Ola de atentados

Los hechos violentos que sacudieron al vecino país la semana pasada dejan muchas


De la promesa de recuperar rehenes detenidos hace más de 12 años a revivir imágenes de dolor con atentados bomba, víctimas inocentes y destrucción.

El panorama en Colombia pasó de claro a oscuro en un solo día: el miércoles 1.° de febrero. Esa fecha, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) suspendieron indefinidamente la liberación de seis uniformados que mantienen retenidos y fueron responsabilizados de un atentado en Tumaco donde murieron 11 personas y más de 70 resultaron heridas.

Pese a lo terrible de los hechos, la planificada acción violenta fue solo la primera; a ella, le siguieron otras dos con características similares.

El viernes, otros tres atentados planificados no llegaron a concretarse, pero dejaron al menos dos heridos.

El desconcierto se apoderó de la sociedad colombiana. El presidente Juan Manuel Santos viajó a Tumaco, movilizó 2 800 hombres y ofreció recompensas de entre $200 mil y $600 mil, mientras aseguraba que conocía ya a los autores intelectuales.

"Tenemos que prepararnos si estos actos irracionales siguen", dijo Santos a los comandantes de las Fuerzas Militares y al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

La idea del jefe de Estado fue dar "un paso adicional en fortalecimiento de las fuerzas, mediante un paquete de medidas tanto legales como tecnológicas para combatir el terrorismo". No dijo cuáles.

Sin embargo, el grupo guerrillero no reivindicó los atentados. Según Fernando Carrión, catedrático de la Flacso y especialista en Seguridad, es poco probable que lo hagan (ver entrevista adjunta).

Lo que sí hizo Santos fue anticiparse a los hechos. "El terrorismo es producto del desespero, de la efectividad de nuestras Fuerzas Armadas. No de otra forma puede uno explicarse semejante acto tan bárbaro", sostuvo.

El presidente aseguró que el Gobierno y las Fuerzas Militares seguirán con el plan de "sacar de sus madrigueras" a los cabecillas guerrilleros. "No crean que nos van a desviar con estos actos de terrorismo", puntualizó.

La vuelta de la violencia provocó editoriales y artículos de todos los niveles. También reacciones como las del expresidente Álvaro Uribe, cuyo distanciamiento de Santos ya no es un misterio.

"Carro Bomba en Villa Rica, Cauca. Hay varios heridos, 4 muertos, entre ellos un niño. Para dónde regresamos?", se preguntaba el exmandatario en su cuenta de Twitter el pasado jueves.

"Ojalá no se permita que perdamos la fe en la seguridad, se nota creciente preocupación ciudadana", pudieron leer el viernes sus 921 322 seguidores.

Frente a ello, el Gobierno pidió no caer en el juego de las FARC al advertir de que esta guerrilla se ha visto forzada a "llamar la atención". "Es natural que exista inquietud en relación con estos hechos criminales de los últimos días, pero no podemos perder la perspectiva", reclamó el alto consejero presidencial para la Seguridad y la Convivencia Ciudadana, Francisco José Lloreda.

Sin embargo, el coordinador del Observatorio de Conflicto Armado de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI), Ariel Ávila, aclaró que esta supuesta arremetida guerrillera no supone nada nuevo en la evolución del conflicto armado colombiano. "Hay una espectacularidad en las acciones, pero la escalada no significa un fortalecimiento rebelde que pueda devolver el país a las FARC de 1998", concluyó. (AFP-EFE-PRN)


Gobierno aceptará ayuda internacional


El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó el sábado que la guerrilla de las FARC se está debilitando ante el mundo por los ataques cometidos en los últimos días, en los cuales resultó afectada principalmente la población civil.

Según el mandatario, el rechazo expresado por varios países y organizaciones internacionales demuestra que las FARC tienen actualmente "una débil posición ante el mundo y ante los colombianos".

En relación a la liberación de los seis policías y militares rehenes en manos de las FARC, y que fue interrumpida la semana pasada, el ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, aseguró que el Gobierno está abierto a aceptar el apoyo logístico de un país extranjero para que la operación pueda llevarse a cabo en los mejores términos.

Hasta ahora, el Gobierno se había mostrado renuente a esa colaboración extranjera, que ya se concretó en las dos últimas liberaciones de rehenes de las FARC, en las que el Brasil facilitó los helicópteros y sus tripulaciones para realizar la operación bajo el emblema del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). (DPA-AFP)

"Con las FARC ocurre lo mismo que sucedió con los carteles"

Entrevista
Quién es: Fernando Carrión. Catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sede Ecuador. Especialista y consultor en temas de seguridad. Articulista de Diario HOY

¿Cuál es el mensaje de las FARC con los nuevos atentados?
Hasta que no se confirmen de dónde vienen los atentados, señalar a las FARC como responsables es adelantado. Mi hipótesis es que la violencia es una respuesta de la táctica del Gobierno colombiano de atacar a grupos más pequeños que operan en las fronteras con Venezuela y el Ecuador, como los Urabeños, que están aliados con exparamilitares y narcotraficantes.

Pero el Gobierno colombiano asegura que son las FARC las que están detrás y que el tema es de narcotráfico.
Puede que alguno de los atentados, especialmente lo de Tumaco, provenga de las FARC, especialmente del Frente 29. Los grupos que operan en la zona fronteriza de Colombia están vinculados con narcotráfico. En el caso de la frontera con el Ecuador, están los Rastrojos, los Águilas Negras, los frentes 29 y 48 de las FARC y el grupo Cordillera.

¿Se puede hablar de una mexicanización de las fronteras?

No. En Colombia hay luchas por carteles de droga, pero no al nivel de México. En Colombia, la desaparición de los carteles a los que llamo "territoriales", como el de Cali o el de Medellín, dio paso a organizaciones más pequeñas, que se aliaron con paramilitares o guerrilleros.

Sin embargo, los atentados han tenido el mismo modus operandi de las FARC de los ochenta: coches-bomba frente a retenes policiales.
Pero no se pueden comparar. Desde mediados de los noventa, la lucha de las FARC se desnaturalizó; entraron a la dinámica del narcotráfico. Por ello, en estos últimos 10 años, el nivel de secuestros bajó sustancialmente, porque ya no es un mecanismo ideal. Su fuente principal de financiación es el narcotráfico.

Desde la caída de alias "Raúl Reyes", las FARC han perdido a sus líderes en seguidilla.

Cada frente tiene un nivel de autonomía muy grande, de identidad, de pertenencia con el territorio donde operan. El Secretariado tiene fuerza, pero no como antes. Con las FARC ocurre lo mismo que pasó con los carteles de narcotráfico grandes: por haberse descabezado y burocratizado, dejaron de ser funcionales. En el caso de las FARC, los golpes han sido tan fuertes que no dependen de la cabeza; representan más a los territorios.

Entonces, ¿cuál es el objetivo de los atentados?

Puede ser doble: eliminar policías y provocar una militarización en una zona y dejar desprovistas otras. (PRN)
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