Guayaquil. 12 nov 96. Galápagos tiene su fantasma.
Por estos días asusta no solo en las islas, sino en el
Ecuador continental, ecológico, económico, turístico,
político... la posibilidad de que el archipiélago sea
declarado patrimonio de la humanidad en peligro.

Pero como otros fantasmas, también este podría ser
uno inventado. Es decir, la situación no es tan mala
como la pintan. A mediados de diciembre se reunirá,
en México, la comisión internacional de patrimonio
mundial de la Unesco. El Gobierno presentará un
informe de la situación actual de las islas y su
propuesta técnica.

Entonces se decidirá si el archipiélago ingresa a la
lista de patrimonios en peligro, si se posterga o se la
descarta.

Pero hasta que eso suceda la sola mención del tema
provoca un espanto. Desde el Gobierno anterior,
cuando se hizo más evidente la posibilidad, se dijo
que era "un desprestigio", "un castigo, que afecta la
imagen y credibilidad del país" y que es "una tarjeta
roja para luego abandonarnos...".

La sensación es que Ecuador irá a México para que le
tomen la lección. Y si a los extranjeros no les gusta
se queda de año en el tema Galápagos. "El Gobierno
anterior así vendió la idea y se olvidó de manejar el
tema más técnicamente", según Alfredo Carrasco,
presidente de la Fundación Charles Darwin.

Carrasco aclaró que la declaratoria de peligro no
es un castigo, sino una herramienta que permite
trabajar mejor y con más ayuda y recursos por la
preservación. No se impone, se sugiere.

Vicente Pólit, presidente del Cedenma, cree que
no es conveniente la declaratoria. "Afecta la imagen
y credibilidad de un país; queda como incapaz y no
hay cómo creer en él". Uno de sus temores apunta a
que los donantes internacionales se alejarán.

El diputado de Galápagos, Alfredo Serrano, interpreta
el ingreso a la lista de patrimonios en peligro como
un golpe político para el país, que le mostraría al
mundo que los ecuatorianos no pueden preservar un
patrimonio.

¿Exceso de chauvinismo? Quizás. O sino ¿cómo
entender que Estados Unidos tenga dos parques,
Yellowstown -el más grande del mundo- y Everglades,
en la lista de patrimonios en peligro?

Eso les ha permitido destinar más recursos locales e
internacionales y más esfuerzos científicos.

"No se puede interpretar como que se le quita el
espacio de patriomonio. Ingresar a la lista significa
que hay problemas serios que deben atenderse y para
eso se necesita ayuda técnica y financiera
internacional", dice Eliécer Cruz, director del Parque
Nacional Galápagos.

Los operadores turísticos se mueven entre el temor
de perder visitantes y el razonamiento de la ayuda.
"La ventaja de la declaratoria sería que la Unesco le
da prioridades como asignación de créditos no
reembolsable. Parques en peligro hay muchos en
Europa y Asia, donde se redobla el interés y se se
vuelve una ventaja para mayores recursos", dijo
Eduardo Diez, presidente de Asociación de
Operadores Turísticos.

Es que la palabra peligro esta vez ha surgido con
toda su connotación negativa. "Eso es lo que ha
permitido crear un ambiente de temor", dijo
Carrasco.

"Desterrar los chivos en muchas islas pequeñas y
medianas es importante. Historias como la de
Española, donde se encontraran solo 7 tortugas
sobrevivientes a la explotación, y 30 años después
repoblarla con más de 700, son una gran muestra de
trabajo...", dijo un informe científico del Discovery
Chanel. Galápagos es la ventana de Ecuador en el
mundo y por ella lo evalúan.

La cura sería mala

No conviene desde ningún punto de vista que
Galápagos sea incluida en la lista de patrimonios
naturales en peligro, dice Vicente Pólit,
presidente del Cedenma.

Significa que el Estado ha desmantelado las
estructuras administrativas o permite actividades
extractivas que van en contra de la necesidad de
conservación de esta área. Significa que se ha
perdido la capacidad de control, hay graves
problemas de deterioro.

Eso va a conllevar que la situación se vuelva más
grave porque el momento que un área está en la
lista de patrimonio mundial en peligro deja de
recibir visita turística internacional.

La declaratoria de emergencia sólo sería la facilidad
para un grupo de empresarios y negocios que
ofrecen ser socios sin licitaciones. Por ahora es
importante el veto del proyecto de ley.

Tarjeta roja al Estado

Más que desde el punto de vista turístico, hay
que analizar la posibilidad de incluir a las
Galápagos en la lista de patrimonios en peligro
integralmente, porque son más importantes a
nivel internacional que en el mismo país, según
Eduardo Diez, presidente de Asociación de
Operadores Turísticos (Asogal).

Sería una tarjeta roja a la acción del Estado a
Galápagos, pero bien merecida por la inacción
frente a problemas como migración, pesca,
inadecuado marco institucional y turismo. Puede
afectar en la merma del flujo turístico y divisas
del país porque en esta actividad no solo se
benefician los turistas y hoteles.

En la ley especial hay dos temas que se tiene que
enfrentar la migración y el inadecuado marco
institucional, cuando los problemas son serios
todos actúan de Poncio Pilatos, y cuando son
simples todos quieren darle la paternidad.

No es para asustarse

El problema no pasa solo por recursos. Estados
Unidos es un país muy rico, sin embargo sus
parques tienen problemas, han perdido mucho.
Ecuador es un país pobre, pero lo que más puede
dar es una actitud política, según Linda Cayot,
científica e investigadora.

No deben asustarse porque se declare en peligro,
es como poner un ojo, advertir la necesidad de
más trabajo. Eso también facilitaría más ayuda
internacional y también tomar decisiones
difíciles, pero que van a ayudar...

Se tiene que enviar al mundo mensajes de
seriedad. El país turístico necesita conservar
a Galápagos. A nivel mundial hay mucho interés
en preservarlas islas más que en muchos otros
sitios. No es quitárselo a Ecuador. Hay una
apertura para ayudar, pero el Gobierno debe
tener una contraparte, que no debe ser tanto de
fondos sino de decisiones políticas.

Castigo a la política

Sería un golpe para el país, porque significaría
que no estamos en capacidad para manejar
Galápagos. La situación no está tan caotizada
para llegar a esos extremos, señaló Alfredo
Serrano, diputado PSC por Galápagos.

La comunidad internacional debe entender que
no es cuestión de decir sino de dar. Por ejemplo,
estamos esperando la posibilidad y los aportes
para instalar los radares satelitales que permitan
identificar a las naves en pesca ilegal.

El problema es que los gobiernos han visto a
Galápagos como una carga financiera y eso no
es cierto. Galápagos produce cerca de 200
millones de dólares anuales por turismo. Hablamos
de cerca de 50 millones de dólares de ingreso por
solo impuestos turísticos. Pero tampoco lo ven
como una ventana, sino como un comodín para
obtener recursos que nunca llegan a las islas.
(FUENTE: EL COMERCIO, P. C-1)
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