Quito. 22 sep 96. El 70 por ciento de profesionales que han
salido de la Universidad Central y varios proyectos
emprendidos son, sin duda, las indulgencias que ha pagado la
Universidad Central.

Mientras las Universidades del país viven un intenso proceso
de reforma, los siete pecados capitales, ciertos pecadillos y
unos cuantos pecados ajenos de la Universidad están sobre el
tapete del debate.

La elevación de los aranceles y de la matrícula universitaria
que motivó la última crisis universitaria es solo la punta del
ovillo.

La mayoría de estudiantes y autoridades no se confrontan en
BLANCO Y NEGRO. Es una época de negociación, diálogo y
soluciones concertadas.

PALOS QUE ENCIENDEN HOGUERAS

Desde el 10 de septiembre pasado, el presidente de la FEUE,
Giovanni Atarihuana, es el dueño de las llaves que aislan el
rectorado de la Universidad Central. Aclara que durante la
acción del 10 de septiembre pasado, que condujo a la toma del
rectorado, la FEUE no usó la fuerza del garrote. Hubo
solamente una "refriega" -normal en cualquier medida de hecho.
Los agredidos aseguran que sí hubo palos.

Tomas, destituciones, denuncias de fraude y medidas de hecho
se han repetido en la Universidad Central (UC) y le han dado
la imagen de un lugar "conflictivo".

Años atrás, éstos ocurrían en el marco de una "sobre
politización " de la vida universitaria y de los
enfrentamientos entre la izquierda: "chinos (militantes del
MPD), cabezones (del partido Comunista) y socialistas (partido
Socialista Ecuatoriano). Centenares de grupos de las más
variadas posiciones se insertaban en los límites de una u otra
tendencia y se repartían la representación universitaria.

Contrariamente a lo que ocurría, hoy las asociaciones
políticas en la UC son prácticamente inexistentes.

Uno de los pocos sectores que sobrevive es el Frente
Revolucionario de Izquierda Universitaria (FRIU), que adhiere
a la línea del Movimiento Popular Democrático y que se
mantiene desde los años 60 en la dirección de la FEUE.
Paralelamente, otros grupos políticos han aparecido en la
Universidad, que se identifican con otros partidos. Por
ejemplo, en Medicina, la Alianza Independiente Universitaria
(AIU) se identificó, inicialmente, con el Partido
Socialcristiano y que hoy rechaza -junto con la FEUE- el
incremento de aranceles "por afectar a los intereses
estudiantiles".

En la Facultad de Comunicación Social, un grupo de estudiantes
trabajó en favor de la candidatura del Partido Roldosista
Ecuatoriano (PRE). "La politización ha sido un problema
terrible. Siempre lo fue. Una serie de intereses gravitan
sobre la Universidad y le han impedido salir adelante",
asegura el economista Germánico Salgado, ex decano de la
Facultad de Economía.

UNA ALIANZA ESTRECHA

Según el rector de la Universidad Central, "Hay un grupo
reducido de estudiantes, pero de la información que tengo, en
el asalto participaron gente ajena a la Universidad
contratados para estos actos, debe ser gente de determinado
grupo político".

La FEUE recuerda que el rector fue electo con su apoyo y que
"como ahora se equivocan llegó la hora de enfrentarlo".

El decano de la Facultad de Arquitectura, Antonio Narváez,
dice que "el sector que se tomó el rectorado defiende el viejo
modelo de Universidad" y los acusa de los actos de violencia
política de los últimos años y del grave conflicto que se
desató en esta facultad a comienzos de año.

En este momento, -a excepción del decano de Filosofía-los
máximos representantes de la Universidad Central se han unido
al rectorado para empujar el proyecto de alza de aranceles.

LA DEMOCRACIA DE LAS MAYORIAS

Una de las tesis que ha conducido la vida en la UC es el
polémico cogobierno, que da una cuota de poder a los
estudiantes. La decisión de alza de aranceles fue tomada en
instancias en las que la FEUE y el FRIU tienen representación.
Frente a la debilidad de la medida de hecho que han
emprendido, la FEUE plantea que se realice un plebiscito
"porque el voto y la palabra de un estudiante vale lo mismo
que los de un profesor".

