Quito. 29 oct 97. Segura de sus acciones y decisiones,
batalladora, no se deja amedrentar ni influenciar, siempre
busca un camino que la conduzca a la verdad, a su verdad. AsÃ
es RosalÃa Arteaga de Córdova, vicepresidenta de la República.
En un diálogo con La Hora, aunque elude referirse a "La
Luciérnaga y los Sapos" -el tÃtulo ya ha sido cambiado-,
defiende sus puntos de vista, dice que el libro se basa en
hechos reales y es un testimonio de los aciagos dÃas de
febrero.
Pone fuerza y énfasis a sus palabras; gesticula con sus manos
que, según dice, gusta que se las lean. Todos coinciden en que
vivirá largo, por lo que, asegura, "daré batalla también para
rato".
¿Por qué decidió escribir ese libro?
Parecerá extraño, pero me siento obligada por este pueblo que
me eligió, a decir las cosas como son.
¿No ha pensando en las consecuencias que podrÃa acarrearle?
¿Es que no aspira a nada más?
No lo hago con un sentido polÃtico, sin que ello signifique
que no participaré nunca más. Mis metas de vida no han estado
en la polÃtica, sino en la literatura, la educación, el
periodismo.
Hablando de literatura, ¿es lo que más le apasiona?
Está en mà desde muy chica y se acentuó aún más en los tiempos
universitarios, cuando empecé a publicar. Si hace un análisis
de mis libros, todos son vivenciales, no hay ninguno de
fábula. Son temas que me han tocado y por eso los he escrito.
Para mà la literatura es una necesidad vital.
¿Escribirá otro libro de las actuales vivencias?
Tal vez, porque cuando uno escribe, fluyen las ideas y las
imágenes y de pronto una idea puede llegar a convertirse en
otra obra. No descarto escribir un libro sobre la campaña
electoral, que fue muy enriquecedora, o sobre el gobierno de
Bucaram o sobre este interinazgo.
El capÃtulo sobre el general Paco Moncayo podrÃa traerle
problemas ¿no tiene miedo?
No puedo hablar sobre el libro hasta que no salga. No puedo
amadrinar nada que no esté bajo mi firma, sobre todo temas
delicados. Cuando el libro salga va a defenderse por sà solo.
No me puedo calificar como persona sin temores, una siempre
los tiene. Soy de las que están dispuestas a enfrentar las
consecuencias de sus actos o de sus decisiones.
En su vida polÃtica ha recibido golpes, ¿qué sensación le
producen?
Si fueran solo golpes serÃa una persona decepcionada, pero
también he recibido solidaridad del pueblo, que siente que con
la Vicepresidenta se cometen injusticias. Cuando camino por
las calles es frecuente que me digan "RosalÃa no se deje, siga
luchando, de alguna forma usted nos representa". Eso para mÃ
tiene enorme validez ... No son solo golpes, es la
satisfacción de que uno cumple con su deber.
¿Hasta qué punto cumple o la han dejado cumplir con ese deber?
Lo he hecho en la medida de mis posibilidades, más allá es
imposible... Pese a no tener funciones especÃficas, soy de las
personas que se buscan trabajo. Por ejemplo, apoyar al sector
productivo en la rueda de negocios de Miami, o estar con los
pescadores artesanales de todo el paÃs. No son funciones
especÃficas de la Vicepresidencia, pero las hago, asà como
canalizar cientos de cartas o de proyectos, canalizándolos
hacia los ministerios de Educación, de Trabajo, al Congreso.
La gente sabe que cuando recurre a mà no se queda sin
respuesta.
¿Cómo son sus relaciones con el actual Presidente?
Cumplo con mi deber y mi trabajo; el paÃs juzgará quien cumple
y quien no.
¿No debe existir coordinación entre estas dos funciones?
Hay muy poca relación y poca coordinación. No soy invitada a
las sesiones de Gabinete, por lo tanto no soy responsable ni
corresponsable de lo que ocurre. QuerrÃa hacerlo, para eso fui
elegida. Si no interesan los criterios de la Vicepresidencia,
los digo públicamente. Además, siempre he dicho lo mismo al
interior que al exterior.
¿No siente frustración?
A estas alturas de la vida no creo que pueda hablarse de
frustración. TendrÃamos que hablar de frustración de un paÃs
decepcionado por un hombre al que creyó su última esperanza,
igual que yo. Frustrado ante lo que pasó en febrero y que hoy
pasa. Un paÃs que en lugar de avanzar retrocede, como lo
demuestra la inversión extranjera. La Asamblea es muy
importante, porque puede darnos el marco jurÃdico,
tranquilidad y seguridad para que los inversionistas
nacionales y extranjeros generen empleo.
El Tribunal Constitucional no acogió su petición ¿qué opinión
le merece?
Es otra constatación de que en el paÃs no hay justicia. Y
conste que yo no demandé, fueron los presidentes del Frente de
Defensa de la Constitución.
El Tribunal debe actuar con la Constitución y no ateniéndose a
situaciones de orden polÃtico, partidista o ideológico.
La Constitución no dice que el Congreso pueda reducir un
perÃodo o no. Allà están los derechos fundamentales
violentados por el Congreso y avalados por este Tribunal, que
llamo inconstitucional.
¿Se legisla con dedicatoria?
Con dedicatoria, pero uno no se sorprende. Es muy grave,
porque si esto se hace con la Vicepresidenta, ¿qué puede
esperar un ciudadano común y corriente? Esto da la pauta de la
inseguridad jurÃdica que vive el paÃs; es decir, las leyes son
letra muerta.
