Un periplo de buques escuela por las riberas de Latinoamérica fue el mejor escenario para que una veintena de jóvenes migrantes de la región, convertidos en soldados al servicio de España, visitara sus países a bordo del velero Juan Sebastián de Elcano.
"Están disfrutando la oportunidad para saludar y reencontrar a parientes, comer sus platillos", dijo el alférez de navío Jacobo Casares, encargado de prensa y aprovisionamiento de la embarcación insignia de la Marina española, que atracó en el puerto de Guayaquil.
Entre la tripulación hay unos 20 "extranjeros" como peruanos, argentinos, dominicanos, colombianos y ecuatorianos que participan en la regata "Velas Sudamérica 2010", un encuentro de buques escuela de las Marinas de ocho naciones latinoamericanas, España, Portugal y Holanda, agregó.
En el marco de las celebraciones del bicentenario independentista en América Latina, el periplo se inició hace 90 días para recorrer puertos de
Brasil,
Argentina, Uruguay,
Chile,
Perú, Ecuador,
Colombia,
Venezuela, República Dominicana y México, donde concluirá el 28 de junio.
"Para ellos este crucero es algo muy especial y la mayoría está pudiendo visitar sus casas. Están bastante nerviosos y sus familias pueden ver lo que están haciendo en verdad en España", anotó el suboficial.
Añadió que la admisión de extranjeros nacionalizados en las
Fuerzas Armadas de España "es algo muy enriquecedor para nosotros porque aprendemos de ellos, nos enseñan".
Tres de los tripulantes son ecuatorianos, dos mujeres y un hombre, que de muchachos dejaron su país junto con sus padres obligados por la "difícil situación económica".
Los abrazos, besos y sonrisas parecían interminables en un muelle guayaquileño al desembarcar los marinos Alicia Aguirre, Jacqueline Jaramillo y Pedro Mero, de origen ecuatoriano.
Con impecables uniformes de la Marina española, los tres coincidieron en querer volver a probar platos tradicionales de sus tierras como el encebollado y la cazuela de pescado.
"Ahora quiero ir a comer una buena cangrejada", declaró Aguirre entre carcajadas. La timonel de combate, que gana unos 1 100 euros mensuales, relató que migró a España hace ocho años y que hace casi cuatro calificó para la carrera militar, en la que "hay españoles a quienes no les gustamos".
"La vida es complicada como extranjero, tienes que hacerte respetar y hacer ver que vales más que ellos", señaló la mujer ya con acento español, aunque anotó que para el maltrato "hay excepciones, uno o dos perdidos por ahí, pero no se les hace caso".
Las anécdotas son muchas para Aguirre, una de las 21 mujeres que viajan a bordo de Elcano. "La experiencia de subirse a los palos. Son 50 metros de altura y desde arriba se ve muy lindo el paisaje", anotó.
"Hay dos ecuatorianos más. Búsquenlos a ellos, atáquenlos a ellos", pidió la marina impaciente por seguir abrazando a un bebé de la familia.
El guayaquileño Mero regresó después de casi cinco años. "Añoro todo, la gente, la comida, estoy muy contento de estar otra vez en casa".
Mero viajó hace ocho años con sus padres, quienes "fueron a trabajar, a buscarse la vida. La situación económica presionaba mucho acá, y ahora estamos muy bien allá".
"Pareces gringa hijita, se te ve muy bien", manifestó a su vez una tía abuela a Jaramillo, que pintó su pelo de rubio y usa lentillas azules.
Los ecuatorianos son la tercera comunidad , después de rumanos y marroquíes, más numerosa de extranjeros en España con 420 000 residentes legales, aunque se estima que el total podría alcanzar los 800 000.(AFP)