DE DERECHO E IDEAS FIRMES
Quito. 23 oct 97. Estaba convencido de que no hay progreso
donde no hay escuelas, colegios y universidades.
Firme en el mantenimiento de sus ideas y principios, de recia
personalidad, polÃtico independiente. Hombre de derecho.
Apoyaba a sus convicciones en el amor y respeto a la Ley.
Nació en Baba, el 17 de abril de 1808. Hijo del hacendado
Francisco Aguirre Cepeda y de MarÃa Dolores Abad. TenÃa doce
años de edad cuando fue enviado a Quito a estudiar en el
colegio San Luis. Presenció la batalla del Pichincha, el 24
de mayo de 1822. El 9 de julio de 1827 se graduó de doctor en
Jurisprudencia. De regreso a Guayaquil, ejerció la profesión.
en 1833 fue nombrado Juez de comercio; en 1838, ministro Juez
de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil. En 1843 se
opuso a la reelección presidencial del general Juan José
Flores. Era la primera vez que el Congreso ensayaba una
acción de esta clase. El 22 de julio de 1848 contrajo
matrimonio con Antonia Jado Urbina. Tuvieron cuatro hijos.
Diputado por el Guayas en 1852. No obtuvo, los votos
suficientes para ejercer como presidente interino de la
República. Fue electo presidente de la comisión de Reforma a
la Constitución.
"De su paso por las Cámaras nos han quedado huellas que le
acreditan como espÃritu honesto y mentalidad robusta. por la
importancia del asunto, por la extensión de la intervención,
por el vigor puesto para defender su causa, el discurso que
pronunciara en el congreso de 1858 sobre la manumisión de
esclavos, parece su pieza oratoria mayor. Y creemos que puede
tomársela como una de las páginas memorables de la oratoria
parlamentaria del siglo XIX", han escrito Hernán RodrÃguez
Castelo.
Escribió el ensayo "Al Congreso de 1854. sobre la manumisión
de los esclavos", en 22 páginas. En 1855 representó al
Ecuador como encargado de negocios en Lima. En 1857 fue
subdirector de Estudios del Guayas, en 1867, presidente de la
Municipalidad de Guayaquil.
En 1868 fue candidato a la Presidencia de la República apoyado
por un grupo de azuayos y de miembros de la Sociedad
Republicana, de Quito. Publicó "Candidatura y programa", que
contenÃa sus ideas y proyectos.
ProponÃa: Observar religiosamente la constitución y las leyes,
como el mejor medio para moralizar a gobernantes y gobernados;
dar completa independencia a las municipalidades; recoger la
moneda mala, sustituyéndola por otra buena; respetar los
derechos adquiridos y distribuir los empleos entre los
ciudadanos de mayor moralidad y de mayores aptitudes, sin
distinción de partidos; suprimir los juicios escritos,
haciéndolos verbales, y designar fondos para el sostenimiento
de jueces y tribunales".
"Suprimir el reclutamiento arbitrario, ejecutando la ley de
suscripción, con modificaciones esenciales; reformar la Ley de
División Territorial, suprimiendo los distritos y formando
nuevas provincias en todos los antiguos asientos y
corregimientos del tiempo de los españoles, y dando a todas
ellas los establecimientos necesarios para fomentar la
instrucción pública.
El "Bosquejo histórico"
Desde 1869 empezó Aguirre Abad escribir el "Bosquejo histórico
de la República del ecuador", que abarca desde lo que él llama
"los indios" hasta 1859. Poco antes de morir entregó los
manuscritos al sobrino Manuel Marcos Aguirre; pero no se
publicaron porque la hija de Aguirre Abad, MarÃa Aguirre Jado,
era casada con Leonardo Stagg Flores, nieto del general Juan
José Flores, ex presidente de la República, a quien Aguirre
Abad trata duramente en esta obra .
Refiere el cronista Rodolfo Pérez Pimentel que los originales
permanecieron guardados, muchÃsimos años, en un casillero
bancario hasta que se publicaron por iniciativa de doctor José
Reig Satorres, autor del prólogo de la obra que circuló en
1973.
El trabajo histórico de Aguirre Abad resulta diferente de los
que se han escrito, porque él es contemporáneo o partÃcipe de
muchos hechos que describe y analiza con e sentimiento de un
patriota. "Su bosquejo parece en ocasiones una galerÃa donde
se exhiben cuadro de disección con la perspectiva de una
siglo", dice Reig Satorres.
Hay temas controversibles en la obra. Se muestra, entre otras
cosas, opuesto a la incorporación del Ecuador a Colombia.
