BOGOTÃ. El genealogista, historiador, escritor y periodista venezolano Antonio Herrera-Vaillant, que en su último libro desvela un misterio sobre los orÃgenes de El Libertador Simón BolÃvar, afirma que la genealogÃa no es una ciencia de chismosos ni para vanidosos, sino que tiene una función social.
Después de mucho investigar, Herrera-Vaillant, de origen cubano y argentino, ha llegado a la conclusión de que la tatarabuela desconocida de BolÃvar (1783-1830), una figura que ha dado mucho que hablar y que escribir a detractores, partidarios y biógrafos de
El Libertador, fue MarÃa MartÃnez de Cerrada.
En su recién publicado "El nudo deshecho: compendio genealógico de El Libertador", de 547 páginas, añade que esa mujer no era ni india ni negra como algunos apuntaron en su dÃa con ánimo de "descalificar" al hombre que contribuyó a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
MarÃa fue hija de un encomendero y tuvo una hija natural con Francisco MarÃn de Narváez, Josefa MarÃn de Narváez, la rica abuela de BolÃvar, de la que éste heredó las minas de Aroa, declaró el genealogista.
Josefa MarÃn de Narváez, nacida en 1668 y registrada como "expósita", fue reconocida a corta edad por su padre, quien en su testamento, descubierto por Herrera Vaillant en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, la nombró su heredera universal.
El tatarabuelo no identificó legalmente a la madre de la niña, solo dijo que era "una doncella principal", pero el autor de "El nudo deshecho" está convencido de que fue MarÃa MartÃnez de Cerrada, de quien MarÃn de Narváez se acordó en su testamento, pues le legó algún dinero a condición de que se metiera monja o se casase.
La dama decidió esta última opción, a pesar de ser la que menos dinero le reportaba, señala Herrera-Vaillant, cuya teorÃa ha recibido el aval del español Javier Goméz de Olea, entre otros respetados genealogistas.
El libro ha sido publicado por la Academia de Historia de Venezuela y el Instituto Venezolano de GenealogÃa.
El misterio de la tatarabuela de BolÃvar se conoce como "el nudo de la MarÃn" porque el abuelo de El Libertador usó esa expresión en una carta dirigida a uno de sus hijos para referirse a la dificultad que ello suponÃa para su propósito de obtener un tÃtulo nobiliario.
Para Herrera-Vaillant, sin embargo, en genealogÃa es "absurdo" hablar de "pureza racial".
En el caso de El Libertador, el 98% de su sangre es europea, sobre todo española (90%), con antepasados gallegos, vascos y canarios, fundamentalmente, afirma.
TenÃa solo unas gotas de sangre indÃgena que se remontan a sus ancestros en el siglo XVI, agrega el especialista, al que no le sorprende que los detractores de BolÃvar trataran de enlodar su figura con referencias a supuestos orÃgenes indÃgenas o africanos.
Un historiador describió como una "negra tinta" a la tatarabuela misteriosa y al mismo BolÃvar le llamaban "zambo" y le señalaban su pelo ensortijado.
Al igual que hoy, en las colonias habÃa "discriminación racial" y la practicaban también los que buscaban la independencia de España.
El libro trata también de la descendencia de los herederos de BolÃvar hasta nuestros dÃas. El Libertador no tuvo hijos e hizo sus herederos a los vástagos, también los naturales, de sus hermanos.
Pese a la fama de chismosos y cultivadores de la vanidad ajena que tienen los genealogistas, para Herrera-Vaillant ésa es una ciencia "importante" para la sociedad porque se relaciona, y no por "gazmoñerÃa" o cuestiones morales, con la importancia de los núcleos familiares como transmisores de valores e impulsores de la superación personal del individuo, además de con la Historia.
Hoy en dÃa se vive una democratización de esa ciencia en base a la creencia de que todo el mundo tiene genealogÃa, no solo los que están más altos en la escala social, dice.
Además, a diferencia de la tradicional, la genealogÃa "democrática" está volcada en descubrir la realidad objetiva de los ascendentes de una persona o familia, no a "disfrazarla ni maquillarla" ni a mantener "tabúes", destaca el experto.
"Hacerse una genealogÃa falsa es una especie de onanismo", subraya, para a continuación referirse con mayor benevolencia a las abuelas, que -dice- generalmente suelen "embellecer" los árboles genealógicos. (EFE)
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Publicado el 02/Marzo/2011 | 10:12