Varios colegiales alquilan un cuarto en el Centro Histórico de Quito para tener encuentros íntimos con las estudiantes del sector... Cada uno paga una cuota mensual de cuatro dólares para el arriendo, esto para que todos tengan derecho de usar la habitación.

¿Se sorprende? Entre las y los adolescentes que participan en estas citas furtivas están las de un colegio de 3 470 estudiantes, donde 17 chicas están embarazadas y tienen entre 13 y 17 años.

Muchos adolescentes de Quito, Guayaquil y Cuenca hablan sin tapujos del tema y relatan sus vivencias. Este Diario visitó cuatro colegios fiscales y uno particular de la capital y habló con grupos de alumnos indistintamente.

Ana, maestra confidente y tutora de los sextos cursos de un plantel del centro, cuenta que desde hace cinco años trataron de evitar los embarazos, pero es imposible. “Me dicen en confianza: nos vamos a una orgipiñata, a hacer ‘dederes’ (con señales de beber alcohol)”.

Andrea y Lorena, de 17 años, tienen siete y seis meses de embarazo. “No entiendo por qué a las adolescentes nos prohíben tener relaciones sexuales, deberían darnos más información.

Una de la curiosidad trata de averiguar cómo son las cosas. Deben enseñarnos sobre anticonceptivos y no enumerarlos en media hora”, confiesa Andrea. Y añade: “A las chicas deberían decirnos que cuando el chico eyacula al exterior (coito interrupto) sí se corre riesgo de embarazarse, ese fue mi caso”... Lorena, en cambio, dice que a ella y a su pareja, de 27 años, les falló el condón, pero cuando tuvieron su primer contacto le ofreció la pastilla del día después.

Ana comenta que la mayoría de encuentros sexuales entre adolescentes son por inmadurez, soledad y falta de afecto. “Hay guaguas que no saben de quién esperan su hijo, no saben ni el nombre”.

Sandra, la orientadora vocacional, indica que a pesar de que les dan charlas de sexualidad, las chicas no se cuidan. “Para no perder la virginidad algunas aceptan tener relaciones sexuales anales u orales”.

Juan Carlos, de 18 años, alumno de un colegio particular del norte de Quito, tuvo su primera relación sexual a los 13 años. “Mi mamá me compra los condones, yo soy el único hijo y por eso me cuida.

No hace falta conocer a la chica, pero si acepta caricias y besos profundos es posible que tengamos sexo”. Su amigo Carlos prefiere el método del ritmo y el condón. En otra unidad fiscal del norte de Quito, donde estudian 4 450 alumnas, el tema de la sexualidad llama la atención.

La psicóloga educativa dice que en el buzón reciben preguntas como: ¿podemos embarazarnos con sexo oral?, ¿de qué tamaño es el pene?, ¿Si se usan condones de sabores o de colores, puedo embarazarme?

Además, encontraron un libro de encuestas entre las chicas con las preguntas: ¿le has topado?, ¿has tenido sexo?... Carmita cuenta que su prima, de 17 años, trata de no perder la virginidad, pero juega con caricias.

El psicólogo clínico de la institución dice que esta es una sexualidad de tipo emocional, que confunden el gusto y el apasionamiento con el amor. “La inducción social (novelas, música...) influye mucho”.

En otro colegio público masculino del centro-norte de Quito la demanda de condones es grande. El dispensador que fue colocado por una ONG está vacío.

El rector (psicólogo clínico y social) dice que antes de explicarles sobre anticonceptivos les educan en valores, en su seguridad, respeto hacia su vida y la de su pareja. “Los condones son para inducirles a un cuidado adecuado”.

Felipe, de 17 años, tuvo su primera relación sexual a los 15 y compra óvulos (de 0,27 dólares) para que los use su pareja antes de un encuentro. A su vez, él usa condón.

En cambio, Eduardo, de 19 años, cuenta que su primera relación la tuvo a los 16, luego que Ecuador clasificó al Mundial. “Ahora tengo vaciles (encuentros íntimos luego de una noche de tragos)”. Sus parejas tienen 16 y 17 años. En cambio, César, de 16 años, tuvo su primera relación a los 12 años.

