grimmelshausen
en Alemania, todos ellos han conectado con la novela picaresca.
En el caso de Grimmelshausen, incluso, sucede que su vagabunda
"Madre Coraje" recuerda bastante a una española, la protagonista
de una novela picaresca que le ha enseñado a Grimmelshausen algo
de lo más difícil para un autor: escribir a partir del punto de
vista de una mujer, como es el caso de su "Madre Coraje".

(Es obvia la referencia a "La lozana andaluza", de Francisco
Delicado, publicada en 1528, y que influye notablemente en la
"Biografía de la pícara Courasche", dada a la imprenta por
Grimmelshausen en 1670. Pero como de lo sabido no se habla, la
entrevista prosigue:)

LA INFLUENCIA DE UNAMUNO

Unamuno es un nombre que aparece una y otra vez en la obra
ensayística de Günter Grass, como una especie de personaje
ejemplar de quien mucho podrían aprender los autores
contemporáneos. Unamuno era un asceta, y usted es más bien un
epicúreo, si me permite expresarlo así...,

(Aceptándolo:) Sí.

-...así que: ¿cuál es el misterioso vínculo que lo une a la obra
de don Miguel de Unamuno?

-Sucede que siendo yo muy joven alguien puso en mis manos una
traducción alemana de su "nouvelle" Niebla, y la leí con mucho
interés y con mucho placer. Me estimuló bastante.

En ella figura un prólogo donde Unamuno se divierte a costa de
la polémica entre los críticos literarios sobre si Niebla es una
novela o no lo es, y él propone entonces que se la encasille en
el género "nivola". Semejante trato lúdico con los géneros, y el
humor que brilla en esa "nouvelle", me estimularon bastante, y
creo que cuando escribí mi primera "nouvelle", El gato y el
ratón, se pudo percibir la influencia que tuvo en mí. Además de
todo esto, hay que recordar el comportamiento de Unamuno en la
guerra civil española, que me parece ejemplar.

EL TOQUE DE EL TAMBOR

-Dicho sea de paso: en Bilbao, la cuna de Unamuno, esperan su
visita con mucho interés desde que saben de la admiración con que
siempre ha hablado de su obra. ¿No tendría usted ganas de ir
allí, por ejemplo para visitar el Museo Guggenheim?

-(Se ríe). Las tendría, claro que sí, pero, ¿sabe usted?, hay que
contar con el tiempo, son muchas cosas las que me caen encima,
y además de lo que he escrito me he vuelto viejo, de modo que la
libertad de movimientos no siempre coincide con las ganas.

-En estos días se cumplen cuarenta años de la publicación de "El
tambor de hojalata". Su novela ha tenido una influencia innegable
en otras como, por ejemplo, "Cien años de soledad", de García
Márquez, o "Hijos de la medianoche", de Salman Rushdie. ¿No es
verdad que es como para sentirse orgulloso del pequeño Oskar
Matzerath?

-Sí, me alegro cada vez que me doy cuenta de que autores más
jóvenes que yo (no solo Salman Rushdie, también John Irving)
leyeron en sus años mozos la traducción inglesa de "El tambor de
hojalata", y advierto lo que esa lectura supuso para ellos, lo
que les animó en su carrera como escritores, lo que les influyó,
no epigonalmente, no, sino para echarse un pulso con la
literatura. Naturalmente que me siento afirmado en lo que hice.

SIEMPRE EN FAVOR DE LAS MINORIAS

-Una última pregunta: desde 1993, gracias a la distinción que le
otorgó la Asociación Presencia Gitana, y que usted aceptó, Günter
Grass es un gitano español honoris causa...,

-(Complacido, se ríe) Sí.

-...y desde esa perspectiva, por decirlo así: como gitano, ¿qué
puede decirme acerca del trato dispensado en Serbia a los
albanokosovares?

-Yo siempre he estado en favor de las minorías. Probablemente
ello tenga que ver con que soy de ascendencia kachuba por parte
de mi madre, y los kachubos constituyen en Polonia una minoría
eslava. Gracias a Dios no son perseguidos, o no son tan
perseguidos, no es como lo que sucede ahora en los Balcanes.

Este conflicto de Kosovo está latente desde 1990. En realidad
desde antes, desde mediados de los años 80, cuando un grupo de
intelectuales, de la Academia Serbia de las Ciencias y las Artes,
aprobó un memorándum en el que por primera vez (y fíjese bien:
por parte de intelectuales) se exigía la expulsión de los
albanokosovares, argumentando para ello con una fundamentación
absurda, hablando del "sacro suelo natal serbio", refiriéndose
a la batalla de Kosovo Polje en el siglo XIV: una disparatada
visión histórica que siempre se arguye cuando están en juego
codicias nacionalistas.

Y Milosevic se ha apoyado en ese memorándum, estaba bien
preparado para lo que ha sucedido. Ha sido en primera línea un
descuido, una negligencia, o bien un fracaso de Europa
occidental, que en los años pasados, y a pesar de las masacres
en Bosnia, a pesar de las más de 200 mil víctimas (todas ellas
pertenecientes a minorías perseguidas), no se haya seguido
atentamente la evolución del tema Kosovo. El asunto escaló cuando
las prolongadas negociaciones con Serbia, durante las cuales
comenzó ya la expulsión de los albanokosovares, y por fin, pero
demasiado tarde a mi juicio, vino la intervención militar. Desde
luego que me molesta que ello haya sucedido sin una resolución
de las Naciones Unidas, pero por otra parte también hay que decir
que la ONU no ha sabido defender como es debido a esas minorías,
¿no es así? En Bosnia, en Sbreniza, en Tuzla y en otros lugares,
la ONU se tuvo que cruzar de brazos ante las masacres de que
fueron víctimas cientos de personas. Hay veces en que me siento
consternado cuando nuestros pacifistas, a los que sigo
respetando, desconectan su memoria, así de simple: hace pocos
años se asesinaba a diario en Sarajevo, los serbios alcanzaban
con sus disparos el centro de la ciudad. Esto parece haberse
olvidado, y por ello me mostré a favor de la intervención
militar, aunque no muy feliz de que el mando supremo de estas
fuerzas armadas europeas esté en primer término en manos de los
Estados Unidos. Es algo así como la señal de una minoría de edad
europea, que en asuntos importantes que competen directamente a
Europa se ceda el paso a los Estados Unidos, y entonces no hay
que asombrarse de que (bien lo lamento) esta intervención militar
se opere desde el aire exactamente igual que en la guerra del
Golfo.

Nos despedimos en este punto. Me había prometido a mí mismo que
no traspasaría la barrera de los diez minutos, porque sé lo que
vale su tiempo y sé lo que le cuesta defender su privacidad de
Behlendorf. Solo deseo añadir unas palabras que ya dije en
público alguna vez, y en presencia del propio Günter Grass, con
motivo del homenaje que le rindió la Universidad Complutense
durante los cursos de verano del año 1994, en San Lorenzo de El
Escorial: "A los extranjeros que hemos hecho nuestra la Alemania
que nos tocó vivir, Günter Grass nos resulta imprescindible para
la supervivencia. El es, como nosotros, judío, gitano, turco,
sudaca, negro e incluso, incluso, alemán oriental: casi polaco".

Y ahora, además, un gran Premio Príncipe de Asturias de las
Letras. Ojalá que la próxima vez que lo llame sea porque Grass
tenga que ir en diciembre a recoger un Premio que le deben en
Estocolmo. Ya va siendo hora.(DIARIO HOY) (P. 5-B)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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