La decisión del Comité de Paro de suspender la paralización de Chimborazo por 24 horas provocó ayer sentimientos encontrados.
El alcalde de Riobamba y presidente de este comité de paro, Fernando Guerrero, aseguró que el Gobierno Nacional les depositó 1 500 000 dólares que servirán de "caja chica" para las reparaciones más urgentes. Anunció, además, una reunión, en Quito, con el presidente Noboa a la que asistirán los cuatro diputados provinciales tratar sobre un fondo definitivo.
El Alcalde dijo que la reconstrucción de Riobamba y Guano, las dos zonas más afectadas por la explosión de un polvorín en la Brigada Galápagos, costará 80 millones de dólares. Estimó que los trabajos tomarán, al menos, seis meses. Señaló que alrededor de 18 000 viviendas fueron afectadas por las explosiones.
La decisión, comunicada por Guerrero desde los balcones del Municipio a más de 10 000 personas que participaban en la denominada Marcha por Chimborazo, no gustó a todos. El alcalde de Penipe, Juan Salazar, aseguró, por ejemplo, que "el paro es del pueblo y no de las autoridades. "No podemos caer en la trampa de aceptar 500 000 dólares más".
El alcalde Guerrero recalcó que el paro provincial continúa. Explicó que se trata de una tregua de 24 horas para reabastecer la ciudad.
El conteo sigue
El escrutinio oficial de las elecciones presidenciales en nueve de los 10 cantones de Chimborazo y en las parroquias rurales de Riobamba se efectúa en Latacunga, indicó ayer el presidente del TSE, Carlos Aguinaga. Señaló que el conteo está a cargo del pleno del Tribunal Provincial, pues el TSE no conoció las renuncia de los vocales ni de su Presidente, que fue exigida "bajo presión" por un comité de paro.
Dijo que la votación fue normal en 715 de las 1 039 juntas. La votación en el área urbana de Riobamba -95 682 votantes-, será el domingo.
Riobamba: 5 centros educativos destruidos
Cinco centros educativos próximos a la Brigada Galápagos quedaron destruidos con la explosión del miércoles pasado. Aunque no existen cifras oficiales, al menos la mitad de las 40 instalaciones registran daños, según las organizaciones de maestros.
La Escuela José María Román, en las calles Brasil y New York, en Riobamba, esta completamente destruida. La explosión del polvorín en la Brigada Blindada Galápagos, el miércoles pasado, rompió en mil pedazos los ventanales, puertas y tejados. "La estructura voló por la fuerza de la explosión", relató Mónica Hurtado, asistente de limpieza.
Allí se educan 450 niños del barrio La Cerámica. "La estructura vibró, parecía un terremoto. Una puerta voló como un papel y los explosivos cayeron en el tejado", contó. Añadió que la asistencia a clases estará suspendida hasta que la Dirección de Educación repare los daños. "No sabemos cuánto va a costar. Pero el Director Provincial de Educación, el sábado pasado, realizó una inspección", A pocos pasos de allí, están la Escuela y Colegio salesianos Santo Tomás Apóstol.
En julio pasado, este centro recibió una condecoración municipal a la mejor estructura arquitectónica. Hoy los daños ascienden a 500 000 dólares, según sus directivos. Éstas no son las únicas escuelas destruidas: "Necesitamos 38 000 dólares solo para reponer los vidrios", dijo, por su parte, el director del centro educativo Alfredo Espinosa.
Este centro fiscomisional está en las calles Gonzalo Dávalos y Nogales y registra daños en la estructura metálica del gimnasio, capilla y el auditorio. Además, los laboratorios de química y biología tienen graves daños. "Hacemos un llamado a todos los salesianos para que nos ayuden", agregó.
En total, unos 10 000 estudiantes de cinco escuelas y colegios dejaron de asistir a clases porque los centros educativos quedaron destruidos con la explosión, aseguró Milton Pazmiño, presidente de la Unión Nacional Educadores en Chimborazo. Explicó que están afectados, además, la Escuela 5 de Julio y los colegios Miguel Ángel, Santo Tomás Apóstol, General Dávalos, entre otros.
Pidió que las autoridades hagan un estudio inmediato de los daños. "Si no las clases se mantendrán suspendidas". Aseguró que los maestros han solicitado a los colegios de Ingenieros y Arquitectos que realicen una inspección".
Entre tanto, a las 10:00, en la vía Panamericana Norte en el sector de San Andrés, una comisión del Departamento de Inspección Educativa de las Fuerzas Armadas intentaba atravesar los obstáculos colocados a lo largo de la vía. Su objetivo era revisar las instalaciones del Colegio Militar y recorrer otras aulas educativas afectadas.
La cifra de víctimas es puesta en duda
La investigación de las causas de las explosiones del 20 de noviembre en la Brigada de Caballería Blindada Galápagos está estancada. Las autoridades se mantienen en la versión de que la caída de una granada provocó una chispa que encendió el polvorín.
Sin embargo, el testimonio de varios uniformados ofrece datos que las autoridades deberán esclarecer. "De milagro estoy vivo", dijo ayer un oficial de la compañía de Morteros, un reparto próximo al lugar donde se inició la explosión. "Ese día, cuando sucedió la explosión, mis compañeros estaban francos y yo realizaba tareas de limpieza con otros compañeros. A todos nos indigna que en las emisoras digan que hay siete muertos.
La realidad es otra. Existen más desaparecidos", dice este militar que recorría ayer las zonas afectadas y que prefirió el anonimato. Pero el hermetismo es la tónica entre las autoridades.
Entre tanto, fuentes del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional explicaron que la explosión ocurrió por la negligencia en el manejo de los explosivos. Pero esas fuentes añadieron que "personas de las cuatro unidades que funcionan en la Brigada Galápagos están desaparecidas".
De momento, siete militares resguardan las instalaciones cercanas al barrio San Antonio, uno de los más afectados de la explosión. Un uniformado aseguró que tiene temor de ingresar al recinto militar y que sintió que "se acababa el mundo".
Miembros de la Brigada Galápagos trabajaban ayer en el levantamiento de escombros de las casas destruidas con la explosión. Y continuaban las labores de recuperación de explosivos en el perímetro del barrio San Antonio.