Los tres dicen que el sexo les ayuda a madurar y les permite socializar. Asimismo, en un plantel municipal del centro, de 1 150 alumnas, dos chicas dan su testimonio.

Tatiana, de 18 años, dice que su mamá sabe que tiene relaciones sexuales y su ginecólogo le recetó inyecciones.
“Ahora me abstengo, pero el cuerpo me pide el contacto. Para evitar riesgos mi médico me aconsejó la masturbación”.

Angélica, de 17 años, que tiene relaciones con su novio de 22 años, acota: “Aquí son pocas las que saben lo que hacen. Algunas tienen relaciones y no les gusta, se acomplejan. Deben decirnos que las cosas empiezan así y terminan así”.

La médica del plantel dice que chicas de 15 y 16 años le preguntan qué anticonceptivos pueden usar. “Si no pueden controlarse les hablo del preservativo, del ritmo o de las tabletas. Pero hay niñas que no pueden tomar pastillas, porque sus papás les vigilan”.

Lo que debe saber

Los sitios de encuentro

Los chicos consultados señalan que la casa de ella o de él son los sitios donde mantienen encuentros íntimos, cuando no hay adultos en casa. También aprovechan espacios públicos, pero uno comentó que un día fueron asaltados.

Las citas de un día

Algunos, chicos y chicas, mantienen contactos con varias parejas, pero solo con su enamorado/a formal usan métodos anticonceptivos. Solamente un joven de los entrevistados de un colegio fiscal del centro aceptó que tenía temor a contraer enfermedades.

Las enfermedades

La Coordinadora de ONG de Pichincha que trabaja en el tema del VIH-sida dice que de las 50 mil personas que viven con la enfermedad en el país, el 50 por ciento tiene de 16 a 29 años. La mayoría se contagió en la adolescencia. En algunos casos, el condón -el anticonceptivo más usado- falló.

Las relaciones desde los 13 años...

El primer ‘amor’ entre los adolescentes guayaquileños aparece entre los 10 y los 13 años, pero la primera relación sexual casi siempre se concreta entre los 14 y 15.

Cristhian, de 13 años, asegura que tener sexo no es difícil. “He tenido algunas chicas que han querido ya, pero no lo he hecho todavía. Ahora las chicas son más extrovertidas”. Cristhian tuvo su primera enamorada a los 10 años.

Asegura que ahora para salir con alguien no hacen falta los piropos o declaraciones, sino simplemente se busca un sitio a solas y se va directo a los besos y las caricias.

Con él concuerda Luisa, de 15 años. Ella tuvo su primer enamorado a los 12 años, pero aún no ha tenido relaciones sexuales. Ella dice que las chicas toman mucho la iniciativa si les gusta alguien.

Enrique, de 16 años, en cambio, habla abiertamente de las relaciones sexuales desde los 13 años, cuando con su padre vieron una película pornográfica.

Fue él quien le habló ‘sobre el sexo con amor y el sexo por placer’. Su primera experiencia sexual fue a los 14 años, ocho meses y 20 días, tal como lo recuerda entre risas. “Yo le dije a mi padre que tenía deseo sexual, pero que no quería hacerlo con una prostituta, sino con mi pelada.

Luego él me habló sobre el condón y tuve mi primera relación sexual”. Con su ‘pelada’ salió durante un año más. Ella se cuidaba con el método del ritmo y él con el condón.

El sexólogo Germánico Zambrano dice que ahora hay más tolerancia en las familias para aceptar una vida sexual activa. Pero pone reparos. Piensa que ahora el sexo se concibe como algo normal, pero no se miden las consecuencias.

“Estamos fallando en la educación sexual, tanto en las escuelas como los colegios, no se está orientando. Lamentablemente, hay una tendencia a confundir la pasión erótica con el verdadero amor”, afirma.

En Cuenca las relaciones sexuales también inician tempranamente. Hasta hace dos años era imposible creer que a los 13 años una niña podía iniciar su vida sexual. Pero esto quedó en el pasado.

Un análisis realizado por las maestras y psicólogas del Colegio Manuela Garaicoa, de Cuenca, lo confirma.

