ManabÃ. 7 may 98. Cinco veces en lo que va del año se corrió
la voz de que la represa se desbarrancaba sobre el caserÃo de
RÃo Verde, una comuna en Santa Elena. Antes de aquel mediodÃa
del jueves 30 de abril, nunca habÃa ocurrido.
La mañana del pasado lunes, algunos de los damnificados
recuerdan lejanamente que ese mismo rumor les fue tocando las
puertas de casa en casa en las voces de algunos de sus
vecinos; pero esta vez, pocos creyeron.
Cuando a las 12h30 un ruido ensordecedor, como una explosión,
se fue llevando paredes, muebles, animales domésticos y
árboles de cascol -especie que crece en el sector-, la mayor
parte de esta comuna de 120 familias, estaba sumida en la
incredulidad.
"Algunos se rieron cuando nos vieron sacando los trastes. De
nuestra casa solo quedaron los palos...", dice Claudina Coral,
quien el lunes aún miraba desnudas las columnas principales de
lo que fue su vivienda, lo demás se llevó la represa Chapucal.
En menos de una hora después de que la represa de más de tres
kilómetros de largo se rompió a 50 metros de la compuerta de
desfogue, el lado oeste de RÃo Verde parecÃa una zona
devastada por un huracán.
Las casas fueron arrasadas por la correntada. Tres calles de
200 metros de largo estaban sucias con ropa, trastes, restos
de madera de ladrillos y bloques.
El agua que, a las 07h00 del jueves bordeaba la represa e
inundaba las calles, acumuló tal fuerza que a las 12h30 rompió
un cerco de tierra de 30 metros de alto y de 80 de ancho, por
donde escapó arrastrando todo a su paso.
MarÃa Orrala, una anciana de 65 años, despedazaba cuatro dÃas
después un enorme cascol que ese jueves se detuvo entre las
columnas de la estructura de su casa. No se sabe cómo no la
arrastró por completo, comentaba su hijo Marcial Orrala.
El agua, que corrÃa fuerte, llegó a subir hasta 1.60 metros de
alto en algunos sectores. Una hora se tomó en desaguar la
represa.
No hubo muertos porque aunque confiadas, en el momento que el
agua comenzó a correr, las personas se subieron a los pisos
altos de sus casas o las abandonaron para irse a tierras más
elevadas, comentó Teófilo Villón, a quien solo le quedó el
techo.
La mañana del lunes, cuatro dÃas después de la tragedia,
Francisco Reyes, de 67 años, recorrÃa las orillas de lo que
hasta el jueves era la represa. Ahora semeja una enorme
piscina de hasta tres kilómetros de largo.
"Es un hilillo que no vale para nada". La casa de Reyes fue
una de las primeras entre las 20 que el agua destruyó por
completo, pero aunque le dolÃa, pues también se le llevó 40
chivos, él miraba más allá de los daños materiales.
"No tenemos agua, la represa nos iba a permitir sembrar hasta
por tres años, ahora no sabemos de dónde sacar para nuestra
siembra". El agua que corrÃa por dos canales regaba pequeñas
zonas productivas de ciclo corto.
Además abastecÃa de lÃquido vital a 12 comunas. Desde hace
tres meses los 14 pozos ubicados en las partes bajas alrededor
de la represa suministraban agua a Salinas, Santa Elena y La
Libertad. Con el rompimiento de la represa estos pozos se
llenaron de lodo.
Ya se habla de epidemia de cólera
La alarma sonó el último feriado. Entre las autoridades de
Salud aumentó la preocupación por el avance del cólera, 134
personas fueron a los hospitales de 4 provincias en busca de
atención.
El repunte de nuevos casos reactivó el sistema de control en
Guayas, ManabÃ, El Oro y Loja. En apenas siete dÃas se
presentaron 119 casos sospechosos, a estos se deben sumar los
15 confirmados. Guayas se muestra más fuerte, con 66 casos de
los 119.
Hasta el 29 de abril se recibieron 229 sospechosos y solo 84
positivos en cuatro meses, pero desde esa fecha, el número de
posibles contagiados que acudÃan con los sÃntomas se
incrementó.
Si en el primer trimestre del año los casos contabilizados
eran 34, hasta el 6 de abril fue de 99, mientras que el de
sospechosos subió a 348 en las cuatro provincias, comparados
con los 19 de 1997. Esto obligó a que oficialmente se declare
que se está viviendo una nueva epidemia de cólera. Redacción
Guayaquil
Asà está el fenómeno en el paÃs...
