TEGUCIGALPA. El presidente hondureño, Porfirio Lobo, anunció hoy que no acudirá a la próxima cumbre de Madrid entre la Unión Europea (UE) y América Latina debido al rechazo de Sudamérica, aunque sí participará en el encuentro entre el bloque europeo y Centroamérica.

"Si nuestra presencia en España por invitacion de la Unión Europea genera conflictos, pues no vamos a estar allí", dijo Lobo a medios radiales.

Lobo aseguró que Honduras "no será motivo de conflicto", pese a que considera que los países sudamericanos que se han opuesto a su presencia en la Cumbre "se ponen intransigentes y arrogantes", olvidando que a quien dañan es al pueblo hondureño y a los pobres que dependen de los países amigos.

Varios países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), con Brasil, Ecuador y Venezuela a la cabeza, amenazaron con boicotear la cita de Madrid si asistía el mandatario hondureño.

La cumbre de Centroamérica y la UE está programada para el 19 de mayo, un día después de la cita de América Latina y el bloque europeo.

Tras la decisión de Lobo, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y sus pares sudamericanos anunciaron su asistencia al encuentro América Latina-UE.

"Lula y los otros presidentes suramericanos participarán de la cumbre", indicó hoy una fuente de la Presidencia brasileña.

La decisión de Lula fue confirmada después de que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, le comunicara que habló con el anfitrión de la cumbre, el español José Luis Rodríguez Zapatero, "y fue informado de que Lobo solo participará de la reunión de la UE con países centroamericanos y no de la plenaria con América Latina", dijo la fuente en Brasilia.

Zapatero ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea y Correa lo llamó como presidente de turno de la Unasur.

Solo dos países sudamericanos, Perú y Colombia, han reconocido a Lobo, quien ganó las elecciones de noviembre, efectuadas bajo el régimen de facto que gobernó Honduras durante siete meses luego del golpe de Estado de junio de 2009.

Brasil dio refugio durante cuatro meses en su embajada en Tegucigalpa al depuesto presidente Manuel Zelaya, desde de que retornara subrepticiamente a Honduras hasta que fue autorizado a salir del país por Lobo, el mismo día en que asumió el poder, el 27 de enero último.

Estados Unidos, la UE y Centroamérica (salvo Nicaragua) han reconocido al nuevo gobierno hondureño y normalizaron sus relaciones con Tegucigalpa luego de que Lobo asumiera el poder, lo que marcó el fin del régimen de facto de Roberto Micheletti.

El mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, bloqueó la reincorporación de Honduras a los órganos de la integración centroamericana, pero no ha expresado qué planea hacer si Lobo asiste a la cita UE-Centroamérica en Madrid.

La exclusión de los organismos internacionales impide a Honduras el acceso a la ayuda financiera, vital para uno de los países más pobres del continente.

"Estoy un poquito sorprendido con la contumacia con que los países de Sudamérica están rehusando reconocer al gobierno de Lobo", declaró el ex vicepresidente costarricense Kevin Casas.

"Las consecuencias de esto no las paga únicamente Honduras, sino la región centroamericana. La voz de los vecinos inmediatos debería tener un peso especial", agregó Casas.

El presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, prometió el lunes a Lobo que intentaría persuadir a sus pares de México y Brasil para que reconozcan su gobierno, pues eso induciría a otros países latinoamericanos a dar el mismo paso.

Centroamérica y la UE aspiran a firmar en la cumbre de Madrid un Acuerdo de Asociación, que actualmente es negociado en una ronda en Guatemala. (AFP)
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