Miremos el ejemplo
Desde Venezuela me preocupa la tendencia de la población ecuatoriana respecto de las elecciones del próximo domingo: el coronel Lucio Gutiérrez, cuando estuvo encarcelado por su intentona del año 2000, manifestó sus simpatÃas por nuestro antigobernante actual, comandante Hugo Chávez. Como venezolano que estuvo en Quito en 1977, les pido reflexionen para no caer en este "tremedal" en que estamos sus hermanos de este paÃs.
Oswaldo Diaz Rangel
Andinatel y el proceso celular
Ante la reacción de Andrés Pérez en defensa de la burocracia y del statu quo de las empresas del Estado, recuerdo que hace dos años existÃan 27 proveedores de Internet privados en Ecuador. Luchábamos todos por precio, promoción y servicio, y decidió el Estado socialista ecuatoriano, con su brazo Andinatel, salir al mercado con Andinanet. Tumbó tarifas, quebró a casi todos, los que quedan están mal y el dinero que perdió en la operación de esos dos años, lo pagamos los empresarios ecuatorianos que seguimos pagando impuestos para dar de comer a burócratas y militares (que luego se hacen presidentes), causantes de la crisis de este paÃs. Pacifictel en pocos meses hizo lo propio en Guayaquil, y de esa manera el Estado quebró a casi toda la empresa privada en la industria de Internet en la Costa y en la Sierra. ¡Que bien mi paÃs!
Fuera interesante que HOY haga un recuento de lo caótico que ha sido tener empresas de Telecomunicaciones como monopolios del Estado. Ecuador no vendió a tiempo sus operaciones fijas y ahora el costo de un punto fijo, entre planta externa y switches, está en $1 200. El de un punto inalámbrico fijo está en $500; es decir, Andinatel y Pacifictel no valen nada; lo que vale mucho dinero son las concesiones de WLL que se entregaron hace pocos meses. ¿A quién? A TV Cable. La historia de siempre ¿no?
Enrique Pallares F.
Soluciones a la corrupción
En su texto de 993 páginas Promesas al pueblo, el doctor Jacinto Velásquez hace una serie de propuestas concretas que podrÃan ser acogidas por los candidatos a la Presidencia. El doctor Velásquez propone: "El jefe del Ejecutivo controlará la administración pública, recibiendo denuncia incluso sin firma de responsabilidad y disponiendo que sus asistentes investiguen con máximo sigilo la veracidad", y, "Las comunicaciones con las denuncias a la Presidencia, incluso sin firma, serán remitidas con otro ejemplar, a la oficina personal del jefe de Estado, para evitar que se oculte alguna por obra de los mandos medios".
Los candidatos finalistas deberÃan explicar sus planes y programas de gobierno, tomar lo positivo de los planteamientos de los competidores que quedaron en el camino y, en especial, detallar cómo van a enfrentar la corrupción. Es conocido que los funcionarios medios esconden y ocultan, bajo el principio de âsolidaridadâ, las denuncias que se presentan, como en el Ministerio de Gobierno donde el intendente y comisarios de PolicÃa son protegidos al no dar trámite a quejas en su contra. Esto lo debe corregir el próximo gobierno.
Antonio Salvador Ruiz
Los candidatos también lloran
âPañuelo blanco me disteâ, dice la vieja melodÃa de dolor, protesta y desengaño. Esta introducción puede ser el recetario polÃtico para exculpar la irresponsabilidad y la ambición de los candidatos profesionales, novatos y folklóricos que pujaron por el inquilinato del Palacio de Carondelet. En el eclipse electorero desfilaron actores de toda condición social: caballeros anticuarios, cientistas de casa afuera, populistas maquiavélicos, estólidos oligarcas, safaris de mano dura, indiólogos amañados y una escultural dama de ñeque.
La teorÃa de que por decenas es más barato ofertó tantos candidatos que, por meterse en camisa de once varas, se fueron a pique sin reflote y bien gastados. El populismo criollo, por siempre burlado y manoseado, desenvainó la espada de Damocles y sepultó al caudillismo histórico nacional. Que la ambición polÃtica rompe el saco, es un hecho concluyente. Los electores tienen tantas camisetas de campaña, como trapeadores de cocina desechables.
M. Hugo Puente Jaramillo
Sentencias y mensajes
Nuevamente un sector marginado del Ecuador aprovecha las elecciones y con su último recurso, el voto obligatorio, expresa su inconformidad, descoloca a las mayorÃas y deja duras sentencias y ejemplares mensajes que la partidocracia y sus caudillos obcecadamente no asumen. El pueblo jamás se deja engañar: quienes se engañan sistemáticamente entre sà son los polÃticos. Perdona pero no olvida los camisetazos, los ofrecimientos demagógicos, la vulgaridad. La ambición rompe el saco: el egocentrismo, el triunfalismo, las ambiciones personales y partidistas, terminaron en confusión que ayudó a los finalistas y perjudicó otras opciones. Siembra vientos y cosecharás tempestades: la campaña sucia y los agravios ya no suman votos, restan. Dime con quién andas: los cacicazgos no endosan votos. Ver para creer: los encuestadores se rasgan las vestiduras. La voz del pueblo es la voz de Dios: ¿no andaremos afónicos?
Pablo Izquierdo Pinos
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