Quito. 18 nov 2001. Sebastián Cordero, quien sorprendió a los
ecuatorianos y al mundo (Venecia, Trieste, Huelva, México, Toronto, San
Sebastián, y un largo etcétera) con su película Ratas, ratones y rateros
es uno de los tres finalistas del concurso de guión del Instituto
Sundance. El premio, que también lo recibieron Estación Central y La
Ciénaga, facilitaría la producción del segundo largometraje del cineasta.
En esta conversación, Sebastián habla de la importancia del oficio del
guionista, actividad que él maneja con mucho rigor, y que le ha valido el
reconocimiento de productores extranjeros que ponen sus ojos en su nueva
historia: Crónicas. (MCR)
Bueno, Sebastián, sé que nos tienes una novedad... Esta es una noticia
fantástica que recibimos hace poco: el próximo proyecto que estamos
preparando aquí, un guión mío que temporalmente se llama Crónicas, está
de finalista en un concurso de guiones del Instituto Sundance, entidad
que promueve el cine independiente y la diversidad del cine en el mundo.
¿Y cuál es el premio?
En conjunto con el canal NHK de Japón, hacen anualmente un concurso de
guiones para cuatro regiones del mundo (Japón, Estados Unidos, Europa y
Latinoamérica) y el premio es fantástico; es la preventa de la película
para NHK, en $150 000. En Latinoamérica la preventa es para Canal+ y
Wanda Films, por el mismo valor.
¿Qué características debe tener un guión para ser seleccionado?
Tu proyecto debe ser recomendado por alguien y luego entra a un proceso
de selección. En la etapa final hay jurados de todo el mundo que leen los
guiones para decidir cuál es el proyecto que más les funciona. Ahorita
quedan tres finalistas de Latinoamérica, un proyecto uruguayo, uno
brasileño y el nuestro. El resultado se va a anunciar en el Festival de
Sundance, en enero de 2002.
Independientemente de lo que pase con el concurso, ya en este momento nos
abre muchas puertas a escala internacional para el financiamiento y para
concretar el proyecto, que ya tiene dos años en preparación. Parece que
vamos a hacer una coproducción con Berta Navarro, una de las productoras
más importantes de México.
¿Qué impresión tienes de ellos?
Lo que me gusta de la gente de Sundance y de esta productora es que
valoran absolutamente la importancia del guión, que esté en su punto
antes de lanzarse a hacer nada, esa ha sido nuestra actitud. En el
Ecuador especialmente no existe tanto oficio de guionista. Dentro de la
producción de cine, es tal vez uno de los trabajos más ignorados y de los
más difíciles de encontrar aquí. Yo creo que es también por el tiempo que
se requiere. Yo no conozco ningún guionista, ni el más famoso, que pueda
escribir una película fantástica en un mes.
¿Cuál es el proceso de producción que más disfrutas?
Mi fase favorita de una película es la edición, porque es el momento en
el que se arma el rompecabezas. De repente, la película empieza a tomar
vida. Mientras estás filmando, tienes un montón de piezas separadas que
no estás seguro de que van a funcionar. El rodaje es increíble, es como
una inyección de adrenalina constante, pero no es siempre agradable. El
guión es la parte que yo considero la más importante y cada vez le he
cogido más gusto a la escritura. Es una rutina que te hace entender mucho
el oficio de contar una historia.
¿Tienes horarios definidos para sentarte a escribir?
Yo no he logrado una rutina para poder escribir todos los días. Tengo
etapas. El guión de Ratas... lo escribí por las noches, pero para mí
escribir por la noche es muy penoso. Empiezo a distraerme, me da sueño.
Lo que he logrado es sentarme a escribir por las mañanas, sin
interrupciones.
La rutina ayuda mucho, porque no puedes esperar vivir inspirado, la
inspiración más bien la construyes.
¿Estás consciente de la magnitud con la que Ratas... se convirtió en un
emblema de los ecuatorianos?
Eso fue algo increíble y me rayó cuando empezó a suceder. Creo que fue
algo que me intimidó. El hecho de estar trabajando en este guión ya dos
años, se debe en parte a que este proyecto tiene que superar al anterior.