¿EstarÃa dispuesta a someterse al juicio del pueblo a través
de una candidatura?
No, y no es por temor. Estuve dispuesta a someterme en la
consulta popular sobre mi gestión hasta el 98 o el 2000. No
tengo temor. Sé que hay respaldo ciudadano, se percibe, no en
encuestas o sondeos, sino en el diario vivir. Uno no puede
engañarse ni dejarse engañar. Tengo la ventaja de no dejarme
influenciar por un grupo.
¿AceptarÃa una candidatura para diputada?
No me atrae el Congreso, al menos como está ahora. Decir que
soy congresista serÃa una vergüenza. No sé, por el momento
estoy trabajado aquà y me siento tranquila.
¿Ha pensado en renunciar?
Un montón de veces. En febrero, y en otras oportunidades, pero
cuando salgo a la calle y la gente me dice "no se deje",
pues... no me dejo.
¿Cumplirá el mandato hasta el 98 o hasta el 2000?
La Asamblea debe revisar esta situación. Me someteré a lo que
diga la Asamblea, si no es una clonación del Congreso.
¿Continúa sus consultas al embajador Alexander?
Tengo buena amistad con Alexander, como con varios
embajadores.
¿Alexander ha tenido influencia en sus decisiones?No
influencia en mis decisiones, pero sà hablo con él al igual
que con las personas que trabajan aquà en la Vicepresidencia o
con otras que no trabajan aquÃ, pero que son amigos. Yo me
precio de tener buenos amigos y de conversar con ellos de
temas personales o no. Tal vez una de las cosas que me gustan
es conversar.
¿Sigue conversando con Paco Moncayo o ya no lo hace?
No le he visto últimamente al general Moncayo, excepto en la
televisión.
¿Ha tenido acercamientos posteriores a febrero?
He conversado en varias oportunidades con él.
¿Desconfiada?
En general he sido una persona confiada; ahora debo tener
desconfianza, inclusive por el hecho de no saber si alguien de
mi entorno entregó ese borrador del libro. En todo caso sigo
teniendo la capacidad de confiar en los amigos, de pensar que
hay gente buena. El pueblo es bueno, los polÃticos dinosaurios
son los malos.
¿Son sapos o dinosaurios?
Sapos y dinosaurios también, eso es verdad. En febrero los
dinosaurios de la polÃtica se tragaron la democracia y estamos
afrontando ahora las consecuencias de esa complicidad, de ese
irrespeto a la Constitución.
Quiere ser luciérnaga, dar una luz, ¿para qué y por qué?
Para que aflore la luz de la verdad; pero el libro no tendrá
ese tÃtulo. Se trata de una fábula que escribió mi marido
después de los acontecimientos de febrero. Allà aparezco como
luciérnaga. Las fábulas toman generalmente como personajes a
los animales, pero animales que reproducen esquemas humanos,
de allà la identificación.
¿Cuál será el tÃtulo del libro?
Lo tengo en mente, pero aún no lo puedo decir. Vuelvo a
repetir que no quiero hablar sobre el libro, sobre
supuestos...
¿Pero en su libro no hay supuestos?
Me refiero a los supuestos de si están o no en el libro. Pero
sÃ, todos son hechos reales. Cuando salga el libro responderé
por lo que esté en el libro.
¿Qué opinión le merece la clase polÃtica del paÃs?
No puedo generalizar, pero podrÃa decir que es una clase a la
que no le importa el paÃs. Le importan sus aspiraciones, sus
ambiciones. Hay muchÃsima corrupción en la clase polÃtica, no
hay interés por el paÃs. La muestra la tenemos en el Congreso;
los diputados en un momento querÃan ser asambleÃstas y
congresistas también, querÃan autoprórrogas. Son cosas
incompatibles con el paÃs. Tengo un concepto muy pobre de la
clase polÃtica.
¿Considera que en el paÃs todavÃa existe corrupción?
Lo están denunciando en estos dÃas; lo de Emetel, lo que dice
el diputado Saltos. Hay que avanzar mucho en los procesos
contra la corrupción.
Entonces, ¿no han cambiado mucho los "vecinos"?
Los vecinos... (La Vicepresidenta se echa a reÃr).
¿Se considera una mujer batalladora?
Por las causas justas sÃ; puedo hacer una escuela para niños
con sÃndrome down, que para mà es una causa justa, o protestar
contra las irregularidades que se cometen, que también es una
causa justa.
¿Es protestona?
Cuando veo una cosa por la que tengo que protestar, no me
callo, digo las cosas como son.
¿No mide las consecuencias?
Puede uno medir las consecuencias, mas el bien común está muy
por encima del bien personal. La vida es un riesgo, si uno se
sube a un avión sabe que se está arriesgando; si uno dice algo
hay un riesgo, pero vale la pena decirlo, porque el paÃs
necesita esa verdad.
¿Le falta asesoramiento?
A los asesores les oigo, pero no siempre les hago caso, no
siempre actúo por lo que me dicen los asesores. A veces uno
sabe que están dando un concepto válido, pero generalmente me
guÃo por lo que debo hacer.
¿ConfÃa más en su capacidad o en su instinto?
ConfÃo en ambas cosas. Dicen que las mujeres tenemos un sexto
sentido, pero yo creo que tenemos el don de la simultaneidad
mas que el sexto sentido. Es decir, la capacidad de hacer
varias cosas al mismo tiempo, y eso es bueno. (Texto tomado
del Diario La Hora)
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Publicado el 29/Octubre/1997 | 00:00