El 60% de abstencionismo es el otro enemigo a derrotar por los candidatos

Más de 30 millones de colombianos están llamados a decidir hoy entre la reelección del presidente Juan Manuel Santos o la asunción del uribista Óscar Iván Zuluaga.

La de hoy es la contienda más reñida y crucial para  alcanzar uno de los más grandes objetivos de los más de 45 millones de habitantes de Colombia: la paz.

En una jornada que arrancará a las 08:00 con la apertura de las mesas, los ciudadanos deberán decidir entre la oferta de paz de Santos -cuyo Gobierno promueve conversaciones con las FARC y el ELN, las dos principales guerrillas del país- o la posición más dura de Zuluaga, que asegura que pondrá mayores condiciones a los rebeldes para dialogar.

Zuluaga, apadrinado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), ganó la primera vuelta del 25 de mayo con 29,3% de los votos frente al 25,7% de Santos, en unos comicios en los que la abstención -de casi 60%- también fue protagonista.

Para el politólogo Felipe Botero, el tema de la paz siguió siendo central en este tramo de la campaña, sobre todo luego de que, esta semana, Santos informara de las negociaciones que había iniciado en enero con el ELN.

Este foco en la paz, sin embargo, no parece haber definido con claridad a los votantes. Por eso, Botero, profesor de la Universidad de Los Andes, estima un resultado incierto y cerrado.

Las últimas encuestas apuntaban a un empate técnico, por lo que los acercamientos que cada uno hizo con los candidatos que se quedaron en primera vuelta -Zuluaga con la conservadora Marta Lucía Ramírez y Santos con la izquierdista Clara López y el independiente Enrique Peñalosa- podrían resultar clave.

El sufragio en Colombia no es obligatorio. Ayer por la mañana, el ambiente fue más futbolístico que electoral, pues la selección clasificó al Mundial de Fútbol Brasil-2014 tras 16 años de ausencia. Más tarde, luego de su debut ante Grecia con una victoria 3-0, la fiesta del fútbol se apoderó de los habitantes.

En las calles, en vez de propaganda de los candidatos, se veían sobre todo globos y carteles alusivos al Mundial.

Incluso los candidatos se enfocaron en el fútbol y se reunieron con familiares, amigos y colaboradores para ver la transmisión del encuentro.

Tras la victoria futbolística, Juan Manuel Santos dijo que Colombia arrancó con pie derecho el Mundial y aseguró que hoy ganará su propuesta de paz.

En tanto, Óscar Iván Zuluaga llamó a los colombianos a que rematen ganando la Presidencia.

Las de hoy también serán las elecciones más resguardadas de los últimos 20 años en Colombia según el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. La seguridad será responsabilidad de 246 mil militares y policías.

Las FARC, principal guerrilla del país con unos 8 000 combatientes, declararon un cese al fuego unilateral para la segunda vuelta, como ocurrió en la primera.

El ELN no plegó en esta ocasión, pero se comprometió a respetar la jornada electoral.

La OEA vigilará los comicios con una misión de 74 observadores y la Unasur con 37 veedores: 24 en Colombia y 13 en las votaciones fuera del país.  (AFP)



Óscar Iván Zuluaga, el líder antiguerrilla


El economista de origen conservador y que muestra los dientes a las FARC es el azote del presidente Juan Manuel Santos, al que arrebató el primer puesto en las presidenciales del 25 de mayo y con quien disputa hoy la segunda vuelta arropado por el uribismo. Nacido el 3 de febrero de 1959 en Pensilvania, pueblo de agricultores del departamento de Caldas, en el Eje Cafetero, este político de 55 años y con aire provinciano tiene ahora como gran rival a su antiguo colega como ministro en el Gobierno de Álvaro Uribe. Él espera convertirse hoy en Presidente y devolver al uribismo la Casa de Nariño. Esa idea rondó su cabeza por primera vez en la infancia inspirado en las lecturas sobre el exprimer ministro británico Winston Churchill que les recomendaba el padre Sergio, fraile agustino que fue su profesor de historia en el Liceo de Cervantes de Bogotá. Pero su carrera la inició por la economía y la vida académica.

Segundo de cuatro hermanos, Zuluaga, ya graduado como economista por la Universidad Javeriana de Bogotá y con un máster en Finanzas Públicas de la Universidad de Exeter (Reino Unido), entró tarde en la política, a los 29 años como concejal de su pueblo y luego como  alcalde de Pensilvania.

En esa época estaba recién casado con Martha Ligia Martínez, administradora de empresas con la que tiene tres hijos. Se define como un hombre tranquilo, moderado, decente y ecuánime, es aficionado al fútbol, a las historietas de Tintín, a las películas de acción, en especial a las de James Bond, y al baile. Esto último por seguir el ritmo a su esposa, nacida en Barranquilla.

Tras un paréntesis como empresario en la siderúrgica Acesco, de la cual es accionista su familia materna, dio el salto a la política nacional en 2002 como senador por Caldas. Para entonces había empezado a tejer una amistad con su padrino político, Álvaro Uribe, senador liberal a quien conoció cuando era alcalde de Pensilvania. Ambos compartían la preocupación por el auge de la guerrilla en la zona cafetera. Esa amistad lo ha puesto ahora en la disputa por la Presidencia, objetivo que parecía destinado al fracaso por su falta de carisma y mala posición en las encuestas. Antes de situarse en la parrilla de los presidenciales fue senador y ministro de Hacienda de Uribe. Por sortear la crisis mundial sin sobresaltos para la economía local, en 2009 la revista Emerging Markets del grupo Euromoney lo declaró el mejor ministro de América Latina. Ha sido fiel escudero de Uribe desde entonces, lo que le valió la nominación presidencial por el Centro Democrático, que ayudó a fundar igual que hizo con el Partido de la U, del que se separó cuando quedó en manos de Santos.

