La Federación de Organizaciones Campesinas del Cordón Fronterizo Ecuatoriano de Sucumbíos (Forccofes) pidió hoy al Gobierno que no firme ningún convenio con Colombia que suponga la reanudación de las fumigaciones antidrogas en la zona fronteriza.

El presidente de la Forccofes, Daniel Alarcón, indicó a Efe que su organización pide que Colombia vea otra forma de destruir los cultivos ilegales en su lado de la frontera, que no sea a través de las fumigaciones aéreas que causaron daños también en el lado ecuatoriano cuando se ejecutaron entre 2000 y 2007.

El Gobierno ecuatoriano demandó en 2008 al del país vecino ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, por considerar que las aspersiones aéreas con el herbicida glifosato había generado graves afecciones de salud a sus pobladores en la frontera, así como a la vegetación y fauna de la zona.

El pasado 24 de agosto, Correa anunció que los dos países ultiman un acuerdo, que estaría "prácticamente listo", para poner fin a la demanda en La Haya.

El mandatario señaló que el acuerdo establece, entre otras cosas, que Colombia avisará a Ecuador si las aspersiones ingresan en una franja de seguridad de diez kilómetros dentro de territorio colombiano.

Además, dijo que los aviones colombianos no podrán fumigar desde una altura superior a los 40 metros si entran en la zona de seguridad para evitar que el herbicida, por efecto del viento, llegue a zonas ecuatorianas.

De su lado, el presidente de la Forccofes dijo no estar de acuerdo con el convenio, pues para él supone la reanudación de las fumigaciones áreas en la frontera, que se habían suspendido en 2007.

Los campesinos exigen "que no se fumigue dentro de la zona de los diez kilómetros, que los colombianos vean la forma cómo erradicar (los cultivos de drogas), porque si se fumiga a 40 metros de altura, el veneno nos llega de todas formas", aseguró Alarcón.

Además, señaló que un documento sobre el posible acuerdo advierte que Colombia podría efectuar algunas pruebas con las aspersiones para que el herbicida llegue a sólo un kilómetro del río San Miguel, que sirve de límite entre la provincia ecuatoriana de Sucumbíos y el departamento colombiano de Putumayo.

"Eso sería empezar nuevamente el problema", remarcó Alarcón tras recordar que en el anterior proceso de aspersiones se llegó a determinar que el glifosato lanzado desde el aire cubrió extensas zonas ecuatorianas "hasta unos 40 ó 50 kilómetros dentro de la frontera".

"No podemos permitir que vuelva a ocurrir", agregó el líder campesino al precisar que hoy mismo su organización envió una carta al presidente Correa con los planteamientos de las más de 110 asociaciones campesinas que integran su grupo.

"Hemos vivido en carne propia, nuestras tierras se han deteriorado" por la caída del glifosato que botaban los aviones colombianos, señaló Alarcón e indicó que esos efectos "todavía se sienten, se sienten las enfermedades, la gente es ahora más frágil para contraer enfermedades que antes no habían".

Alarcón recordó que los campesinos de la frontera también han pedido audiencia a Correa para discutir sus propuestas ya que, según dijo, son ellos los que han padecido los efectos de las fumigaciones "de forma directa". EFE

 

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