Belgrado. 29.04.93. Decenas de vehÃculos y camiones, que a
veces forman colas de hasta dos kilómetros, esperan
pacientemente su entrada a lo que queda de la ex Yugoslavia,
un paÃs que supuestamente sufre los estragos de un embargo
comercial.
Cuando alguien se pregunta cómo Serbia puede soportar y pagar
casi dos años de guerra, la respuesta esta allÃ.
El embargo, tiene peso de papel y costo de soborno frente a
cientos de vehÃculos con placas serbias y otro tanto de
camiones de empresas con nombres franceses, holandeses o
búlgaros.
El control de aduanas se ejerce sobre extranjeros -léase no
bálcánicos- como esta periodista, a la que un soldado ebrio
obligó a abrir su maleta para luego fotocopiar todos sus
papeles, en un "registro" que duró dos horas mientras decenas
de camiones continuaban su ruta a Belgrado.
Por otro lado, Serbia tiene a su fiel e histórico aliado, la
pequeña República de Montenegro, todavÃa parte de la ex
federación y con salida al mar.
Además de otros paÃses seudo neutrales como Rumania, Bulgaria
y la misma Grecia, con quienes mantiene una afinidad cultural
dada por la religión ortodoxa.
No causa sorpresa entonces que en Belgrado se inaugure la
32nda feria del auto con limosina y Mercedes Benz, que todavÃa
funcionen lujosos restaurantes que ofrecen hasta 30 menus
diferentes, que sea más fácil cambiar dinero en el mercado
negro que en un banco donde la cotización es irrisoria o que
dos ministros hayan sido acusados de importar gasolina con una
ganancia ilÃcita de dos millones de marcos alemanes.
Aunque se dice que el paÃs no existe en términos económicos,
la ex Yugoslavia sobrevive gracias al mercado negro
aproximadamente 20 mil nuevos multimillonarios que han hecho
el negocio de su vida con el embargo y a las "bondades" de
alrededor de 30 mil mercenarios que pertenecen a las bandas
paramilitares con sus seudo fundaciones de ayuda humanitaria.
Los primeros se dedican a la importación de combustible,
harina y azúcar apoyados por los banqueros y las autoridades.
Los segundos, especialmente ala compra de armas, a entrenar
soldados y a suvencionar hospitales, centros de refugiados y
hasta a la Cruz Roja.
En la ex federación se calcula que existen 700 mil
desempleados y un millón de refugiados al que el Estado les
proporciona ayuda económica.
Además, el gobierno cofinancia las autodeclaradas repúblicas
serbias de Krajina (zona retomada en Croacia) y de Bossnia-
Herzegovina, esta última con su propia moneda que tiene el
mismo valor que los dinares de Serbia.
¿Como? imprimiendo dinero sin parar, responde un analista
económico.
La reserva internacional se mantiene gracias a la cotización
oficial de 450 dinares por marco alemán, cuando en la calle
llega a los 26 mil dinares.
Sarcásticamente alguien dice que el gobierno deberÃa hacer más
suaves los billetes de mil y cinco mil dinates, porque son mas
baratos que el papel higiénico.
Con una baja de la producción del 40% comparada con la de
l992, una inflación de 4.5% diaria en el mes de marzo y un
pronóstico de siete digitos al término del año, son los
trabajadores formales y los retirados, quienes sufren la
consecuencia de la hiperinflación.
"Hace tres años yo ganaba tres mil marcos alemanes, ahora solo
gano cien.
La cotización de la semana pasada en el mercado negro fue de
l9000 dinares por marco, la de ésta es de 26.000. No me
pregunte cómo sobrevivo", dice un ingeniero. En la calle, un
pan cuesta l0.000 dinares y un kilo de papas 60 mil.
Gorana Bozovic, del Instituto Yugoslavo de EstadÃsticas,
afirma que tres cuartos de la populación, 75%, viven al nivel
de subsistencia o por debajo de éste.
Sin embargo, no hay visos de un conflicto social pues la
población acepta estoicamente el sacrificio en nombre de la
guerra mientras se ve a sà misma como vÃctima de la historia y
de occidente.
El nacionalismo es todavÃa más fuerte que la crisis. ¿Hasta
cuando?
Escándalos bancarios
La última semana de marzo fue atroz para los serbios. Veinte
kilómetros de colas, de gente desesperada frente a Dafiment
Bank tratando de retirar su dinero ante una inminente
bancarrota.
Pocos dÃas antes, el gerente de Jugos kandik, Jezdimir
Vasiljevic, huyó a Israel con algunos millones de marcos en
sus bolsillos, dejando a miles de clientes en la nada.
