Bagdad, Washington, agencias. Es una suerte de preparación para la que será la ´madre de las batallas´ por Bagdad. Las tropas angloestadounidenses y los milicianos iraquíes sostienen feroces combates en el sur de Iraq.
Las ciudades sureñas de Najaf, Basora y Nasiriya fueron el escenario de los violentos enfrentamientos entre las fuerzas de ambos bandos.
Los combates más intensos se realizaron en Najaf. Precisamente, EE.UU. afirmó haber matado a 1 000 combatientes iraquíes, cerca de esa ciudad. El anuncio lo hizo el general Buford Blount, comandante de la Tercera División de Infantería estadounidense.
El comandante John Altman, oficial de inteligencia de la Primera Brigada de la Tercera División de Infantería estadounidense, señaló que las fuerzas iraquíes estaban tratando de enviar hacia Najaf, Samawa (300 km al sureste de Bagdad) y Nasiriya (350 km al sur de la capital) 1 000 hombres de la Guardia Republicana y de milicias o cuerpos paramilitares del Régimen.
De forma paralela, las fuerzas angloestadounidenses atacaron anoche una importante columna de blindados iraquíes que salió por sorpresa de la asediada Basora en dirección al sur. Así lo afirmó un periodista de la
cadena BBC que acompaña a una unidad del Ejército británico.
Aviones de la coalición realizaron decenas de rotaciones para atacar la columna iraquí compuesta por 120 tanques soviéticos T-55, transportes de tropas y otras piezas de artillería. La aparición de la columna iraquí tomó por sorpresa al Estado Mayor de la Séptima Brigada pesada y la Tercera Brigada de los comandos británicos estacionados en el exterior de la ciudad situada a 500 km al sudeste de Bagdad.
Igualmente, los ´marines´ estadounidenses procedieron ayer al registro de los habitantes de un barrio en la periferia este de Nasiriya (350 km al sudoeste de Bagdad), donde fueron blanco de ataques.
Varias compañías de ´marines´ hicieron salir de sus casas a los habitantes, tirando abajo las puertas a patadas y registrando los domicilios. El barrio, al este de la ciudad, se encuentra cerca de un hospital en el que los militares estadounidenses descubrieron, el martes, equipos militares y capturaron 170 soldados no armados iraquíes.
Por su parte, Iraq denunció que más de 200 casas fueron destruidas por los bombardeos en Nasiriya, que causaron más de 500 heridos en la población civil. Así lo señaló el ministro de Información iraquí, Mohammed Said Al Sahhaf.
Un comandante naval de la Marina británica informó que las fuerzas de su país al sur de Basora habían sofocado un intento de ataque de hasta 50 tanques iraquíes que buscaban avanzar hacia el sur desde el borde de la ciudad.
Las tropas británicas han asumido la responsabilidad en todo el sur de Iraq, mientras que las fuerzas de Estados Unidos siguen avanzando hacia el norte en su campaña para derrocar a Saddam Hussein.
En forma paralela, las fuerzas del eje Washington-Londres continuaron sus bombardeos de Bagdad. Hamad Abdalá al Dulaimi, director de Defensa Civil de un barrio popular del noreste de la capital iraquí reportó más víctimas de los últimos ataques sobre la urbe. 14 muertos y 30 heridos fue el saldo del lanzamiento de dos misiles, según Hamad.
Por su lado, Iraq anunció que destruyó un helicóptero, 11 tanques y 12 blindados, y causó gran número de muertos y heridos en la coalición.
Por otra parte, en una acción calificada de sorpresiva, el Pentágono decidió el lanzamiento de paracaidistas de la 173a Brigada del Ejército de Estados Unidos en el norte de Iraq. Ese es el primer gran despliegue
de fuerzas en esa parte del país, confirmó ayer un funcionario del Departamento de Defensa en Washington.
Más prisioneros de guerra en el sur
El Ejército de EE.UU. aseguró ayer que ya ha tomado a más de 4 000 iraquíes como prisioneros de guerra, desde el inicio del conflicto, el jueves.
Las declaraciones fueron dadas por el general de brigada estadounidense, Vincent Brooks, en el Comando Central de Qatar.
Por el lado iraquí, la cadena árabe Al Jazira mostró ayer imágenes de dos estadounidenses muertos y de dos detenidos supuestamente británicos.
Los cadáveres de la cinta estaban ensangrentados, llevaban uniforme y se hallaban tumbados de espaldas en una ruta.
Los prisioneros, con aspecto sombrío, aparecieron brevemente.
En torno al número de muertos y heridos estadounidenses, una de las portavoces del Pentágono, Victoria Clarke, afirmó: "tenemos 24 muertos y creo que 19 heridos".
Por su parte, Iraq acusó ayer a la coalición angloestadounidense de "secuestrar" civiles iraquíes. Según el Ejército iraquí, el fin de las fuerzas invasoras es presentar a estas personas como prisioneros de guerra, en las regiones del sur del país, donde sus fuerzas continúan la intervención armada.