Las autoridades consideran que el tema debe ser debatido por
una Asamblea Universitaria y que debe convocarse a un proceso
similar al que vivió la Universidad de Guayaquil, que se abre
a un proceso de profundas reformas.
Mientras tanto, las familias quiteñas -de donde provienen el
70 por ciento de los estudiantes de la UC- no saben a qué
atenerse. "Fabián, mi hijo mayor está en cuarto año de
administración y le han dicho que tiene que pagar un millón
cien mil", dice Lucinda de Mena.

"Ni siquiera sabemos cuando se abrirán las inscripciones y mi
segundo hijo, Patricio, quiere entrar a Finanzas. Patricio se
graduó hace dos años y se fue a la conscripción. Hoy los dos
están buscando trabajo, pero hay tantos que buscan "lo que
aparezca". Si suben las pensiones tendríamos que endeudarnos.
Necesitaríamos dos millones". "En estos casos lo peor le toca
al pobre", dice Lucinda que trabaja como empleada doméstica y
es propietaria de un negocio.

La FEUE quiere que las clases se inicien cuanto antes para
contar con jóvenes para las protestas.


REINO DE AVAROS Y ESCUALIDOS

Hoy los parqueaderos y los predios universitarios se
encuentran prácticamente vacíos. Apenas se escucha en el
megáfono una canción del pescador que muere en la canoa y que
-según se dice- recuerda el último aliento romántico de la
izquierda.

En época de clases la misma canción -que sale de los locales
de la Facultad de Filosofía- es opacada por el ir y venir de
los autos de los estudiantes. Junto a los parqueaderos, las
pailas de maduro frito con queso han resistido durante años el
embate de la inflación y es una de las comidas "al paso" más
baratas que se pueda encontrar en el mercado. Su olor llega
hasta la puerta misma del aula.

Hasta hoy, los dueños de los autos y los degustadores del
maduro con queso pagaban el mismo arancel: 45 mil sucres
mensuales. Este es uno de los argumentos que esgrimen las
autoridades universitarias para sustentar su propuesta de
matrícula diferenciada -determinada por el tipo de colegio del
que proviene el estudiante- y que desató el último conflicto
en la Central.

El origen diverso de los ingresos de los estudiantes de la UC
quedó en evidencia en el estudio hecho a inicios de año por el
Instituto de Investigaciones Económicas (IUE) que reveló que
el 35,7 por ciento de los alumnos matriculados en el período
94 -95 provenían de colegios particulares. En 1995, las
pensiones de dichos colegios fluctuaban entre 11.254 sucres y
416 mil 789 sucres, cifras muy superiores al valor actual de
la matrícula universitaria. El estudio añade que 18,78 por
ciento de los alumnos matriculados en el primer curso,
trabajan y que, por lo mismo, estarían en condiciones de pagar
un arancel mayor al actual
Hoy todos los sectores universitarios, incluida la FEUE, está
de acuerdo con el aumento de los aranceles y el
establecimiento de una matrícula diferenciada. La única
controversia es el monto en que deben fijarse esos
incrementos.

El alza de los aranceles, sin embargo, no obedece -solamente-
a un acto de justicia sino a la necesidad de compensar el
grave déficit financiero que alcanza los 25 mil millones de
sucres y que agobia las arcas universitarias.

LA UNIVERSIDAD HA TOCADO FONDO

Tiberio Jurado, rector de la Universidad Central, aseguró para
BLANCO Y NEGRO que la situación financiera ha tocado fondo.
Según el rector, éste se origina en el recorte dramático y
constante de los fondos que el Estado ecuatoriano entrega a
las Universidades.

Por otro lado, el estudio del Instituto de Investigaciones
Económicas, que sirve de sustento para el incremento de los
aranceles, recuerda que el Banco Mundial, en su informe sobre
la Pobreza de 1995, propone que los estudiantes universitarios
-que en su mayor parte no son pobres-, paguen la mitad de los
costos de la educación superior.

El alza propuesta -que recogerá aproximadamente diez mil
millones de sucres- alcanzará para cubrir apenas la mitad del
déficit y una décima parte de los 125 mil 822 millones de
sucres de egresos presupuestados por la UC para 1997.

Con la nueva matrícula, el monto de la recaudación sería aún
inferior a la meta del 50 por ciento, recomendada.

