Quito. 26. 05. 90. Un nuevo panorama se avizora para el Pacto
Andino luego de la reunión presidencial de Machu Picchu; no
obstante, ello implicará redoblar esfuerzos para concretar la
anhelada integración.
La decisión de los mandatarios de constituir el Consejo
Presidencial Andino, como máximo organismo de decisión, afirma
la base polÃtica para vigilar el cumplimiento de los acuerdos que
se vayan adoptando en este largo camino de la integración.
Pero más allá de esta resolución, la cita de Machu Picchu abrió
nuevas expectativas en el plano de las relaciones ecuatoriano-
peruanas.
En diciembre del año pasado, el presidente del Perú, Alan GarcÃa,
despejó el camino cuando asistió a la cumbre andina de Galápagos,
convirtiéndose en el primer mandatario peruano que pisó tierra
ecuatoriana; la presencia de Rodrigo Borja tuvo otras
connotaciones: ratificó la tesis de la distensión para referirse
a las relaciones con el Perú.
Ambas visitas -dijo, aludiendo a la suya al Perú y la de GarcÃa
al Ecuador- se inscriben dentro de nuestros recÃprocos deseos de
crear una atmósfera y un clima de distensión, de paz, de
tranquilidad, de cordialidad y comprensión, de mutua confianza
dentro del cual sea dable conversar sobre nuestros asuntos
bilaterales, respecto de los cuales tenemos opiniones y
posiciones contrapuestas.
Esta declaración tomó por sorpresa a la delegación peruana pero
quedó disimulada por el ambiente integracionista que imperó
durante la reunión. (A-1).