Un portavoz de las FF.AA. de Iraq aseguró que las tropas de la coalición "agrupan civiles, en especial en Um-Qasr y en la periferia de Basora".
El vocero añadió que "consideramos a los estadounidenses y a los británicos, responsables de la violación de la Ley y de los convenios internacionales".
La guerra, lejos de acabar: Bush
El presidente de EE.UU., George W. Bush, recibió ayer en Camp David al premier británico, Tony Blair. Ambos dialogaron de la etapa posterior a Saddam Hussein en Iraq. La agenda de la reunión incluye, además, el relanzamiento del proceso de paz entre israelíes y palestinos.
El encuentro Bush-Blair continúa hoy en la casa de campo de los mandatarios estadounidenses en Maryland, cerca de la capital Washington.
Luego de su charla con el Jefe de la Casa Blanca, el Premier británico se reúne hoy, en Nueva York, con el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Blair, el aliado más fiel de EE.UU. en la crisis iraquí, ofrecerá una conferencia de prensa hoy por la mañana.
Casi una semana después del inicio de la guerra contra Bagdad, el Jefe del Gobierno británico afirmaba -a su partida de Londres- que la campaña militar se desarrolla de manera "destacable". Además, aseguró que los días del Régimen iraquí están contados.
Antes de su cita con Blair, Bush aseguró que las fuerzas angloestadounidenses realizan "buenos progresos" en Iraq, pero "la guerra está lejos de terminar". El Presidente estadounidense hizo esas declaraciones en el Comando Central militar, en la Base Aérea de MacDill (en Florida).
Bush, además, afirmó que Saddam Hussein "pierde cada día más el control" de su país y que las tropas angloestadounidenses tienen ahora como blanco a las unidades de élite de su Guardia Republicana.
"Ganaremos", prometió Bush ante el aplauso de los militares. "Cada día nos aproxima a nuestros objetivos", aseguró, en el séptimo día de combates contra el régimen de Hussein.
Recuperar Iraq, un jugoso negocio
Más rápido que el avance de las tropas hacia Bagdad, los contratos millonarios para la reconstrucción de Iraq se reparten de forma vertiginosa en Estados Unidos.
La agencia Europa Press (EP) alertó cómo se empiezan a distribuir los negocios para reconstruir lo que la guerra destruye. Según EP, la Casa Blanca ya concedió un contrato de USD 4,8 millones para la recuperación y administración del puerto iraquí de Um-Qasr.
Por su parte, la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU. (Usaid) informó que éste es el segundo contrato otorgado para realizar trabajos en Iraq. La empresa que se adjudicó la operación del puerto es Stevedoring Services of America (SSA), de Seattle.
Empero, EP hizo notar que la adjudicación no se sometió a ningún proceso de selección. Además, afirmó que "fue criticada por su poca transparencia" y por el pequeño número de corporaciones que pudieron competir. Por ejemplo, ninguna compañía extranjera fue tomada en consideración.
Según un comunicado de la propia firma SSA, se encargará de "supervisar a los pilotos que manejan los barcos hasta los muelles, manejar el acceso de camiones al puerto, y vigilar las instalaciones". Para las compañías civiles, que se encargarán de algunas tareas de reconstrucción y manejo en el país del Golfo Pérsico, hay -según varias fuentes oficiales- USD 900 millones.
Pero el caso que más revuelo causa en EE.UU. es la adjudicación por el Ejército estadounidense de un contrato a una filial de Halliburton, la empresa que fue dirigida hasta hace tres años por el actual vicepresidente, Dick Cheney. Se trata en concreto de la firma Kellog, Brown and Root, que se encargará de la lucha contra incendios en los pozos de petróleo en Iraq. Hasta el momento, el monto del contrato se mantiene en absoluto secreto.
El teniente coronel del Ejército de EE.UU., Gene Pawlik, precisó que el contrato se dio por la experiencia de la empresa en este campo, aunque admitió que no se pasó por una licitación de ofertas.
"Kellogg, Brown and Root se ha encargado antes de realizar un estudio sobre las modalidades de extinción de incendios de los pozos de petróleo. Lo más lógico es que ellos se encarguen de la misión", explicó.
Halliburton, que tiene su sede en Boston, ya participó en la primera Guerra del Golfo Pérsico y en los Balcanes.
La empresa en la cual trabajó Cheney ofrece una amplia gama de servicios: desde transportar personal hasta construir campamentos para las fuerzas militares estadounidenses. La compañía puede transportar personal y ofrecer otros servicios logísticos. Según los analistas, Halliburton también puede jugar un papel importante después de la guerra, construyendo carreteras y la infraestructura necesaria para la actividad petrolera.
Halliburton es un dolor de cabeza para Cheney. La empresa es investigada por sus prácticas contables cuando el actual Vicepresidente de EE.UU. era su Director. La compañía se sumó así a la lista de empresas acusadas de ocultar su verdadera situación financiera a los inversores y analistas por medio de la alteración de sus balances.