El enfrentamiento en la Central es solo una escaramuza de una
larga batalla que se repetirá todos los años, a no ser que la
Universidad solucione el problema de fondo. Existe consenso
sobre la necesidad de revisar el libre ingreso. La reforma
académica se perfila.

EL HORRIBLE PECADO DE LA GULA

Giovanni Atarihuana, presidente de la FEUE, asegura que el
examen de ingreso no refleja la verdadera capacidad de los
estudiantes. "Einstein no pasó el examen de ingreso en alguna
universidad europea", dice.

Sorprendido por esta expresión, el ex decano de la Facultad de
Economía, Germánico Salgado le pide al señor Atarihuana que le
demuestre semejante afirmación. "Los exámenes de admisión son
inevitables. No todo ecuatoriano que termina el bachillerato
está dotado para ingresar a la Universidad", dice Salgado.

Datos oficiales demuestran que en la Universidad Central se
realiza un implacable proceso de selección, no al principio
sino a lo largo de la carrera.

"Entre los estudiantes inscritos en el primer curso, el 50 por
ciento desertan en el primer año. Entre el segundo y el último
año de carrera se retiran un 30 por ciento", asegura la
fuente.

De quienes logran egresar, solo el 40 por ciento se gradúa. El
60 por ciento se queda sin título. La deserción estudiantil es
aún más grave si se consideran las denominadas segundas y
terceras matrículas que mantiene a una masa de estudiantes
flotando de año en año y de facultad en facultad sin que
consigan graduarse".

"Usted no tiene idea de los gastos que esto representa para la
sociedad ecuatoriana", dice el decano de la Facultad de
Economía, José Dávalos.

Un cálculo rápido permite establecer que este alto nivel de
deserción multiplica por cinco el costo de cada profesional.
Si el presupuesto de la UC es de 80 mil millones y esto se
divide entre los 40 mil estudiantes, significa que cada
estudiante le cuesta al Estado dos millones de sucres. Si solo
logra graduarse el 20 por ciento entonces el costo de cada
profesional se quintuplica.

Tan grave como el despilfarro de los recursos estatales es el
deterioro de la vida académica. La masiva entrada de
estudiantes obliga a organizar cursos de 100 y 150
estudiantes, la mayoría de los cuales desertarán en los
próximos meses o años -Medicina es un ejemplo dramático-.

Los daños en la calidad de las clases, en los sistemas de
evaluación y en el uso de equipos e instalaciones son
inconmensurables.

Según Germánico Salgado, una universidad moderna exige aulas
con un máximo de 50 estudiantes, profesores de dedicación
exclusiva y ayudantes de cátedra, inmensas bibliotecas y
laboratorios de alta tecnología.

En facultades como Jurisprudencia, Economía, Administración,
Medicina y Filosofía, los estudiantes del primer año se
amontonan en aulas estrechas y muchos de ellos permanecen de
pie, disputando a dentelladas el uso de los bordes de los
ventanas, mientras el profesor convierte su escritorio en
tarima y su cátedra en una batalla contra el ruido indefinible
pero constante de esa jungla.


EL PROCESO DE LA INDIGESTION

Según el diagnóstico elaborado por la propia UC, la matrícula
universitaria experimentó una verdadera estampida entre 1969 a
1974. Los estudiantes pasaron de 11 mil a 43 mil. El libre
ingreso se aprobó en la Universidad Central en 1969.

Las facultades que experimentaron un mayor crecimiento fueron
filosofía, ciencias administrativas, ciencias económicas y
geología minas y petróleos. Los egresados de estas facultades
se convirtieron en maestros, funcionarios públicos y
constructores de las obras públicas que financió el petróleo.

DE LA GULA A LA DIETA

Aseguran los expertos, que la dieta puede ser tan peligrosa
como la gula.
Se cuenta que, en algunas facultades, los decanos optaron por
un singular mecanismo de selección: sin previo aviso se
establecía un solo día de matrícula. El remedio resultó peor
que la enfermedad pues no ingresaban los mejores estudiantes
sino los más madrugadores.

Hoy se intenta un mecanismo más racional. Un plan de reforma
Integral de la Universidad, que duerme el sueño de los justos,
y que fue aprobado el año pasado por el Consejo Universitario,
recomendó revisar los mecanismos de ingreso y establecer
exámenes de admisión.

