Las denuncias se remiten a la campaña presidencial de 1994
Según Andrés Pastrana, quien gobernó Colombia entre 1998 y 2002, el liberal César Gaviria ocultó la relación entre el cartel de Cali y el exmandatario Ernesto Samper.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, pidió a los exmandatarios Andrés Pastrana y César Gaviria que abandonen la controversia y depongan los odios popr el bien del país.
Esa solicitud llegó luego de que el primero divulgara lo que considera evidencias de la financiación por parte del narcotráfico de la campaña electoral de 1994, ganada por Ernesto Samper, quien gobernó el país hasta 1998.
Pastrana, del Partido Conservador, presentó el jueves su libro Memorias olvidadas, en el que revivió el escándalo de una causa judicial conocida en Colombia como el Proceso 8 000, que afectó a Samper, del Partido Liberal, por la supuesta financiación de su campaña proselitista por el cartel de Cali, en esa época una de las bandas mafiosas más poderosas de Colombia y del mundo.
El expresidente conservador acusó a Gaviria, también exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y quien era jefe de Estado en el momento del escándalo, de conocer sobre la supuesta financiación ilegal de su correligionario Samper mucho antes de que fuera revelada.
Pastrana, quien perdió las elecciones de 1994 ante Samper, dijo también que Gaviria es el eslabón perdido del Proceso 8 000. Acusación que el expresidente liberal calificó de mentirosa y llena de amargura.
Gaviria recordó que esas grabaciones, conocidas en Colombia como narcocasettes, involucraban también a la campaña presidencial de Pastrana para los comicios presidenciales de 1994.
"No me sorprendería que algún día aparezcan pruebas que vinvulen la campaña de Andrés Pastrana con el cartel de Cali".
Samper, quien mantiene desde hace años una rivalidad política con Pastrana, dijo en otras ocasiones que el ingreso de los fondos de los narcotraficantes pudo haberse producido a sus espaldas, lo que sus adversarios refutan.
Una comisión del Congreso colombiano, el órgano que, según la Constitución, puede incriminar a los jefes de Estado y otros dignatarios, absolvió a Samper de las acusaciones de narcocorrupción.
Por su parte, Estados Unidos le anuló el visado a Samper, siendo presidente en ejercicio, en un hecho sin precedentes en ese momento en la diplomacia del hemisferio occidental.
Además de los vínculos entre narcotráfico y política, el libro narra otros episodios espinosos de la historia colombiana como el secuestro por parte de las FARC de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, y los momentos más difíciles del fallido proceso de paz con esa guerrilla en la zona del Caguán. (EFE-AFP)