Chile envÃa su ayuda
20 cajas de sales rehidratantes y 300 cajas de suero
fisiológico constituyen la segunda donación que el Gobierno de
Chile realizó el martes para los damnificados de la zona
costera afectados por el fenómeno de El Niño. En marzo, el
Ministerio de Salud chileno envió a su par de Ecuador 500
frascos de vacunas antirrábica veterinaria, 200 cajas de
vacunas antirrábicas humanas y 100 cajas de vacunas
antirrábicas antitÃficas. Los medicamentos, sales
rehidratantes y suero fisiológico paliarán la delicada
situación de salud que viven los damnificados. La donación es
un ejemplo más de la hermandad chileno-ecuatoriana.
GeofÃsica: no son sismos
Ante los deslizamientos producidos en los últimos dÃas en las
laderas cercanas a la ciudad de BahÃa de Caráquez, el
Instituto GeofÃsico de la Escuela Politécnica Nacional aclaró
que estos no son causados por eventos sÃsmicos. La red de
sismógrafos del Instituto no ha registrado eventos de carácter
tectónico en esta zona entre el 30 de abril y el 1 de mayo,
dÃas en los que se produjeron los deslaves. Los movimientos
que algunos moradores de las áreas cercanas reportan haber
sentido, se deben a la movilización de grandes masas de tierra
que se han desestabilizado por la sobrecarga de agua debido a
las intensas lluvias.
BahÃa: nuevos recursos
El presidente de la Unidad Coordinadora sobre el Fenómeno de
El Niño, Copefen, Antonio Andretta, anunció ayer que el
directorio del organismo que se reúne en Guayaquil, adoptará
acciones emergentes para afrontar la situación de BahÃa de
Caráquez. "Se canalizarán nuevos recursos y se adoptarán
acciones en el área de la reconstrucción vial, la atención a
damnificados y soluciones habitacionales, mientras se proyecta
la reconstrucción no solo del balneario manabita, sino de toda
la provincia", dijo el funcionario.
La incomunicación sigue
14 muertos, 1 desaparecido, 340 personas evacuadas, 58
viviendas destruidas es el saldo del deslizamiento ocurrido el
30 de abril en el barrio MarÃa Auxiliadora, del cantón Sucre
en BahÃa de Caráquez. Una parte de las familias evacuadas son
atendidas por Defensa Civil en una escuela de la localidad y
otras están albergadas en casas de familiares. El Ministerio
de Agricultura ha entregado 2.000 raciones alimenticias a las
familias damnificadas. Además, persiste la incomunicación por
las dos vÃas: aérea y terrestre. En lo referente a salud, la
Dirección Provincial de ManabÃ, la Fuerza de Resistencia, que
aglutina a varios profesionales, asà como médicos del Club
Rotario colaboran en el área, facilitando medicinas e insumos.
El Niño está en franca retirada
En las madrugadas de los últimos tres dÃas, los termómetros en
Guayaquil marcaron un repentino descenso de la temperatura. A
las 07h00 llegaron a hasta los 25 grados centÃgrados, según el
Instituto Nacional de MeteorologÃa e HidrografÃa (Inamhi),
algo inusual durante los últimos meses de altas temperaturas.
Este reencuentro de los guayaquileños con las sábanas se une a
la ausencia de lluvias desde el pasado lunes, tal como lo
pronostican los cientÃficos que siguen la evolución del
fenómeno climático de El Niño.
Aunque continuarán las incidencias del evento cálido, en mayo
la diminución será más evidente, aseguró José Luis Santos, del
Centro de Investigación CientÃfica y Tecnológica (Cicyt).
Pero solo en junio se podrá, por fin, tener dÃas más normales,
porque El Niño frente a las costas de Perú y Ecuador se
mantiene, lo que no quiere decir que a lo largo de la lÃnea
ecuatorial no se haya reducido en un 50 por ciento desde
diciembre, cuando alcanzó su curva más alta.
"La disminución es de este a oeste, asà llegó, desde el otro
lado del PacÃfico, asà también será su retiro", agregó.
Sobre las precipitaciones en lo que va del mes, los técnicos
del Inamhi también observan un disminución tanto en la
intensidad como en la frecuencia de las lluvias, esto desde el
primer dÃa de mayo.
Aunque es apresurado hacer lecturas, no se puede negar que es
evidente que en estos primeros cinco dÃas las lluvias fueron
aisladas, aunque fuertes, como en el caso de Esmeraldas que en
un solo dÃa -el 3 de mayo- cayó más de la mitad de lo que se
espera para los 30 dÃas del mes, dice Hernán Parreño de esta
entidad.