(MCR) (Diario Hoy)
ecuatorianos y al mundo (Venecia, Trieste, Huelva, México, Toronto, San
Sebastián, y un largo etcétera) con su película Ratas, ratones y rateros
es uno de los tres finalistas del concurso de guión del Instituto
Sundance. El premio, que también lo recibieron Estación Central y La
Ciénaga, facilitaría la producción del segundo largometraje del cineasta.
En esta conversación, Sebastián habla de la importancia del oficio del
guionista, actividad que él maneja con mucho rigor, y que le ha valido el
reconocimiento de productores extranjeros que ponen sus ojos en su nueva
historia: Crónicas. (MCR)
Bueno, Sebastián, sé que nos tienes una novedad... Esta es una noticia
fantástica que recibimos hace poco: el próximo proyecto que estamos
preparando aquí, un guión mío que temporalmente se llama Crónicas, está
de finalista en un concurso de guiones del Instituto Sundance, entidad
que promueve el cine independiente y la diversidad del cine en el mundo.
¿Y cuál es el premio?
En conjunto con el canal NHK de Japón, hacen anualmente un concurso de
guiones para cuatro regiones del mundo (Japón, Estados Unidos, Europa y
Latinoamérica) y el premio es fantástico; es la preventa de la película
para NHK, en $150 000. En Latinoamérica la preventa es para Canal+ y
Wanda Films, por el mismo valor.
¿Qué características debe tener un guión para ser seleccionado?
Tu proyecto debe ser recomendado por alguien y luego entra a un proceso
de selección. En la etapa final hay jurados de todo el mundo que leen los
guiones para decidir cuál es el proyecto que más les funciona. Ahorita
quedan tres finalistas de Latinoamérica, un proyecto uruguayo, uno
brasileño y el nuestro. El resultado se va a anunciar en el Festival de
Sundance, en enero de 2002.
Independientemente de lo que pase con el concurso, ya en este momento nos
abre muchas puertas a escala internacional para el financiamiento y para
concretar el proyecto, que ya tiene dos años en preparación. Parece que
vamos a hacer una coproducción con Berta Navarro, una de las productoras
más importantes de México.
¿Qué impresión tienes de ellos?
Lo que me gusta de la gente de Sundance y de esta productora es que
valoran absolutamente la importancia del guión, que esté en su punto
antes de lanzarse a hacer nada, esa ha sido nuestra actitud. En el
Ecuador especialmente no existe tanto oficio de guionista. Dentro de la
producción de cine, es tal vez uno de los trabajos más ignorados y de los
más difíciles de encontrar aquí. Yo creo que es también por el tiempo que
se requiere. Yo no conozco ningún guionista, ni el más famoso, que pueda
escribir una película fantástica en un mes.
¿Cuál es el proceso de producción que más disfrutas?
Mi fase favorita de una película es la edición, porque es el momento en
el que se arma el rompecabezas. De repente, la película empieza a tomar
vida. Mientras estás filmando, tienes un montón de piezas separadas que
no estás seguro de que van a funcionar. El rodaje es increíble, es como
una inyección de adrenalina constante, pero no es siempre agradable. El
guión es la parte que yo considero la más importante y cada vez le he
cogido más gusto a la escritura. Es una rutina que te hace entender mucho
el oficio de contar una historia.
¿Tienes horarios definidos para sentarte a escribir?
Yo no he logrado una rutina para poder escribir todos los días. Tengo
etapas. El guión de Ratas... lo escribí por las noches, pero para mí
escribir por la noche es muy penoso. Empiezo a distraerme, me da sueño.
Lo que he logrado es sentarme a escribir por las mañanas, sin
interrupciones.
La rutina ayuda mucho, porque no puedes esperar vivir inspirado, la
inspiración más bien la construyes.
¿Estás consciente de la magnitud con la que Ratas... se convirtió en un
emblema de los ecuatorianos?
Eso fue algo increíble y me rayó cuando empezó a suceder. Creo que fue
algo que me intimidó. El hecho de estar trabajando en este guión ya dos
años, se debe en parte a que este proyecto tiene que superar al anterior.
(MCR) (Diario Hoy)
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