Riobamba a oscuras se iluminaba con cada nueva explosión. Patrullas de militares recorrÃan la ciudad y pedÃan a los vecinos que se alejaran, que evacuaran, que dejaran la ciudad en dirección a Penipe, a Guano, a la vÃa a la Costa...
Centenares de personas deambulaban, algunos parecÃan caminar sin sentido y se sobresaltaban con cada nuevo estruendo. Otros preguntaban a quienes encontraban en la calle por sus familiares.
Asà sucedÃa, por ejemplo, en los alrededores del Municipio, en las calles Primera Constituyente y 10 de Agosto, en el centro. Muchos se negaban a irse, mientras no supieran la suerte de sus seres queridos. Las ambulancias circulaban a toda velocidad.
El paso estaba completamente bloqueado a un kilómetro y medio de la Brigada Blindada Galápagos, una de las instituciones más emblemáticas de Riobamba. Vecinos de la zona gritaban con cada nueva detonación o se tapaban los oÃdos. La ola expansiva sacudÃa el piso, las edificaciones. Todo temblaba.
Jorge Náger, un militar retirado de 65 años y vecino de la avenida Héroes de Tapi, frente al destacamento del Ejército, relató que escuchó una gran detonación a las 16:45: "Pensé que se trataba de la erupción del volcán Tungurahua y, de repente, volaron las puertas y los cristales".
Muchos de los 300 heridos que se reportaron hasta el cierre de esta edición eran vecinos de ese barrio y muchos eran niños. "Una esquirla de unos 30 centÃmetros de un obús 150 cayó en la avenida principal", dijo el ex militar.
La calles estaban completamente cubiertas de vidrios y de fragmentos de munición. Los militares, a través de los megáfonos de sus patrulleros, pedÃan a los conductores que transitaran con cuidado. Les advertÃan que material bélico disperso podÃa explotar. La Sultana de los Andes se habÃa convertido en un polvorÃn.
En el PoliclÃnico de Riobamba, uno de los principales centros de salud de la cuidad, reinaba el caos. Centenares de personas buscaban en las afueras a sus familiares. La sala de espera se convirtió en Emergencias y los médicos se multiplicaban para atender a los heridos.
Recostado en una camilla, un joven recluta hablaba con dificultad. TenÃa quemaduras de segundo grado en todo el cuerpo, especialmente en la cabeza. Se hallaba en el cuartel cuando sucedió la gran explosión, aunque lejos de la bodega de granadas, donde según las autoridades militares comenzó esta tragedia. Pero la onda expansiva le hizo volar por los aires y las ráfagas de fuego le abrasaron. "Solo recuerdo que me aventó y caÃ".
En la misma sala, un paciente tenÃa los ojos vendados. DecÃa que habÃa perdido la vista. Contó que estaba en el tercer piso en una casa en el centro de la ciudad, cuando escuchó unas detonaciones. No prestó atención, hasta que los cristales estallaron y le impactaron en los ojos. Se llama Carlos Calero, tiene 46 años y es profesor de Educación FÃsica.
En el jardÃn del PoliclÃnico estaban los cadáveres de 3 personas. Los heridos eran trasladados a Ambato y Latacunga. Niños extraviados esperaban en carpas improvisadas.
El resto del paÃs tuvo idea de la dimensión de esta tragedia con las dramáticas declaraciones del alcalde de Riobamba, Fernando Guerrero: "ParecerÃa un sismo, un terremoto. La gente está herida por los vidrios. Riobamba está destrozada y esto no se detiene. Es una tragedia, yo no puedo exagerar, solo digo lo que estoy viviendo. Lo que estoy mirando. Mientras no termine de explotar todo el polvorÃn, de todo el arsenal, no sabremos la magnitud. Ojalá no haya muertos. Es de imaginarse todo eso".
Otra vez fracasó la coordinación oficial
La Cruz Roja calificó "al desastre de ayer como alerta tres, es decir, que amerita atención nacional". Una tragedia semejante obliga a la movilización de todos los recursos económicos, técnicos y humanos para enfrentar la crisis.
La Cruz Roja considera una alerta uno cuando es de tipo local y sus consecuencias pueden ser controladas de inmediato. Una alerta dos ocurre cuando la crisis es regional, como lo ocurrido por la erupción del volcán Reventador. Pero una alerta tres revela que el impacto alcanzó proporciones de desastre nacional.
Sin embargo, de parte del Gobierno central no llegó información que diera cuenta de cómo se estaba manejando la crisis. Tampoco hubo un liderazgo claro y unificado que ofreciera tranquilidad a la población afectada como al resto del paÃs sobre los acontecimientos en Riobamba.