Mayo tendrá aún las condiciones tÃpicas de El Niño -dÃas
calurosos y con lluvias- y las del verano, con la entrada en
oleadas aisladas de bajas temperaturas y vientos ligeros y
cÃclicos.
Redacción Guayaquil
ManabÃ: se creó el puente aéreo
El fenómeno de El Niño dio una tregua de cuatro dÃas a los 20
cantones de ManabÃ. Los dÃas soleados ahora están causando
grandes polvaredas y la gente ya comienza a sentir que sus
vÃas respiratorias se resienten.
La grave situación de desabastecimiento y sensación de
aislamiento también tiende a aliviarse. Ayer oficialmente
entró en funcionamiento el puente aéreo, entre BahÃa de
Caráquez y el resto del paÃs. Dos vuelos de Tame, uno desde
Guayaquil y otro desde Quito, completan las tareas de auxilio.
Con la llegada de dos barcos cargados de alimentos también se
intensificó el puente marÃtimo, que ya venÃa supliendo, en
parte, el severo desabastecimiento de alimentos, medicinas y
combustible. Los barcos llegaron cargados de arroz, harina y
azúcar.
Las compañÃas que mantienen habilitadas las carreteras que
conducen a Guayaquil y Quito por la vÃa Chone-Flavio Alfaro-El
Carmen y la San Vicente-Pedernales trabajan en doble turno
para avanzar en la colocación de piedra de escollera que
refuerza las bases de las vÃas. La compañÃa vial Fabara, que
labora al norte de ManabÃ, despeja la carretera desde San
Vicente-Jama-Canoa, la cual está tapada por cinco deslaves
desde hace tres semanas.
En Portoviejo el alcalde, Guido Alava; y, el gobernador,
Fernando MacÃas, buscan una solución al problema de las
invasiones que genera el mal estado de la viviendas en zonas
como las colinas de Andrés de Vera, San Pablo, el barrio La
Piñonada y Picoazá.
La primera respuesta la dio el Municipio al anunciar la compra
de un terreno donde se construirán 536 casas de 36 metros
cuadrados que podrÃan pagarse en cuotas de hasta 100.000
sucres.
En Montecristi la tierra sigue temblando. Algunas personas que
habitan en las cercanÃas de la iglesia dicen que no temen,
pues confÃan en la gracias de Dios, según Juan Pincay,
poblador de la parroquia. Redacción Manta
Piñancay sepultó a sus muertos
Los vecinos de Piñancay, cantón Chunchi, continuaron con su
penosa tarea de desenterrar a las vÃctimas del deslave. El
martes, a las 18h00, lograron rescatar dos cadáveres más.
Esta vez se encontraron los cuerpos de Modesto RodrÃguez (70
años) y Marisol Guallpa RodrÃguez (4 años). Los otros cinco
rescatados son Angélica Villa Gómez, Alex Villa Alvarez, Laura
Alvarez Alvarez, Tania Guallpa RodrÃguez y Yolanda RodrÃguez.
Un ambiente de tristeza y llanto rodeó al sepelio de los siete
cadáveres en el cementerio de Chunchi ayer.
Sin duda el deslizamiento de la mitad del cerro Shamanga, el
domingo pasado, sobre la población de Piñancay dejó recuerdos
difÃciles de olvidar. Sus habitantes aún no superan el susto y
la tristeza, más aún cuando faltan por rescatar a 4
desaparecidos.
Pero con esta desgracia la población se volvió más unida y
solidaria. Desde ayer todos los moradores de la zona y de
Chunchi, junto con la Defensa Civil, continuaron con la tarea
de rescate.
Además recolectaron vÃveres, ropa y otros artÃculos para
ayudar a los afectados. Más de 20 personas se quedaron en la
calle. Sus viviendas con todas sus pertenencias fueron
sepultadas.
Celinda Tenesaca, una de las afectadas, se quedó con lo puesto
y sin calzado. Los últimos dos dÃas durmió en casa de vecinos
y hasta ayer vestÃa lo mismo.
Según el último reporte de la Municipalidad de Chunchi,
todavÃa no se encuentran los cuerpos de los hermanos Norma
(13), Grecia (9) y Carlos (6) Villa Villa y ThalÃa Sarmiento
Villa (2 años).
La tarea de rescate se complica aún más cuando el mal tiempo
reina en esa zona. En la madrugada de ayer las lluvias
volvieron a ser intensas.
Entre tanto, la carretera Tambo-Gun-Chunchi continúa bloqueada
por un sinnúmero de derrumbes. Resulta imposible llegar en
vehÃculo y con ayuda hasta Piñancay. Redacción Cuenca (Texto
tomado de El Comercio)