Por: María Elena Verdezoto o.
Editora Internacional
Entrevista: Ricardo Lozano Forero, embajador de Colombia, es un ferviente defensor del diálogo con la guerrilla. Destaca que la relación con Ecuador mueve $3 000 millones y dice: ‘¡maginemos lo que sería con la paz’.
¿Cómo van los contactos con el ELN. Cómo nació la idea de que Ecuador participe en las conversaciones exploratorias?
Primero quiero agradecer el apoyo de Ecuador. Y segundo, una de las cosas que nuestros presidentes y sus equipos de negociación acordaron es la privacidad.
¿La Embajada no participó?
No participamos. Estamos muy agradecidos porque siempre el Gobierno de Ecuador, en todo lo que es el tema de la paz por Colombia ha estado súper pendiente. Pero, en estos temas hay una fase privada que la manejan el Presidente (Juan Manuel Santos) y la Canciller (María Ángela Holguín). La reserva es la estrategia para tener éxito.
¿La reelección del presidente Juan Manuel Santos garantiza el éxito de la negociación de paz?
Creo que es muy importante. Este es un segundo oxígeno para todo el proceso. En Colombia se plantearon dos proyectos y triunfó el de la paz. La gente está muy ilusionada con que se dé la paz.
¿Qué le ilusiona?
El PNUD hizo una simulación de cómo sería Colombia en paz. En lo económico señaló que hubiera podido crecer al 8,7%. Casi más que China. Hubiéramos tenido un PIB per cápita de más de $6 000 si no hubiera guerra. Hubiéramos producido más de 700 mil toneladas de comida. Concluir el tema de la paz es un objetivo nacional.
¿El proceso va por buen camino?
Del acuerdo de cinco puntos ya llevamos tres. Nada más nos faltan dos: el fin del conflicto y la reparación a las víctimas. Está ya el tema del desarrollo rural, que era uno de los más importantes porque nos va a dar equilibrio social. Está también el tema de las garantías políticas y cómo entran las FARC a participar en el sistema democrático colombiano y todo el tema del narcotráfico. Nunca en 50 años se había llegado tan lejos para el fin del conflicto.
En la segunda vuelta, el 45% de colombianos votó por el uribista Óscar Iván Zuluaga. Según algunas lecturas, ese porcentaje incluye a las miles de víctimas de los 50 años de conflicto. Eso evidencia un país dividido casi por la mitad. ¿Será posible sellar el acuerdo de paz este año como quiere el presidente Santos?
Se lo está logrando. Primero que todo, hay muchas personas en ese 45% que quieren la paz. Las diferencias están, de pronto, en las metodologías para lograr el acuerdo.
¿Qué tipo de paz se firmará?
Eso es otra cosa. El asunto es que todos queremos la paz. El Presidente ganó con 51%, una victoria contundente, un respaldo al propósito de la paz. En el otro tema que usted plantea, es la primera vez que se aprueba una Ley de Víctimas. Y han sido reparadas más de 343 mil.
Frente a más de seis millones eso es muy poco todavía.
Sí, pero estamos comenzando. La ley entró en vigencia hace poco y se la está desarrollando en todo el país y socializando por todos nuestros consulados.
No hay duda de que se avanza. La pregunta es: ¿Habrá una paz con impunidad, como lo advierten organismos de derechos humanos, analistas y políticos como, por ejemplo, el expresidente Álvaro Uribe? ¿Cómo puede eso afectar la gobernabilidad?
Yo no voy a entrar en interpretaciones. Soy el embajador de Colombia. Hay cinco puntos que acordó el Presidente con las FARC. Hay tres que están acordados y faltan dos. Es un 65% de avance. Después veremos las interpretaciones.
¿Cree que esta vez la guerrilla firmará el acuerdo de paz y no dejará sentado al Presidente como ha ocurrido ya?
No es que yo crea o no. La guerrilla está sentada en Cuba. Hay una negociación, hay unas reglas de juego claras, hay un cronograma, hay unos puntos de la agenda acordados. Estamos en el 65% de cumplimiento de la agenda que ellos y el Presidente acordaron.
También hay un punto del documento consensuado con la guerrilla de las FARC que dice: ‘mientras todo no esté acordado, nada está acordado’.
No han terminado todavía.
¿Entonces usted cree que esta es la hora de la paz?