Cheney fue presidente y gerente general de la firma entre 1995 y el 2000, y la indagación, que aún no acaba, apunta a las prácticas contables de la firma alrededor de 1998.
La reconstrucción de Iraq, en la era post Saddam Hussein, será otro espinoso tema que deberá enfrentar la ONU. Precisamente, una fuente diplomática advirtió que "no será fácil que los países que no participaron en la guerra, apoyen la reconstrucción. Darán ayuda humanitaria solo si la maneja las Naciones Unidas".
El presidente francés, Jacques Chirac, ha reiterado que la ONU debe liderar las tareas de reconstrucción del devastado país del Golfo.
Por fuera del debate alrededor de los jugosos contratos para rehabilitar Iraq, el presidente de EE.UU.,George W. Bush, tiene sus propias cifras sobre los costos de la invasión a Iraq. USD 62 600 millones demandará la guerra, en caso de que dure un mes.
Además, se requieren 11 000 millones para varias acciones. Primero, para fortalecer el plan antiterrorista, y apoyar a Israel y a Afganistán.
Además, se necesitan 2 200 millones para ayuda humanitaria y reconstrucción; mientras tanto, la ONU prevé que serán 10 000 millones, al menos en un inicio.
Si la guerra se prolonga más de un mes, los pronósticos económicos son escépticos. Para el influyente diario de EE.UU. The New York Times, las corporaciones y los ejecutivos están preocupados por el crecimiento lento de la economía de los últimos tres años. Además, señala que existe un gigantesco déficit presupuestario, ninguna fórmula para reactivar el consumo da resultados y, por último, la fuerza laboral se encuentra a la baja.
Shock y pavor´
A una semana de iniciada la guerra contra Iraq, la euforia de los dos primeros días abrió paso a la incertidumbre y preocupación de los estadounidenses. La ciudadanía de la superpotencia parece resignada a espectar un conflicto más sangriento y largo de lo previsto.
Pese a que la Casa Blanca se empeña en destacar los progresos en la campaña militar, las malas noticias se multiplicaron en la prensa desde el fin de semana. El inesperado incremento de las víctimas estadounidenses y la captura de varios militares erosionaron la confianza de la población, que según la última encuesta The New York Times/CBS cree que la guerra será más larga y cara que lo esperado inicialmente.
Hasta ayer se ha confirmado la muerte en combate de 14 soldados estadounidenses y de 16 más en otros incidentes, más 18 bajas británicas.
La estrategia de la coalición de circunvalar ciudades para avanzar más rápido hacia Bagdad -de donde se encuentra a menos de 100 km- tornó vulnerables los convoyes de aprovisionamiento y terminó atrasando la marcha hacia la capital, estiman analistas.
Las fuerzas estadounidenses en el terreno parecen no haber esperado la feroz resistencia que encontraron, especialmente de 40 000 iraquíes irregulares vestidos de civil.
"Shock, pavor y exceso de confianza", señaló Ralph Peters, un militar retirado, en The Washington Post, parafraseando la teoría de "shock y pavor" con la cual Washington esperaba emplear todo su poderío en los primeros días de conflicto, para que fuera corto.
Los anti-guerra se radicalizan en España
Las aulas vacías. En las calles, un grito unánime:
"Gobierno asesino". Mientras las bombas del eje angloestadounidense devastaban un barrio en Bagdad, una riada de estudiantes de Madrid protagonizaba una jornada de huelga contra la "guerra imperialista" y "la masacre de un país sin posibilidades de defenderse".
250 000 jóvenes en cálculos del Sindicato de Estudiantes (10 500 según la Policía) marcharon bajo el lema "No más sangre por petróleo".
En Barcelona, 26 000 alumnos de secundaria para el Ayuntamiento y 40 000 en estimaciones de los convocantes, se concentraron en la ciudad condal. La marcha que transcurrió sin incidentes concluyó con el asalto a uno de los locales de El Corte Inglés y la embestida a un establecimiento de Mc Donald"s, por parte de miembros de la "Campaña boicot preventivo".
En la capital ibérica, la lluvia no acalló el clamor de medio millar de personas que cercaron las calles aledañas al Congreso -acorazado por una veintena de furgones y una treintena de agentes- en espera del arribo del jefe del Ejecutivo, José María Aznar.
A su llegada al Parlamento, el número uno del Régimen apenas escuchó los abucheos mientras los uniformados repelían el embate de grupos radicales infiltrados entre los pacifistas. Durante su comparecencia, el Jefe de Gobierno reiteró que la "intervención se produce para hacer respetar la legalidad" al tiempo que los diputados de Izquierda Unida exhibían carteles con las leyendas:
"séptimo día de guerra", "mil muertos", "5 000 heridos", "400 000 desaparecidos".
Aznar acusó a la oposición de alentar las más de 120 agresiones a las sedes del Partido Popular y de buscar réditos electorales.
También recordó que el empleo de las bases militares de Rota y Morón por parte de EE.UU. se produce en virtud de los acuerdos bilaterales. España, insistió, "no participa en ningún ataque a Iraq".