La facultad de Economía pretende exigir a sus inscritos un
mínimo de 16 puntos como promedio durante la secundaria y,
además, un examen de ingreso. Esto establecería las
condiciones más rígidas de toda la universidad ecuatoriana. En
Administración, se piensa la posibilidad de que no abrir este
año porque además de la gran cantidad de estudiantes, el
edificio se cuartea.

La FEUE propone que en lugar del examen de admisión se
organicen cursos básicos que permitan la nivelación de
conocimientos y que compensen los grandes desequilibrios de la
educación secundaria, a la manera de la Escuela Politécnica
Nacional.

Germánico Salgado asegura que la reforma de la Universidad
solo puede ser parte de la reforma de toda la educación
nacional, que por el momento es calificada a nivel
internacional como mediocre y que compite en mala calidad con
Haití y Bolivia.

FACULTADES ANOREXICAS

Algunas facultades han experimentado un notable descenso de la
matrícula.

Entre ellas se encuentran Arquitectura, Filosofía, Medicina,
Ingeniería y Ciencias Químicas, por efecto de la crisis de la
construcción, la incorporación de tecnología en determinadas
ramas y la saturación del mercado de trabajo.

EXAMEN CRUEL

-¿Qué es lo que motivó la decisión de las máximas autoridades
universitarias para esta alza considerable en los aranceles y
las matrículas?
No es considerable. La UC atraviesa por una crisis económica
que tocó fondo. Los aranceles de la Universidad Central son
los más bajos de las universidades estatales. El incremento de
la matrícula no significa que cobraremos pensiones. Somos
partidarios de la gratuidad de la enseñanza.

- ¿Cuál es el origen del problema económico?
Básicamente, la falta de atención de los gobiernos a las
Universidades y Escuelas Politécnicas.

- ¿Cuánto le adeuda el Estado a la Universidad Central?
Tenemos un déficit de 25 mil millones de sucres.

- Cuando usted dice que la UC tocó fondo, ¿se refiere
solamente a los problemas presupuestarios?
El problema de la UC interrumpe el proceso de reforma que
intenta ponerla al día con los adelantos científicos,
tecnológicos, de investigación.

- ¿Cuáles son los ejes de la reforma?
Cursos de capacitación para el docente y la revisión de los
curriculums en todas las facultades. Nosotros estamos
conscientes de que hemos tenido errores. Hemos hecho un
diagnóstico crítico, hasta cierto punto cruel, y estamos en
pleno proceso de rectificación. Queremos que la Universidad
vuelva a ser la orientadora de la opinión nacional y brinde al
país, profesionales honestos, justos, competentes y críticos.

- ¿Cuál es su opinión sobre el libre ingreso?
El libre ingreso nos ha traído problemas, le debo ser franco.
Hoy estamos estableciendo un sistema de evaluación de los
cursos preuniversitarios. Inclusive, en bajo mi rectorado ha
disminuido el número de los estudiantes, de 55 mil estudiantes
a 40 mil estudiantes.

- ¿Comparte la tesis planteada por organismos, como el Banco
Interamericano de Desarrollo, respecto a que las Universidades
tienen que avanzar a su autofinanciamiento?
Yo creo que las Universidades deben contar con
autofinanciamiento. Pero la Constitución ordena que la
educación superior sea gratuita. En eso se basan los
estudiantes para negarse a pagar matrículas diferenciadas. Yo,
sinceramente, no comparto esta idea. Creo que los estudiantes
deben colaborar para que su Universidad subsista de la grave
crisis económica que tiene.


CHEQUES SIN FONDOS

Norma Cando es estudiante de quinto año de la Facultad de
Economía y representante estudiantil a uno de los organismos
académicos de la Facultad. "El problema no es solo
arancelario, hay una grave crisis académica", asegura. "Claro,
mal o bien yo me he formado. Diría que he tenido profesores
buenos. Pero otros son una mafia en la facultad, que cobran un
sueldo sin asistir a las clases. Esto no solo pasa en Economía
sino en toda la Universidad", asegura.