Leamos sus afirmaciones:
"La incorporación forzada de Guayaquil a Colombia sólo puede
excusarse por lo grandioso de la idea que BolÃvar habÃa
concebido de formar una gran nación (...) pero esa idea fue
una quimera, obra más bien de la imaginación que de un juicio
recto. si no se consideraba más que la extensión del
territorio colombiano, era una nación tan grande como tres o
cuatro de las principales naciones de Europa.
"Pero la grandeza no está en la extensión de territorios
despoblados e incultos, como los de Colombia, en donde esas
mismas distancias eran causa invencible de separación. Tres
millones de habitantes que no tenÃan comunicación entre sÃ,
sino después de pasados meses, no podÃan construir un Gobierno
que conservase la unidad.
"BolÃvar con la creación de Colombia, (...) dio prueba
irrefagable de su escasa preparación y de su falta de
habilidad en la dirección de los negocios públicos (...)
Colombia no sobrevivió más de ocho años al acto de violencia
que para completar territorios se adueñó de Guayaquil". Opina
Reig Satorrres que Aguirre Abad es un demócrata a ultranza,
que no perdona ningún atentado a la libertad, aunque para ello
involucre al mismo Libertador.
Equilibrar impuestos
"Abolir progresivamente los impuestos fiscales sobre la sal y
alimentos, cuidando de que se equilibre el impuesto; pagar a
los acreedores del Gobierno, con perfecta igualdad según sus
créditos".
El documento concluÃa con estas palabras: "Cualesquiera que
sean los disgustos que tenga que devorar, espero quedar en paz
con mi conciencia y con todos mis conciudadanos; muy
agradecido a los que me den sus sufragios, por la distinción
con que me honran; a los que me los nieguen, por el bien
positivo que me harán, dejándome en el tranquilo retiro de mi
casa".
Era presidente de la República don Javier Espinosa. Varios
candidatos se excusaron, entre ellos, Antonio Borrero. La
elección verdaderamente popular de Aguirre Abad estaba
asegurada. Al final se mantuvo GarcÃa Moreno, quien viendo
que iba a perder acudió al cuartelazo para subir al poder.
Dice el historiador Camilo Destruge que esa revolución de 1869
defraudó las esperanzas que tenÃa el pueblo de contar con
Aguirre Abad como Presidente de la República. Circunstancias
de la vida polÃtica ecuatoriana: en ocasiones, quien debe
llegar, no llega.
El 4 de mayo de 1875 fue designado miembro de la Academia
Ecuatoriana de la Lengua. En 1878 fue diputado por el Guayas.
Lo nombraron "primer designado" para suceder al presidente de
la República, pero renunció para aceptar el cargo de rector de
la Universidad de Guayaquil. Permaneció en casa los dos
último años de su vida porque el cáncer hacÃa estragos en su
estómago. Sólo salÃa para cumplir con sus deberes de rector.
Murió el 24 de diciembre de 1882. Su vida fue una constante
contribución al bien social. Estaba convencido de que no hay
progreso donde no hay escuelas, colegios y universidades.
Cada uno de los ensayos que publicó era un documento
importantÃsimo, donde habÃa mucho que aprender. Cita el
historiador Camilo Destruge: "Cuando el Ecuador se encontraba
en situaciones difÃciles, se esperaba la voz autorizada del
doctor Aguirre, y siempre se acertó cuando se atendieron sus
indicaciones.
Opiniones
Honorato Vásquez
"Formó un cuerpo de doctrina para uso de sus alumnos en una
época confusa e incipiente del Derecho, pues coexistÃa leyes
de la monarquÃa con leyes de la República".
Camilo Destruge
"Hombre de ideas avanzadas y de sentimientos dignos de toda
alma elevada y noble, redactó una exposición en favor de la
manumisión de los esclavos, contribuyendo poderosamente a la
sanción de esta Ley tan justa, que reclamaban la civilización
y las instituciones del paÃs".
Dr. José Reig Satorres
"El doctor Francisco Xavier Aguirre Abad es un hombre de su
tiempo, y consencuente con ello está imbuido de esa corriente
universalista peculiar de los escritores polÃticos de finales
del siglo XVIII y XIX; romántico de la libertad y de la
democracia que por un lado se inclina a creer en la bondad
natural del hombre, y por otro, cuando la realidad les muestra
la continuidad de la terrena miseria humana, sienten, no pocas
veces, un pesimismo que les anonada".
BibliografÃa
Aguirre Abad Francisco, "Bosquejo histórico de la República
del Ecuador", 1973.
Pérez Pimentel Rodolfo, "Diccionario Biográfico de Ecuador",
Tomo I, Imprenta de la Universidad de Guayaquil, 1987.
RodrÃguez Castelo Hernán, "Oradores del siglo XIX", Clásicos
Ariel # 51. (Texto tomado de El Expreso)
en
Explored
Publicado el 23/Octubre/1997 | 00:00