Gonzalo Dávila Trueba
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Entre Darwin y el pendejismo agudo
Darwin sostiene que si un individuo no desarrolla una nueva cualidad ante el cambio del medio, desaparece. El que lo hace, sobrevive. Nuestra política es la contradicción total de la teoría evolutiva darwiniana: los menos aptos sobreviven. No necesitaron desarrollar pelo para el frío ni cola prensil para volar de rama en rama ni peor pasar por la universidad. Necesitaron patear bonito la pelota o ser cuerazo y ya… ministro o asambleísta.
¿Por qué se rasca Diego, sí, allí mismo y en público? ¿Por qué bajar el vidrio del coche y arrojar la basura? ¿Por qué se le ocurrió que, en el Supermaxi, puede guardar puesto en la cola de la caja sin el coche de la compra? ¿Por qué escupir en la calle? Pues porque somos criados naturalmente sin cultivo alguno: silvestres. Por ello, cuando el señor ministro se restregó la espalda, contra la columna de hormigón, en verdad no estaba haciendo nada malo, simplemente alivió su comezón.
La cuestión es si dentro de unos 50 ó 100 años, el país tendrá conciencia de que ahora escogió una forma de Gobierno equivocada. Cuando se dice que la división de poderes es una norma que se la puede o no establecer; se está diciendo que el caudillismo es el camino: La solución. Pero la historia dice otra cosa: y ¿ahora?
¿Por qué el señor alcalde permite que se cocinen alimentos en la vía publica? Los buses y camiones pasan levantando el polvo de escupitajos, heces fecales de animales y cristianos, y este polvillo es el sazonador de las tripas, cueros, choclos y menudencias que se dicen que son riquísimas. No tienen agua corriente, lavan los platos en baldes y los secan con trapos. Pero…¿por qué sucede? ¿Seguirán con la cantaleta de que sucio es más rico?
¿En que se inspiran Colombia y Perú para no caer en la trampa del populismo actual? Posiblemente en sus propias aunque incipientes instituciones. Es cultura en general y cultura cívica en particular. Los pueblos se aferran al populismo porque no conocen otro camino. La institucionalidad convertida en marioneta del Gobierno que promueve el show mediático es como la flor del guanto (huandug): preciosa pero entontece.
Definitivamente creo que iré, acorazado, al fútbol para que no me maten. Es que la opción que me queda, porque verlo por televisión estatal y en época de elecciones, me produciría urticaria viral total a nivel de la silla turca del esfenoides más conocida como cólico testicular.