Claro, nosotros y todo el país. Por eso le dije que este es el momento en que más lejos hemos llegado.
¿Cómo ve el postconflicto. Cómo favorecerá la firma de la paz y la relación entre Ecuador-Colombia?
Además del estudio del PNUD que le mencioné, acaban de salir las proyecciones de crecimiento en Colombia. En el primer trimestre de 2014 frente al de 2013, todavía con el conflicto, crecimos al 6,7%. La paz potencializa toda la parte económica, de movilidad... Favorecería mucho, mucho a los países.
¿Cuánto mueve la relación bilateral en la actualidad?
Tenemos una balanza de más de $3 000 millones. Alrededor de $1 998 millones exporta Colombia a Ecuador y, más o menos, $1 000 millones Ecuador a Colombia. Colombia es el primer emisor de turistas hacia Ecuador. El año pasado vinieron más de 350 mil personas.
¿Cuántos turistas ecuatorianos fueron a Colombia?
Alrededor de 100 mil. También somos el país que más productos no tradicionales compra a Ecuador.
¿De cuánto hablamos?
Son unos $1 000 millones que nos venden más de 600 empresas ecuatorianas. Eso impulsa y genera el crecimiento de la economía ecuatoriana. Hay más de 700 empresas con más de $150 millones de inversión colombiana y más de
2 000 con capital mixto. Estamos muy metidos en el tema de la matriz productiva: más de 70 empresas firmaron acuerdos para producir más en Ecuador.
¿Qué es lo que más compra Colombia a Ecuador?
Automotores, productos agroindustriales, aparatos e incluso café, porque Ecuador tiene superávit de producción.
Y el café ecuatoriano es tan bueno como el colombiano.
Muy bueno, por eso lo estamos comprando. El segundo es Venezuela, con $800 y pico de millones; el tercero Estados Unidos, con $600 millones. Hay que mirar el potencial en nuestros vecinos. Nos acaban de presentar la nueva campaña turística “Ecuador bacano”. Es espectacular, porque es una palabra muy colombiana.
Usted lleva dos años como embajador. ¿Qué destaca de la relación política tras el conflicto destacado por la incursión militar en Angostura?
Hemos logrado un acercamiento muy grande. La relación Ecuador-Colombia es una de las más dinámicas de la región. Con la Cancillería ecuatoriana nos pusimos de acuerdo y unificamos la agenda. Tenemos más de 170 compromisos.
¿Cuáles destaca?
La construcción del puente Rumichaca y otro sobre el río Mataje. Después establecimos una metodología bilateral de seguimiento. Gracias a los gabinetes binacionales, una herramienta típicamente ecuatoriana, la relación comenzó a mejorar.
¿Cómo se refleja en cifras, obras?
Hay más de 60 entidades de Colombia y Ecuador metidas en esto. Las Cancillerías damos la articulación y el seguimiento cada seis meses para llegar al gabinete binacional cada año. Los dos Gobiernos tenemos un sistema en línea con todos los compromisos y los responsables. Organizamos el trabajo bajo seis ejes temáticos.
¿Cuáles?
Seguridad y defensa, infraestructura y conectividad, asuntos fronterizos, asuntos ambientales, sociales y culturales y asuntos económicos. Tenemos 23 grupos de trabajo.
¿Cuánto en inversiones suponen esos ejes?
No lo tenemos consolidado, pero para el puente de Rumichaca fueron más de $8 millones. Tenemos el de San Miguel, que está funcionando. Tenemos la interconexión petrolera entre Orito y Lago Agrio con inversión de los dos países. Estamos pasando petróleo de Colombia a Ecuador por el OCP.
¿Cuáles son los resultados?
Los logros se ven: mientras en 2012 teníamos una agenda con obstáculos del 60%, el año pasado bajaron al 20%.
¿Obstáculos en qué?
Tuvimos problemas con algunos programas de salud, y medioambientales con estudios de las cuencas hidrográficas. La falta de recursos frena un poco, pero estamos avanzando.
¿Cuánta gente se ha beneficiado de esos programas en los más de 600 mil kilómetros de frontera?
Puede impactar en toda el área a más de 1,5 millones de personas. Solo por el puente de Rumichaca pasan más de 10 mil o 20 mil carros por día, a veces. En el de San Miguel han pasado más de 40 mil 0 60 mil.
