Quito. 10 mar 2002. Dávila se reunió con los empleados para garantizarles
su trabajo. Solo hubo cambios en la dirección.

Doce militares y tres patrulleros de la Policía amanecieron ayer
custodiando las instalaciones de lo que ahora es una de las 11 empresas
que están en manos de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) y que
eran parte de un fideicomiso del ex banquero Fernando Aspiazu: el diario
El Telégrafo.

Una resolución de la Ministra Fiscal, del 22 de agosto de 2001, sirvió
para que la AGD incaute las acciones de las empresas vinculadas al ex
propietario del Progreso.

Alteración de cifras en los balances, patrimonios técnicos irreales,
destrucción de documentos bancarios, anatocismo (cobro de interés sobre
interés) fueron las figuras que se presentaron en Progreso SA y Progreso
Ltd. y que, según la resolución de la Fiscalía, permiten a la AGD tomar
dichas acciones de las empresas de Aspiazu.

El nombramiento de un nuevo directorio y consejo editorial para El
Telégrafo, radio El Telégrafo y radio La Prensa las tres primeras
empresas que tomó la AGD se convierte en el primer paso que da la actual
propietaria de los negocios en marcha del ex banquero.

Patricio Dávila, gerente de la AGD, sostuvo que las tres empresas
formarán parte de un fideicomiso, para evitar la injerencia del Estado.
"Los 180 empleados de El Telégrafo continuarán sus labores", aseguró.

Un auditor verificará la situación actual de los medios. Su avalúo, para
una futura venta, está en manos de la ESPOL. Aunque Dávila adelantó
cifras: de $6 a $8 millones por El Telégrafo.

En una sesión a celebrarse mañana junto a representantes de las Cámaras
de la Producción, Colegio de Periodistas, dos universidades, Junta Cívica
y el alcalde de la ciudad, se designará al directorio de El Telégrafo.
Mientras tanto, Jaime Terán, quien se desempeñaba como subdirector del
medio, lo administra temporalmente. Aunque Enrique Macías, quien era
apoderado del fideicomiso, aún defendía su función como director.

Adicionalmente, la AGD dio a conocer un listado de cerca de 300 empresas
de Aspiazu sobre las que recaerán incautaciones en los próximos días.
Patricio Dávila aseguró que con esta acción se pretende recuperar activos
por aproximadamente $100 millones. (JVR/LMI)

La Agencia se hace cargo de 11 empresas en un día

Las acciones de las 11 empresas, que ayer la AGD tomó bajo su
administración, forman parte de un fideicomiso valorado en $40 millones,
que el ex banquero Fernando Aspiazu constituyó junto a su cónyuge,
Anabella Nebel, el 9 de abril de 1999.

Precisamente, el 99,63% de las acciones de El Telégrafo estaban en ese
fideicomiso, cuyo apoderado era Enrique Macías Chávez, quien se
desempeñaba como director del diario.

"No hay en las causales de la AGD, ninguna argumentación legal que
justifique la incautación de El Telégrafo. Es una acción política",
aseguró Macías.

Sin embargo, la disputa legal por ese fideicomiso se presentó en 2000,
cuando la AGD demandó su nulidad absoluta bajo el argumento de que esa
enajenación de los bienes fue realizada "con el objeto de que no sea
utilizada por la AGD para el pago a los depositantes".

Aspiazu formó ese fideicomiso con el objeto de proteger las acciones de
sus empresas, ante el fracaso de la recapitalización del banco y su caída
en saneamiento.

La ahora destituida jueza Tercera de lo Civil, Mercedes Bacilio, dentro
del juicio ordinario 560-2000, el año anterior, declaró la nulidad
absoluta del Fideicomiso, inscrito en la notaría trigésima octava de
Guayaquil.

Mañana, incluso, en el proceso se pretendía realizar el sorteo para
designar a una de las Seis Salas de la Corte de Guayaquil para que
ratifique o no la nulidad del fideicomiso, que ahora está en manos de la
AGD, para utilizarlo en el pago a los depositantes. (JVR)

LA SIP

- En 1996, Fernando Aspiazu aparece como director de El Telégrafo.
Enrique Macías, hasta ayer director, dijo que Fernando Aspiazu dejó la
dirección de ese medio en 2001.

- "Dávila irrumpe en las instalaciones con un documento ilegal, porque
trata de vincular a Aspiazu con el periódico", dijo Macías.

- En la primera página de El Telégrafo, se publicó una carta que Macías
envió a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), explicando las
acciones que el Estado pretendía tomar con el diario. La respuesta de la
SIP fue pedir que se la mantuviera informada.

- Además de las acciones del periódico, Aspiazu colocó en el fideicomiso
el 100% de las acciones de Andinacorp S.A, AFP Promañana, Administradora
de Fondos, Corporación Inmobiliaria Dinescorp, y otras. (JVR)

- Henry Raad

"El valor de El Telégrafo abierto, es uno. Cerrado, es nada. Solo un
torpe o ambicioso puede intentar cobrar deudas cerrando al periódico más
antiguo del país, para que la valoración se limite a un edificio hermoso,
pero no funcional para el comercio (...) aunque quizás sí para otro Museo
del Banco Central, manejado por burócratas que ya no tienen
justificativas funciones".

- Carlos González

"La medida se debió tomar hace tres años. El Gobierno no solo debe
embargar El Telégrafo, sino todas las empresas de Fernando Aspiazu, para
así recuperar el dinero de los depositantes. No creo que el Gobierno
pretenda usar El Telégrafo como una dependencia estatal de comunicación.
La empresa se debe rematar inmediatamente".

- Flora Proaño, UNP

"Se deberá hacer un severo análisis del la situación de El Telégrafo para
rescatarlo del Estado y ponerlo en manos de profesionales de la
comunicación. El Estado no debe tener en sus manos un medio de
comunicación, porque corre el peligro de que se incorpore a las
relaciones públicas del Gobierno". (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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