Norma tiene 27 años. Se casó cuando estaba en primer año y hoy
tiene dos hijas, la menor va al prekinder. Sin embargo, Norma
cree el problema no es solo de los profesores sino de los
estudiantes que no ingresan a la Universidad con una meta
profesional y académica clara y que contribuyen al caos
administrativo y académico.

"Para pasar de año, los estudiantes se hacen de uno u otro
movimiento político. Ya no hay partidos sino membretes, detrás
de los cuales se mantiene un grupo que no quiere salir de la
facultad y que se niega al cambio", insiste. Norma dice con
ironía que "estos movimientos no son precisamente la crema y
nata de lo académico".

Norma asegura que "el estudiante que llega a la Facultad busca
a toda costa un título. "Esto es absurdo porque equivale a
obtener un cheque sin fondos".

Diagnóstico cruel

El rector de la Universidad Central asegura que la reforma
académica es imperiosa. "Estamos concientes de que hemos
tenido errores y hemos hecho un diagnóstico cruel. La
universidad debe brindar al país profesionales honestos,
justos, competentes", dice Jurado.

Varias facultades y Escuelas han emprendido reformas claves.
Antes de la reforma, la Escuela de Ciencias Internacionales
exigía el cumplimiento de más de 30 materias, mientras su
"competencia," la Academia Diplomática de la Cancillería tenía
apenas ocho. Entre las materias que ofrecía la Escuela de
Ciencias Internacionales estaban derecho aéreo y marítimo,
que son capítulos de otras materias.

Este no es el único caso. A pesar de que en tercer año, los
estudiantes escogieron ya una especialización en radio,
prensa, televisión o investigación, un estudiante de
Comunicación Social tiene un promedio de diez materias por
año, sin contar con Idiomas y Educación Física. E
se exceso de materias y cátedras en lugar de ampliar y
organizar el conocimiento contribuye a caotizarlo.

Entre las materias que los estudiantes consideraban como una
"nebulosa" estaban lógica dialéctica, materialismo histórico y
dialéctico, historia política. La reforma curricular, que se
inició hace diez años, está a punto, dicen las autoridades de
esta Facultad.

El exceso de materias y cátedras tiene varias causas. Una de
ellas es la persistencia de concepciones que consideran que la
Universidad es la memoria de un saber universal que debe ser
memorizado por los estudiantes. Una memoria que, en muchos
casos, se detuvo a inicios de siglo.

Existen también causas políticas: "la necesidad de introducir
profesores que fortalezcan las aspiraciones de elección o
reelección de ciertas autoridades y la cuota de poder de
determinados sectores políticos", afirma un profesor
universitario.

En otros casos, una determinada orientación política obligó a
los estudiantes de facultades técnicas a estudiar el
tristemente célebre Materialismo Dialéctico 1 y 2, que muchos
confundieron con una de las áreas de la hidráulica.

"Además de un examen de admisión, la universidad requiere una
reforma de pénsum y fortalecer los post grados", asegura
Germánico Salgado.
Según Salgado, es evidente que a nivel internacional la
formación de los ecuatorianos es muy mala. Hay un gran
desempleo profesional y es evidente que muchos egresados
salen de algunas carreras sin poder moverse en la vida", dice.

Un estudio comparativo realizado por la Unesco califica a la
educación superior ecuatoriana de mediocre y la ubica -junto
con la haitiana y la boliviana- entre las peores de América
Latina.

La UC tiene actualmente 2.188 profesores, de los cuales, solo
el 31 por ciento trabajan a tiempo completo. Los profesores a
tiempo completo reciben un sueldo básico inferior a 300
dólares, mientras en otras universidades latinoamericanas esos
ingresos superan los dos mil dólares.

ALGUNAS INDULGENCIAS

- La Universidad Central del Ecuador cuenta actualmente con 16
institutos Superiores de Investigación. A pesar de las
limitaciones, tanto de orden estructural como de
financiamiento, en los últimos 8 años se han ejecutado más de
un centenar de proyectos de investigación.

- Los estudiantes de Medicina mantienen convenios con todos
los hospitales del Ministerio de Salud Público para la
formación y práctica de sus estudiantes. Hay -además-
convenios con las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.

- La facultad de Geología y Minas ganó el concurso para el
mantenimiento del oleoducto Transecuatoriano, en el que
compitió con varias empresas internacionales.
- En relación con la facultad de Química y Farmacia, esta
facultad participa de la limpieza de las piscinas de petróleo
de Petroecuador.

