Quito. 31. 05. 90. (Opinión). Estamos muy cerca del dÃa de las
votaciones. No nos fiemos de las ofertas que se hacen en el
terreno económico, para efectuarse de inmediato; en el proceso de
crisis que soportamos esas reformas no van a poder conseguirse
en los dos años que quedan al mandato del régimen actual.
Los candidatos que apunten a reformas jurÃdicas, en cambio,
estarán dando pruebas de inteligencia. Nuestra Constitución
vigente la necesita.
Cuando se reanudó entre nosotros el régimen de democracia
constitucional, se estableció que únicamente quienes fuesen
miembros de partidos polÃticos podrÃan ejercer funciones públicas
de elección popular, con lo que excluÃan del ejercicio de la
misma lal 90% de la población ciudadana.
Por otro lado, no hay razón para quitarle el derecho de ser
elegido (siempre que haya legalidad en el sufragio) por dos o
tres veces el mismo mandatario, si el pueblo siente que el hombre
escogido fue el mejor. Naciones tan profundamente democráticas
como los Estados Unidos de América han practicado muchas veces la
reelección.
Hay que mencionar también, la necesidad de suprimir de la
Constitución aquello de que el Estado deba tomar a su cargo el
seguro social obligatorio en todas sus etapas. (A-4)