Tras el accidente del Jessica se empieza a ventilar la responsabilidad que civiles y
militares habrÃan tenido en el derrame de combustible
Por Cecilio Moreno Mendoza
La noche del 16 de enero del 2001, el Buque Tanque Jessica encalló cuando se
aproximaba a Puerto Baquerizo Moreno, en la isla San Cristóbal, en Galápagos. A
partir de allà se empezaron a liberar no solamente los 240 mil galones de combustible
que llevaba en sus bodegas, sino que también flotaron los procedimientos usados por
Petroecuador y la Armada para proveer de combustible a través de barcos tanqueros a
las Islas Encantadas y a buena parte del territorio nacional. De esta manera, la
mancha de combustible también llegó al continente.
ERROR INCREÃBLE
Que un capitán de barco, con 35 años de experiencia en alta mar, como Tarquino
Arévalo, confunda una boya con un faro es tan increÃble como que cualquiera de
nosotros al mando de un vehÃculo confundiésemos un callejón con una autopista. Eso
pasó en Galápagos.
La capital de Galápagos, San Cristóbal se encuentra al pie de una bahÃa semicircular,
denominada de Naufragio. Para ingresar allá, sobre todo si es en la noche, los marinos
se guÃan por un faro cuya luz alumbra siete millas. Cuando están cerca al faro, giran a
la izquierda y se enfilan con otro faro ubicado en el malecón de la pequeña ciudad.
El Jessica escogió la tenue luz de una boya ubicada sobre el arrecife Schiavoni para
desde allà girar a la izquierda. Entonces, la popa se quedó en la roca submarina. Eran
las 21h30. La marea estaba al tope. Salir se volvió imposible. Los planes de la
tripulación de descansar en San Cristóbal para encontrarse al amanecer del miércoles
17 con el Galápagos Explorer en una bahÃa cercana, también se fueron a pique.
¿QUà HACÃA ALLÃ?
El Jessica habÃa zarpado el 12 de enero del terminal petrolero de La Libertad con 160
mil galones de diesel de Petrocomercial que debÃa llevar a Baltra. En el trayecto se
acercó al Buque Doris I, que estaba dañado, para recoger 80 mil galones de IFO
(Intermedial Fuel Oil) para el crucero Galápagos Explorer.
La historia empezó con el varamiento del Doris I que es el surtidor oficial de IFO para
el crucero Galápagos Explorer, una lujosa embarcación operada por la compañÃa
Canodros. El Doris, el único en el Ecuador con doble casco, pertenece a la compañÃa
Martipa, cuyo representante es Carlos Rhor, hijo polÃtico del ministro de Defensa
Nacional, almirante Hugo Unda Aguirre.
Cuando se daña el Doris I en alta mar, el domingo siete de enero, Martipa empieza a
buscar otro barco con el fin de cumplir su compromiso con el Galápagos Explorer.
Inicialmente se contactan con Navipac, la más grande naviera del paÃs, pero reciben
una negativa debido a que ellos no tenÃan ningún buque disponible. La única compañÃa
con buques parados era Acotramar, de propiedad de Laura Maldonado de Arcos.
Entonces, es Martipa la empresa que llega a un acuerdo con Acotramar, propietaria
del Jessica, para llevar el IFO.
El Jessica es, o era, un buque construido en Japón en 1971 y que se encontraba sin
flete, sin seguros al dÃa y sometido a reparaciones, desde el 25 de noviembre. Más de
un mes estuvo fondeado en el área de cuarentena del puerto marÃtimo de Guayaquil.
Allà compartÃa aguas con otros dos buques de la misma Acotramar: el Beauford y el
Tatiana VI, uno más dañado que otro.
Pero el Jessica no era ninguna maravilla. No tanto por sus 30 años de vida, sino por el
pobre mantenimiento a que era sometido. Según expertos armadores, un buque
tanque debe entrar a dique, para por lo menos pintar el casco, una vez cada dos años.
Según los registros de la Digmer, Dirección General de la Marina Mercante, fue en
agosto de 1997, hace tres años y medio, la última vez que el Jessica barco hizo un
mantenimiento total del casco y sistemas de propulsión, en el astillero Batadur,
ubicado en Durán. A pesar de esto el certificado de navegabilidad otorgado por la
Digmer estaba vigente hasta marzo.
BENDITO DESABASTECIMIENTO
En los últimos dÃas del 2000 y primeros del 2001, en Galápagos se vivÃa un
desabastecimiento de diesel y gasolina.