- La facultad de Agronomía y Veterinaria realizó un estudio
para erradicar cisticercosis.

PECADOS PROPIOS Y AJENOS

"Obtener un buen empleo no es cosa de suerte. Es resultado del
esfuerzo que uno realiza durante la carrera, señala Carlos
Torres, estudiante de quinto año de Medicina. "A mi la UC me
ha dado un título".

A través del documento de Reforma Integral, la UC asegura que
el problema principal de este centro educativo es "la
inadecuada formación de profesionales frente a las necesidades
del país; su limitada capacidad de generación de ciencia,
tecnología y arte".

Esta deficiencia no es exclusiva de la Universidad Central,
asegura la encuesta de Oferta y Demanda Profesional,
realizada por el Instituto de Estadísticas y Censos (INEC) en
la Provincia de Pichincha. "Existe un desfase muy grande entre
la oferta y demanda". El sector productivo necesitará 916
profesionales en los próximos tres años y solamente en 1994,
las universidades de la Provincia graduaron a 4.966
profesionales. Esto conducirá a la desocupación a centenares
de profesionales.

La UC es la que más profesionales ofrece al mercado, pues
aportó el 73 por ciento de los profesionales. Le sigue la
Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) con 14 por
ciento. La misma encuesta señala que los empresarios prefieren
contratar a estudiantes de la Católica y de la Politécnica
Nacional, que a sus colegas de la UC.

Sin embargo, la Encuesta -de reciente circulación- asegura que
el sector productivo, el comercio y los servicios busca sobre
todo a los egresados de carreras medias.

EL FUTURO DE LA CENTRAL

La última crisis de la Universidad Central coincide con la
consulta organizada por la Universidad de Guayaquil que abre
el camino para una profunda reforma. "Este es un momento
histórico para la Universidad Central", dice el decano de
Economía, José Dávalos.

"La situación a la que llegó la Universidad de Guayaquil -con
una mafia gansteril y con un nivel terrible de descomposición
ética y moral- no es complarable con la situación de la
Central, pero el abogado León Roldós -rector de la Universidad
de Guayaquil (UG)- está marcando el paso", dice Dávalos.

A través de una consulta, la UG se propone la automatización
integral, la creación de carreras tradicionales con aranceles
que se ajustan al salario mínimo vital y el inicio de nuevas
carreras autofinanciadas. Además, la Universidad aprobó los
cursos preuniversitarios evaluados y el establecimiento de un
año básico. Y, en una insólita decisión, los tres estamentos
universitarios decidieron la sanción a quienes impidan el
trabajo normal de la Universidad.

El futuro de la Universidad Central está en juego. Germánico
Salgado cree que en la Universidad Central hay un fermento de
cambio. "El estudiante está consciente de que la Universidad y
el sistema educativo tiene que cambiar y hay muchos profesores
de primera calidad que sienten que no pueden moverse".

Pero, ¿hacia dónde orientar el cambio?

Una universidad como la Central tiene que mantener las
carreras básicas y flexibilizarse en los postgrados y en las
maestrías, sugiere Salgado.

Las Universidades no deben regirse solo por la demanda,
insiste.

Pero, la UC debe modernizarse e poner en pleno funcionamiento
los laboratorios y las bibliotecas. Los muchachos deben saber
leer inglés y francés" dice. "La Universidad no puede
improvisar".

Según Salgado, esto supone pagar muy bien a los profesores. No
creo que exista un exceso de profesores, frente a los 40 mil
estudiantes.

Sin embargo, Salgado insiste en que la reforma debe ser del
conjunto del sistema educativo, porque la universidad no puede
suplir por sí misma las deficiencias de la educación
ecuatoriana.

LOS PELIGROS DE LA DESCENTRALIZACION

"Dos universidades han concentrado una enorme demanda de
formación: la Central y la de Guayaquil. Paralelamente, se han
creado una serie de universidades por razones políticas en
donde no hay lugar para la formación.
Ahí se han dispersado recursos. Creo que la descentralización
está muy bien, pero en la educación superior esta empobrece
enormemente a las grandes universidades. (DIARIO HOY) (R.
BLANCO Y NEGRO)
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