Quito. 06.06.90. Al cabo de siete años de lucha armada, el
grupo subersivo "Alfaro Vive" resolvió entregar las armas y
convertirse en partido político reconocido legalmente.
El anuncio lo hicieron el comandante de la organización Pedro
Moncada, y el vocero oficial del grupo, Santiago Kigman;
aseguraron que entregarán las armas al parlamento Andino en fecha
por decidirse; a cambio de las armas, el pueblo deberá obtener la
justicia social.
La entrega de las armas es un acto simbólico de convocatoria a
impedir que vengan tiempos de confrontación o de violencia
extrema, que darían como resultado generaciones sin destino y
patrias agotadas.
Indicó que, dada la organización del sistema político, el grupo
decidió convertirse en partido, ser parte de las decisiones
nacionales y una vía democrática del progreso y bienestar.
"Alfaro Vive" hizo su aparición pública en 1983, "recuperando"
las espadas de Eloy Alfaro y Pedro Montero, que el ex-comandante
Arturo Jarrín las entregó a los custodios del "Dios viviente" en
el Chimborazo. Ellos sabrán en qué momento, cuando comience a
imponerse el mundo de la felicidad sobre el mundo de la
necesidad, las devolverán. (EL COMERCIO, A-1)
grupo subersivo "Alfaro Vive" resolvió entregar las armas y
convertirse en partido político reconocido legalmente.
El anuncio lo hicieron el comandante de la organización Pedro
Moncada, y el vocero oficial del grupo, Santiago Kigman;
aseguraron que entregarán las armas al parlamento Andino en fecha
por decidirse; a cambio de las armas, el pueblo deberá obtener la
justicia social.
La entrega de las armas es un acto simbólico de convocatoria a
impedir que vengan tiempos de confrontación o de violencia
extrema, que darían como resultado generaciones sin destino y
patrias agotadas.
Indicó que, dada la organización del sistema político, el grupo
decidió convertirse en partido, ser parte de las decisiones
nacionales y una vía democrática del progreso y bienestar.
"Alfaro Vive" hizo su aparición pública en 1983, "recuperando"
las espadas de Eloy Alfaro y Pedro Montero, que el ex-comandante
Arturo Jarrín las entregó a los custodios del "Dios viviente" en
el Chimborazo. Ellos sabrán en qué momento, cuando comience a
imponerse el mundo de la felicidad sobre el mundo de la
necesidad, las devolverán. (EL COMERCIO, A-1)
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