Quito. 05.07.92. Alrededor de los candidatos a la presidencia
de la República, mucho más si son buenos candidatos y tienen
alguna opción de triunfo, se arremolinan muchas personas:
amigos, parientes, coidearios, asesores... cada cual con su
rol, su deseo de protagonismo, su sinceridad y su ambición.

Siempre está, sin embargo, un grupo de personas claves que, en
el caso de Sixto Durán Ballén, se ha ido configurando durante
todo el proceso que va desde su desafiliación, postulación, la
conformación del nuevo partido, la alianza con los conservadores y el
triunfo en la primera vuelta.

En esta nota se presenta una historia de la candidatura de
Sixto Durán Ballén desde las personas -cercanas e íntimas- que
tuvieron un papel clave en todo el proceso.

Si habría que mencionar las personas que empujaron a Sixto
Durán Ballén a desafiliarse del Partido Social Cristiano y a
que pensara nuevamente en la posibilidad de ser candidato a la
presidencia de la República, habría que dar cuatro nombres:
Mauricio Gándara, Jacinto Velásquez, Alfredo Crespo y su hija
Alicia Durán Ballén.

Quienes están cerca del candidato de Unidad Republicana
reconocen que estas cuatro personas fueron las claves para
llevar a Durán Ballén al proceso de "ruptura" con su partido,
y que sería a la postre, de alguna manera, también un proceso
de ruptura con su historia política, vinculada al Partido
Socialcristiano.

Gándara fue siempre un partidario y colaborador de Durán
Ballén, e incluso dirigió la campaña presidencial de 1988. Con
Velásquez, Sixto tenía una vieja amistad política como
militantes socialcristianos. Alfredo Crespo era un amigo
personal que lo veía como la única alternativa política
viable; y su hija Alicia estaba convencida de que su padre
debía llegar a la presidencia de la República.

A la idea de "Sixto candidato" que empujaron estas cuatro
personas se unieron luego Pedro López, exitoso ingeniero
quiteño, amigo íntimo de Durán Ballén; y dos jóvenes
socialcristianos, muy cercanos a él: Juan Aguirre y Santiago Correa.

La desafiliación

La desafiliación de Durán Ballén del PSC, del cual había sido
cofundador con Camilo Ponce Enríquez, fue, en términos
personales, muy duro. Entre otras razones, porque produjo su
distanciamiento con muchos amigos íntimos, entre ellos Manuel
de Guzmán y Pilar Puig, dos viejos socialcristianos que
prefirieron la opción de Jaime Nebot. De Guzmán había llegado
incluso a proponer que Sixto Durán Ballén fuera condecorado en
la asamblea en que se iba a designar a Jaime Nebot como nuevo
presidente del partido -y por lo tanto seguro candidato
presidencial-, en un gesto que muchos interpretaron como un
intento por jubilarlo anticipadamente de la vida política.

Ese momento resulta clave la relación de amistad de Sixto
Durán Ballén con dos mujeres vinculadas al mundo de la
política: Laura Coloma y Elvia de Lasso. Su importancia está
dada por ser ellas el anclaje de Sixto Durán Ballén con el
mundo de sus viejas relaciones políticas. Ellas lograron
reactivarlas fuera del Partido Social Cristiano y formaron un
núcleo que dio un gran respaldo moral y político a Durán
Ballén. "Mama Laura" y "Mama Elvia", como las llama alguien
muy cercano a Durán Ballén, son además amigas íntimas de Fina
Villalobos de Durán Ballén.

Ese grupo, que concibe también la idea de formar un partido
con el único propósito de lanzar la candidatura de Durán
Ballén, se completa con los hermanos Pablo y Rodolfo Baquerizo
y Pablo Silva.

El primero fue binomio de Sixto en 1988 y el segundo un raro
militante cefepista que llegó a la presidencia del Congreso
en 1982. Silva, en cambio, era secretario particular de Durán
Ballén, su socio y arquitecto.

Salen Gándara y Velásquez

Según versiones coincidentes, este grupo sufre la primera
ruptura -y a la postre la única- por las ambiciones de
Gándara y Velásquez, que los vuelve muy críticos -sino
contrarios- de la alianza del PUR con el Partido Conservador.