¿Y los controles?
Eso es importante. Ahí están el funcionario de impuestos colombiano y el ecuatoriano, el de Agrocalidad colombiano y el de Agrocalidad ecuatoriano. Y toda la parte de Migración está trabajando en la misma mesa. Esto es buenísimo. Tenemos más de 75 logros binacionales concretos en los seis ejes.
¿Cómo se ha traducido eso en beneficios para la gente? ¿Ha mejorado su calidad de vida?
Imagínese lo que se pudo mejorar solo con el nuevo puente de Rumichaca. La gente puede pasar más su comercio, puede ir mucho más rápido. Es un efecto multiplicador. También evaluamos todos los pasos fronterizos. Ya tenemos identificados cuáles se pueden regularizar, en qué tiempo y con qué proyección.
¿Qué avances hay en el control del contrabando, del tráfico de drogas, personas…?
Estamos trabajando el tema del contrabando, de la droga, de la minería ilegal y la trata de personas, que nos preocupan mucho. Se vienen haciendo seguimientos operativos conjuntos. Nuestros Ejércitos han dado grandes golpes a estos flagelos mundiales. Estamos trabajando con otros países porque a veces se planea el delito en México, se pasa por Ecuador y termina en Colombia o en otros países. También definimos el último límite marítimo. Con el que negociaron con Costa Rica, Ecuador quedó con todos sus límites perfectos y nosotros también. Se disminuyeron las tarifas de roaming en la frontera. Eso también favorece a la gente. Los gabinetes binacionales han calentado la relación. Estamos interconectando ocho municipios en la parte eléctrica. Esto favorecerá a 2 500 personas colombianas que no tienen luz. Hemos homologado los títulos educativos y tenemos el convenio de seguridad social para el régimen de pensiones.
¿Qué puntos de la agenda binacional son los más conflictivos y están pendientes de resolver?
El 95% de la agenda es positiva. En 2015 construiremos el puente sobre el río Mataje que nos une con Esmeraldas. A los temas de repatriados y refugiados damos un tratamiento especial. Tenemos una comisión binacional presidida por los cancilleres. Hay conciencia de que el trabajo en equipo es un gana-gana. No hay orillas opuestas. Estamos casi en un mismo país y vemos a la frontera con una proyección a 30 años en educación, salud... En estos dos años hemos pasado de la suspensión de la relación a tener estos logros concretos.
A propósito del tema refugiados, hay preocupación del Acnur y de Human Rights Watch (HRW) por el Decreto 1182 que da 15 días de plazo para que los desplazados legalicen su presencia en Ecuador. ¿Qué está haciendo la Embajada al respecto?
La Embajada no tanto. La comisión binacional trabaja desde 2010 y tenemos una comisión tripartita con el Acnur y la UIM, que son sistemas de Naciones Unidas.
Según el Acnur, cerca de 60 mil refugiados en Ecuador, el 99%, ha llegado de Colombia. Y, de 1 000 que siguen llegando, la mitad no puede acceder al asilo por causa de ese decreto.
Hay que tener en cuenta que, cuando un país otorga refugio se hace cargo de esa persona. El otro país no puede sino ayudar. Colombia lo hace a través de los dos comisiones.
¿Qué han hecho hasta el momento esas comisiones?
Hay un plan de acción. La primera fase es levantar toda la información de los refugiados: dónde están, establecer su nivel socio económico. Acuérdese que en 2009 hubo una apertura y se refugiaron más de 25 mil personas. Luego el flujo se ha mantenido. Estamos identificando ejes para la atención a los refugiados que quieren permanecer acá y regularizarse.
El Acnur y la Flacso publicaron un encuesta según la cual, en 2013, 95% dijo que quiere quedarse en Ecuador. Y, con la perspectiva del acuerdo paz en cinco años, el porcentaje baja al 88%.
Por eso hay atención a las personas que quieren quedarse y a las que quieren regresar.
Entonces, ¿la relación bilateral va viento en popa?
Hay que seguir trabajando y mucho más. Todo lo que hagamos es poquito.
No es que yo crea o no. La guerrilla está sentada en Cuba, el 65% de la agenda acordada se ha cumplido’.
Colombia es el primer emisor de turistas hacia Ecuador y el que más productos no tradicionales le compra’.
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