Lo que comenzó como un jugoso negocio de especulación terminó
pronto en un desastre para miles de ahorristas.
A pesar de la recesión, los bancos privados ofrecÃan hasta
hace poco tasas de interés por encima de la tasa de
hiperinflación en la moneda nacional, dinares, y por encima de
la tasa internacional en divisas, especialmente marcos
alemanes.
Dafiment Bank, por ejemplo, ofrecÃa una tasa de interes sobre
depósitos del 220% mensual sobre marcos alemanes -en la misma
Alemania no se puede conseguir mas de un 8% anual-
Incautos ahorristas cayeron en la trampa, solo para descubrir
meses después que su dinero habÃa sido usado para otros fines
con la "colaboración" de las autoridades, como la importación
de combustible, harina o azúcar- para ser vendidos luego en el
mercado negro-, compra de armas, financiamiento de campañas
polÃticas.
Todos con el mismo objetivo: engrosar cuentas bancarias de
particulares en Chipre, Suiza o Budapest. Y mientras
autoridades y banqueros se contradicen entre sÃ, asegurando
que el hasta el último centavo será devuelto; la policÃa
investiga y los diputados conforman comisiones especiales
contra "crÃmenes económicos"; uno que otro gerente se
"suicida" porque no puede soportar el escándalo; miles de
ciudadanos duermen en la puerta de los bancos con la esperanza
cada vez más lejana de recuperar sus ahorros.
Cortos
-A pesar de que Vasiljevic, del banco Jugoskandik, ha
anunciado desde su autoexilio que devolverá el dinero a los
ahorristas, en su caja de seguridad solo se ha encontrado
lingotes de oro y monedas y billetes por un valor menor a l0
millones de marcos alemanes, cuando se calcula que el valor
reclamado por los ahorristas es de 300 millones.
-Uno de los argumentos usados por el Jugoskandik es que las
autoridades confiscaron alrededor de 63 millones de litros de
combustible importado con una pérdida de 80 millones de marcos
para el banco.
Sin embargo, las autoridades de Montenegro declaran que solo
confiscaron 8 millones, el resto parece haberse evaporado, al
igual que el dinero de los ahorristas.
-La mafia también tiene sus tentáculos en el negocio de carros
robados.
Una lista con 500 propietarios de automóviles con papeles
falsos ha desaparecido misteriosamente.
-Otro reciente escándalo financiero envuelve la importación de
casi 50 toneladas de petroleo desde Rumania con varios
implicados: Jugosecer que agrupa l6 refinerÃas de azúcar y la
usuaria del combustible; la fábrica de muebles Jugodrvo quien
efectuaba la operación con un 20% de comisión y "lavaba" el
dinero en Budapest a través de una filial llamada "Amerikana"y
dos ministros que legalizaban la operación y a quienes se los
acusa de haber obtenido 2 millones de marcos.
Las investigaciones oficiales todavÃa no confirman el
mecanismo, pero dos de los directores de Jugodrvo han muerto
en accidentes.
-Mientras el pánico se apodera de los ahorristas, la
propietaria de Dafiment Bank, Dafina Milanovic- considerada la
mujer mas rica de Serbia- se defiende diciendo que no es justo
lo que está pasando porque ella ha invertido en la "salvación
de Serbia".
No es un secreto que presto 7 billones de dólares para la
campaña electoral del pasado diciembre y que uno de sus
primeros clientes era el mercenario "Arkan", Zelijko
Raznjatovic, elegido diputado.
Una cosa ha quedado clara dice un periodista, "el estado ya no
necesita de sus servicios".
Un soldado mercenario puede ganar hasta mil marcos alemanes en
una semana, recibiendo extras por cada persona que mata y
roband lo que queda en las casas destruidas.
¿Como se lo va a convencer que ahora tiene que trabajar de 6
de la mañana a 2 de la tarde para ganar solo 30 marcos?
-Un diplomático asegura que toda la elite polÃtica serbia
tiene millonarias cuentas personales en Chipre y que Budapest
es solo un lugar de tránsito o lavado del dinero.
-Las bandas paramilitares más conocida son "Guardia voluntaria
serbia" del mercenario Arkan, "Kninja" del serbo-australiano
Dragn, "aguila Blanco", "Dusan, el poderoso" -en alusión a un
rey serbio del medievo- y "Chetnik" del neofacista Seselj y
que fue el nombre de la resistencia nacionalista serbia
durante la II Guerra Mundial.
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 29/Abril/1993 | 00:00