Este plantel, de 2 100 alumnas, desde hace tres años tiene un programa, dentro del plan de estudios, llamado Educación en valores.

En dos horas semanales, las estudiantes del ciclo diversificado escuchan charlas relacionadas con la sexualidad, métodos anticonceptivos, relaciones familiares y problemas de parejas.

Además, apoyan en los estudios a las alumnas embarazadas del plantel y de otros establecimientos. En el último año se presentó un fenómeno único, explica Josefina Culquer, coordinadora del programa.

Afloró más casos de embarazos en las menores del ciclo básico. Ahora, el plantel acoge a 36 alumnas embarazadas.

La mayoría tiene entre 13 y 14 años. “Suponemos que iniciaron sus relaciones a partir de los 12 y 13 años”.

Esto hizo que se replanteen los contenidos del programa hacia el ciclo básico. Ella señala que no se puede argumentar que si se da información sobre estos temas, las niñas van a utilizar métodos anticonceptivos para iniciar las relaciones sexuales.

“Dándoles información oportuna se puede frenar o postergar el inicio de una vida sexual”. La doctora explica que las causas de las relaciones sexuales tempranas radican en la falta de afecto de los padres, la desintegración familiar, la curiosidad y el engaño por parte de los jóvenes.

En la mayoría de casos esto deriva en embarazos no deseados y una cantidad de problemas colaterales en ellas. En Azuay, el Colegio Garaicoa es el único que cuenta con un programa consolidado de educación.

Una guía para papás

Apertura al diálogo

Los médicos piden a los padres que atiendan a los adolescentes cuando quieran preguntar o hablar, para evitar fracasos.

La información

Los psicólogos dicen que no hay que esconder la información sobre métodos anticonceptivos , pero se debe hablar de valores.

La edad ideal

Los sexólogos opinan que no hay edad ideal para iniciar las relaciones sexuales, pero que los chicos deben estar preparados para un embarazo, con capacidad afectiva y económica.

La cifra

La encuesta Endemain, indica que el 40,8% de las adolescentes no se protege en su primera relación sexual, porque no era planificada.

Puntos de vista: Antonio León, sexólogo, Soc. de sexología

Con la Universidad Cristiana Latinoamericana hicimos un estudio, desde enero hasta abril de este año, en ocho colegios de Quito (fiscales y particulares), en estudiantes de 10 a 15 años.

El resultado es que el promedio de inicio de las relaciones sexuales, de varones y mujeres, es de 12 a 13 años. Se explica esto porque ahora el desarrollo sexual biológico es más temprano.

Las chicas menstrúan a los 11 y 13 años, y los chicos a los 12 y 13 años ya tienen erecciones completas con capacidad para embarazar. Sin embargo, los embarazos no son tan frecuentes, porque el óvulo de las mujeres no siempre es maduro y hay períodos en que las chicas dejan de ovular.

El cambio se produce por características genéticas y ambientales. Las hormonas sexuales provocan el deseo que los invita a actuar, es un impulso primario de la especie humana, para perpetuar la especie. Hay que defender las leyes naturales, pero los padres deben orientar a sus hijos, para que tengan una madurez psicológica.

Diego Utreras
Máster en orientación familiar


Los encuentros sexuales se producen por aspectos físicos y hormonales. Según un estudio en el que participé, los jóvenes tienen encuentros por ser populares, por sentirse parte del grupo o por probar que son hombre o mujer.

También para adquirir experiencia o por la búsqueda de sentirse amados. Algunos buscan contactos porque hay una carencia afectiva especialmente del papá. Los padres deben hablar con sus hijos sobre sexualidad saludable, que les hagan ver las bondades y peligros de las relaciones sexuales.

Pueden partir del concepto de que los jóvenes deben cuidar sus emociones y su cuerpo. Si es posible vivir una vida de autocontrol para cumplir con sus objetivos, porque en una joven embarazada su futuro es incierto.

Hay que pensar que los jóvenes no mantienen una relación profunda y seria, buscan pasión y erotismo. Los papás deben hablar abiertamente sobre el tema, exponer sus propias inquietudes y, si necesitan, pueden buscar ayuda externa.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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