Tachado por Santos como títere de Uribe, Zuluaga se defiende con el argumento de que es un hombre de carácter y que, una vez en la Presidencia, será él quien mande.

Como abanderado del uribismo defiende un endurecimiento de las condiciones a las FARC para continuar el diálogo para poner fin a medio siglo de conflicto armado. En la primera vuelta, su campaña fue empañada por su vinculación con un pirata informático acusado por la Fiscalía de acceder ilegalmente a información reservada con el fin de sabotear el proceso. Sin embargo, ese escándalo, lejos de restarle puntos, aumentó su popularidad hasta alzarle con el mayor número de votos.   (Efe)



Juan Manuel Santos, el apóstol de la paz


Tras liderar la mayor ofensiva contra las FARC en Colombia, el candidato-presidente, en liza por la reelección, se convirtió en el apóstol de la paz con la guerrilla.

Él asegura: "Lo que más le conviene a mi país, lo que más necesita es vivir en paz. Vivimos 50 años matándonos entre hermanos". También ha llamado a la rebelión marxista a cambiar las balas por votos.  Artífice de las negociaciones que avanzan desde noviembre de 2012 en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), este dirigente de centroderecha de 62 años, que también negocia con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, extrema izquierda) -segunda guerrilla del país-, recalcó que la paz no se improvisa.

Padre de tres hijos, este hombre de apariencia sencilla, resume lo que está en juego en esta elección con esta frase: ‘El fin del conflicto o un conflicto sin fin’.  Nacido en una influyente familia de la política y del periodismo -su tío abuelo fue presidente del diario La República y dueño del diario El Tiempo- Santos dirigió varios ministerios, desde Comercio hasta Finanzas, antes de ocupar el de Defensa en el mandato de su predecesor y exmentor, Álvaro Uribe, hoy su mayor enemigo político.

Desde esa cartera se convirtió en uno de los principales verdugos de las FARC. En 2008 mandó bombardear un campamento que las FARC habían instalado en Ecuador, en el que murió el número dos de esa guerrilla: Raúl Reyes. También dirigió el operativo para la liberación de la rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt.

Ya presidente, prosiguió su ofensiva: en 2010 autorizó el operativo en el que murió Jorge Briceño (Mono Jojoy), entonces jefe militar de las FARC. Un año más tarde avaló el hostigamiento en el que fue abatido el máximo comandante de esa guerrilla, Alfonso Cano, pese a que había contactos secretos para dialogar.

Antes de instalar los diálogos en La Habana, Santos impulsó una ley de restitución de tierras a los campesinos desplazados y de reparación a las víctimas de un conflicto que ha dejado al menos 220 mil muertos y 5 millones de desplazados.

Su asesor y cuñado, Mauricio Rodríguez, que lo describe como un estratega, un hombre analítico, poco impulsivo o emotivo, asegura que la obsesión por la paz se ha vuelto su marca registrada.

"La paz es su objetivo. Desde el inicio de su carrera hizo la guerra como un medio para lograrla: debilitar a las FARC para obligarlas a sentarse a la mesa. Después de él va a ser difícil dar marcha atrás. El ya ganó esa batalla".  Su determinación se evidencia con una frase del filósofo romano Séneca que, según allegados a Santos, no cesa de repetir: "Si no sabes a qué puerto te diriges, todos los vientos te serán desfavorables".  Formado en la London School of Economics, este liberal, que ha firmado el TLC con EEUU, Europa y Asia, también promueve la paz como la mejor inversión para Colombia, cuarta potencia de América Latina. Según los expertos, el conflicto cuesta al menos un punto del PIB. La ensayista Alejandra Villamizar, coautora del libro Los suspirantes, lo ve como la tercera vía de Tony Blair y como un político del primer mundo, mientras Colombia aún está en el tercer mundo. Pero sus exaliados de la derecha le reprochan haber dilapidado el legado y haberse aprovechado del carisma de Uribe. Este incluso lo llama traidor a la patria por negociar con la guerrilla. (AFP) 



246 mil militares y policías han sido desplegados en todo el país para velar por la seguridad en los comicios más vigilados en los últimos 20 años.

Colombia arrancó con pie derecho el Mundial de Fútbol y estoy seguro de que mañana (hoy) ganará nuestra propuesta de paz’. Juan Manuel Santos

111 observadores internacionales: 74 de la OEA y 37 de la Unasur vigilan el desarrollo de los comicios de este día.

A las 11:00 de ayer, hora a la que comenzó el partido Colombia vs. Croacia en Brasil, Santos y Zuluaga, en medio de una explosión de camisetas amarillas, rojas y de vuvuzelas, festejaron el triunfo de su selección que volvió a jugar en un mundial tras 16 años de ausencia.

Llamo a todos los colombianos para que este domingo  rematen contra la inseguridad ganando la Presidencia’. Óscar Iván Zuluaga



 

EXPLORED
Oswaldo Coba en

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