El primero porque ve en ella un debilitamiento del PUR como
partido, del que era presidente nacional y mentalizador, y el
segundo porque aspiraba ser el candidato a la vicepresidencia.

El conflicto con el Partido Conservador se agravó también
porque Alicia Durán Ballén, para entonces ya afiliada al PCE,
empujaba con fuerza la alianza de republicanos y
conservadores. La hija de Sixto se había opuesto, como la
mayoría de conservadores, a la formación del nuevo partido, y
era más de la idea de que su padre se afiliara al partido de
Alberto Dahik.

Nuevos nombres

Si se recuerda este episodio es porque marcó la salida de
Gándara y Velásquez y el aparecimiento de nuevas personas como
hombres de confianza de Durán Ballén.

Uno de ellos es Diego Paredes, ex subsecretario de Relaciones
Exteriores del gobierno de León Febres Cordero, y quien por
ser un diplomático de carrera carecía de una trayectoria
política. Paredes se convierte en una figura clave dentro de
la candidatura y su protagonismo lo pone por encima incluso de
Francisco Pólit, quien asumió la dirigencia del PUR tras la
expulsión de Gándara. Paredes ha sido el coordinador de la
campaña en toda la sierra y uno de los voceros de Durán Ballén.

La otra persona que adquiere gran importancia es Roberto Dunn,
empresario exitoso de Guayaquil y ex ministro de Gobierno de
Jaime Roldós. Dunn fue el primer candidato a diputado
nacional por el PUR y luego se convirtió en el director
nacional de la campaña, tras la renuncia a ese puesto del
banquero guayaquileño Mauro Intriago Dunn, su primo.

Los conservadores

La alianza con los conservadores consolida también la figura
de Alberto Dahik, hombre muy influyente sobre Sixto Durán
Ballén y pieza clave de todo el proceso, en parte porque él
también era un ex colaborador de León Febres Cordero que había
decidido separarse de ese grupo y enfrentarlo. La suerte
política unía , en este caso, a Durán Ballén y Dahik.

Dahik no solo que influye mucho en la campaña sino que es,
además, a quien Durán Ballén confía totalmente los temas
económicos: es el encargado de preparar el programa económico
y será el encargado de ejecutarlo si triunfan en las
elecciones de hoy.

Y junto con Dahik está su equipo de trabajo, todos
conservadores: José Vicente Maldonado, Jacinto Jijón, Juan
Mario Crespo y Franklin Maldonado.

De acuerdo con las fuentes de HOY, este grupo se constituye
con la postulación de Dahik como candidato a diputado nacional
en las elecciones de 1988. Todos han tenido experiencias
recientes de formación ya sea en Chile, Europa o EEUU. Quienes
han trabajo junto a ellos en esta campaña los reconocen como
un equipo de una eficiencia y un profesionalismo casi
matemáticos.

Y junto a Dahik está en la parte económica Pablo Lucio
Paredes, un joven economista quiteño, hijo de diplomáticos,
que se formó en Francia.

Peñaherrera y Arosemena

Hay otras personas muy próximas a Sixto Durán Ballén pero con
un rol no bien definido. La una es Blasco Peñaherrera, un
político profesional, que ha trabajado para varios gobiernos,
y que empujó desde el inicio la postulación de Durán Ballén y
lo ha respaldado y defendido a lo largo de toda la campaña. No
tienen ningún vínculo que vaya más allá de la importancia
política que se reconoce a Peñaherrera en la escena nacional
y, en consecuencia también, de su decidida adhesión a la
candidatura del PUR.

La otra figura es Carlos Julio Arosemena, quien se une al PUR
para ser postulado como candidato a diputado por Guayas.
Arosemena se veía como una figura sin mayor relevancia
política, pero la importante votación que obtuvo como diputado
le dio un gran protagonismo en la segunda vuelta electoral.

Sin embargo, la suya es una presencia conflictiva porque
Arosemena, a estas alturas de su vida, es un personaje que
tiene vuelo propio y difícilmente hace parte de un proyecto.
El está por encima de todos y actúa por cuenta propia. (A1)
EXPLORED
en Autor: Felipe Burbano - [email protected] Ciudad N/D

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