A pesar de que la tragedia comenzó a las 16:00, este Diario conoció que hasta la medianoche no habÃa sido convocado el Comité de Emergencia, que incluye desde al Presidente de la República, Defensa Civil y demás unidades de socorro.
La información que llegó a los medios de comunicación tenÃa cifras contradictorias. Unos eran los datos del Ministerio de Salud que hablaban de 300 heridos. Otros de la Cruz Roja que detallaba la atención de 200 personas. Por su lado, la Defensa Civil informó que hubo 76 heridos por la explosión de la Brigada. El desastre evidenció una vez más la poca capacidad de respuesta por parte de las autoridades.
Las instituciones actuaron por separado. La respuesta de la Defensa Civil fue la movilización de personal y ambulancias desde las provincias de Pichincha, Tungurahua, BolÃvar, Azuay, Pastaza y Guayas.
La PolicÃa envió, por su parte, 300 elementos de las escuelas de Ambato, Baños y San Miguel de BolÃvar para garantizar el orden y evitar saqueos.
Para atender las necesidades de los heridos, la Cruz Roja hizo un llamado a los ciudadanos para que donen pintas de sangre en todo el paÃs.
La noche de ayer, el Banco Centra habÃa recibido ya 70 unidades que fueron enviadas a Ambato y Riobamba.
La Brigada Galápagos, pilar estratégico del Ejército
La Brigada de CaballerÃa Blindada No. 11 Galápagos es una de las unidades militares más importantes del paÃs. Ahà el Ejército guarda sofisticadas y modernas armas de caballerÃa y el pelotón de tanques de guerra que dio gran soporte en el conflicto del Cenepa.
La Galápagos tiene construcciones subterráneas, donde están los tanques tipo AML y AMX, de rueda y oruga. Se incluye el equipo caminero que transporta personal a los sitios inaccesibles. En las bodegas se guardan, además, grandes cantidades de municiones de todo tipo y calibre y un amplio arsenal explosivo: granadas, TNT granulado, C4, pentolita, dinamita de alto poder expansivo, etc.
En la unidad militar se planifican las estrategias de defensa interna y externa, también hay un grupo especializado para actuar en casos de emergencia, ocasionados por los desastres naturales. Desde 1974, año de su fundación, la Brigada ejecuta programas de desarrollo social, como apoyo a la educación en sector indÃgena, que en Chimborazo registra altos Ãndices de analfabetismo.
Ha desplegado amplia tarea con los campesinos de la zona, organizando programas de capacitación, asistencia técnica, incluidas tareas de forestación y reforestación.
Los militares, además de su entrenamiento, mantienen una granja integral que abastece a la institución. La producción agrÃcola sirve para el rancho de los militares y el remanente se vende a las familias de los uniformados y en los mercados de Riobamba y Ambato.
Además, la Brigada desarrolla granjas para criar especies menores con asesoramiento profesional. Y dicta cursos de capacitación a las comunidades indÃgenas de Chimborazo y BolÃvar.
La evacuación, un drama aparte que se vivió ayer
Las noticias militares que alertaban de una gran explosión hizo que centenares de personas de esta ciudad, de alrededor de 150 000 habitantes, abandonen apresuradamente la urbe por las vÃas hacia Ambato, Penipe, Guano, Colta, incluso hacia Guayaquil.
Otros tantos, cobijas en mano y grandes mochilas, dirigÃan sus pasos hacia la Politécnica de Chimborazo, que fue abierta para albergar a quienes no sabÃan adónde dirigirse.
La PolicÃa impedÃa desde el sector de Mocha, en Tungurahua, el paso vehicular hacia Riobamba. La idea dejar abierto el paso para las ambulancias que llegaban desde Ambato, Latacunga y Quito. Decenas de personas caminaban por la carretera en dirección a Riobamba y otras hacia Ambato.
Un grupo de estudiantes de la Politécnica del Chimborazo se colocó en el centro de la vÃa para obligar a un vehÃculo que lo llevara hacia el interior de la ciudad. En el peaje de la empresa Panavial, ubicada en el sector de San Andrés, cientos de personas esperaban una versión oficial sobre si debÃan abandonar sus viviendas definitivamente o volver.
En las zonas de acceso a la urbe se olÃa a pólvora. Como una paradoja a la tragedia ocurrida horas antes, la luna llena brillaba hermosa y en paz.
El alcalde Fernando Guerrero, en una cadena de radio local, pidió a los riobambeños que se calmaran y que aguardaran a las versiones oficiales.
A las 20:30 las calles céntricas se atiborraron del sonido de ambulancias, vehÃculos particulares, carros militares, vehÃculos de bomberos y patrulleros. La PolicÃa aplicó un operativo de seguridad para dar protección a las viviendas, cercanas a la Brigada Galápagos, que fueron evacuadas.