Las confesiones de
José Ignacio Chauvin, ex funcionario de Gobierno, admitiendo su estrecha amistad con las
FARC,
no deben interferir en la crisis que mantiene rotas desde hace un año las relaciones entre Bogotá y Quito, dijo hoy el representante ecuatoriano ante la
OEA, Efrén Cocíos.
"No creo que esto vaya afectar a la relación de los dos países. Es un tema de infiltración, por un lado, y de delincuencia común, por otro, que tiene que ser sometido a los jueces competentes", afirmó el embajador Cocíos.
El Gobierno ecuatoriano ha deslindado cualquier relación con las entrevistas que sostuvo
José Chauvín con Raúl Reyes, el número dos de las FARC abatido por fuerzas colombianas durante un bombardeo en territorio ecuatoriano el 1 de marzo de 2008.
Chauvín fue detenido por presuntos nexos con el
narcotráfico. El ex funcionario negó esas imputaciones pero aceptó haberse reunido en siete ocasiones con Reyes para gestionar la liberación de rehenes.
A raíz de la incursión en su territorio, Ecuador mantiene rotas las relaciones con
Colombia y ha condicionado su restablecimiento al fin de las denuncias vinculando al Gobierno con la
guerrilla de las FARC, entre otros requisitos.
"El presidente ha recordado que Ecuador estaría en condiciones de restablecer la relaciones diplomáticas siempre y cuando se cumplan con los cinco requisitos que el país conoce", enfatizó Cocíos.
Entre esas condiciones también figuran una indemnización por el ataque de hace un año, ayuda económica para la atención de refugiados colombianos y entrega de información sobre el bombardero, en el que según Quito pudo haber participado
Estados Unidos. (AFP)