Quien provee de combustible a la región insular es Petrocomercial a través de un
convenio suscrito con la Armada del Ecuador. La operación la realiza el buque tanque
Taurus, propiedad de la I Zona Naval.
El dos de diciembre del 2000, el Taurus zarpó de La Libertad con 300 mil galones de
combustible. Según los reportes de Petrocomercial, para el 28 de diciembre ya se
acabaron las existencias de diesel en Baltra. Pero el Taurus no zarpó sino hasta el tres
de enero del 2001. Esos dÃas, a ningún funcionario de Petrocomercial se le ocurrió
contratar otro buque para cubrir la emergencia. Los isleños, como siempre, tenÃan que
esperar la buena voluntad del Taurus.
Las nuevas reservas de combustible, presionadas por la demanda, no duraron mucho.
Y cuando el Taurus daba media vuelta, el ocho de enero, Julio Guerrero , jefe
encargado de la sucursal Galápagos de Petrocomercial, pidió que se programe
inmediatamente otro cargamento para el Taurus que, según sus cálculos, saldrÃa de La
Libertad el 16 de enero y llegarÃa el 19.
El 10 de enero, cuando se conoció que el daño del Doris era irreversible y que el
Galápagos Explorer buscaba con desesperación su reabastecimiento, un nuevo
memorando de Julio Guerrero, enviado a las 8H07, plantea por primera vez la
posibilidad de buscar otro buque, diferente al Taurus, para llevar urgentemente
combustible a Galápagos y además surtir de IFO al lujoso crucero.
El mismo 10 de enero, a las 10H59, Guerrero da más explicaciones de su apuro. "El
stock en el terminal de Baltra es de 87 mil galones de diesel. El promedio de despacho
diario actual es de 12 mil galones, por lo que como comprenderá, hasta que retorne el
buque Taurus que será el 20 de los corrientes, se deberá proceder a un racionamiento
estricto en los despachos en el Terminal".
Ese mismo dÃa, el ingeniero Antonio Palacios Frugone, subgerente de Petrocomercial
en Guayaquil, pidió a su superior en Quito: "Agradeceré su gestión ante la gerencia de
Comercio Internacional a fin de que por esta ocasión se contrate un buque tanque
para el cabotaje de 160 mil galones de diesel y 50 mil de gasolina". Sustenta su
pedido diciendo que conoce que el Taurus no retornarÃa a Galápagos hasta dentro de
15 dÃas.
Extrañamente, en cada comunicación, los funcionarios de Petrocomercial se
mostraban más pesimistas sobre la fecha en que el Taurus podÃa retornar con más
combustible a las islas. Los dos dÃas iniciales se conviertieron en 15.
Además, en esa misma carta Palacios adjunta las caracterÃsticas "del posible buque
tanque que deberÃa reabastecer estos combustibles". El anexo es un fax titulado:
"CaracterÃsticas generales del B/T Jessica". Ese fax habÃa llegado inicialmente a
Petrocomercial a las 6H40 del 10 de enero, desde la oficina de Carlos Rhor, yerno del
almirante Unda y dueño del averiado buque Doris I.
Es decir que cuando Julio Guerrero, desde Galápagos, madrugó para pedir que se
contratara otro buque, en Guayaquil ya se sabÃa, dos horas antes, que habÃa un buque
esperando por el negocio.
El mismo dÃa se procesa en Quito el pedido de Palacios y Guerrero y se pide a la
Armada que designe un tanquero para embarcar el combustible. Antes de las 10H00
del dÃa siguiente el vicealmirante Bulmaro RodrÃguez, comandante de la Primera Zona
Naval ya informó que "el viaje solicitado lo realizará el B/T Jessica, transportando 160
mil galones de diesel". Por alguna razón, el vicealmirante RodrÃguez consideró que ese
avejentado barco no debÃa llevar gasolina, sino solo diesel.
En la madrugada del dÃa 12, el Jessica salió de su baradero rumbo a La Libertad a
donde llegó a las 17h30 para cargar el diesel de Petrocomercial. En La Libertad se
conoce que una de las normas de transporte es que el buque Tauros o su sustituto,
que lleve combustible a Galápagos única y exclusivamente debe transportar el
producto de Petrocomercial. Es por esto que del terminal petrolero, el Jessica solo
salió con diesel para Baltra y que en su hoja de ruta nunca mencionó que primero irÃa
a San Cristóbal a reabastecer al Galápagos Explorer. (Texto tomado de la Revista
Vistazo) (Edición 25-01-2001)