Quito. 08 nov 99. De mayo a septiembre, este año lleva una
ventaja sobre 1998 de USD 494,5 millones. La Balanza Comercial
tiene un saldo a favor de USD 1 085 millones.

El sector exportador lucha contra la corriente de la economía
ecuatoriana. Pese a la contracción del consumo y a las
dificultades para mejorar los índices de la base productiva del
país, los empresarios que buscan mercados en el exterior
mantienen una importante contribución en los ingresos de divisas.

La prueba de ello es que desde mayo, paulatinamente, los montos
de ingreso en divisas por exportación superan en este año a los
de 1998. Es decir que si se suman las ventas mensuales, desde ese
mes hasta septiembre, en 1999 hay una ventaja sobre ese mismo
periodo del 98 de USD 494,5 millones

No se pueden dejar de lado los problemas de un sector como el
camaronero, que muestra una reducción en las ventas de USD 171
millones, comparando los periodos enero-septiembre de este año
y el anterior. Esto representa un 25 por ciento de caída en los
ingresos por ese producto.

Tampoco se puede desconocer la baja de la participación bananera,
segundo producto de exportación ecuatoriano, detrás del petróleo.

Esta fruta muestra desde el año anterior un retroceso que se
acentuó en los primeros tres trimestres del presente año. En los
nueve meses de 1997 su contribución superó los USD mil millones
y este año la cifra llegó a USD 738,1 millones.

De todas maneras, otros productos como el cacao, la madera, el
pescado y los productos no tradicionales industrializados
muestran una importante recuperación en los últimos meses.

Pero definitivamente, las ventas de crudo son las que sostienen
la balanza ecuatoriana. La suma de su aporte para el periodo
enero-septiembre de este año supera al del anterior en USD 207
millones.

En resumen, aunque el total de exportaciones hasta septiembre
(USD 3 158,9 millones) no alcanza el nivel de 1998 ((3 221,3
millones) y menos el de 1997 cuando alcanzaron USD 3 956,5
millones, su crecimiento sostenido es evidente (ver gráficos).

Según el Reporte Macroeconómico de Picaval, elaborado el mes
anterior, el beneficio para el país por el crecimiento de las
exportaciones se refleja en que "podría constituir uno de los
únicos mecanismos que dote a la economía de la liquidez necesaria
en moneda extranjera para disminuir los niveles de déficit
externo y fiscal".

Ese mismo informe ya preveía que los ingresos del petróleo podían
aumentar, ya que el precio del barril referencial para el crudo
ecuatoriano (WTI) se cotizó en USD 24,31 a mediados del pasado
mes.

El crecimiento de las exportaciones ha permitido que el país
cuente a agosto de 1999, con un saldo de balanza favorable de USD
933,0 millones. Esto, si se comparan las exportaciones antes de
ser llevadas a puerto en el extranjero (FOB) con las
importaciones ya ingresadas a puerto ecuatoriano (CIF).

Ese saldo creció para septiembre: USD 1 085,4 millones. De esa
manera, la tendencia se ha revertido totalmente respecto a la
cifra de finales de 1998 cuando hubo un déficit de USD 1 372,7
millones.

La mencionada recuperación de las exportaciones iniciada
levemente en mayo de este año, tiene cada vez mayor peso en los
saldos comerciales ecuatorianos. De allí que el documento de
Picaval destaca que los saldos positivos mayores de la Balanza
Comercial del país permitirían disminuir el desequilibrio de la
Balanza de Pagos, "frente a una situación de débil ingreso de
capitales externos al país".

En la última se contemplan rubros como la variación de la Reserva
Monetaria, los montos de las inversiones extranjeras en el país,
los servicios por deuda externa y otros, a más del saldo
comercial.

Por ello, en la Balanza de Pagos repercute la reducción de la
inversión extranjera que registró una importante caída de 31,6
por ciento hasta septiembre. Como consecuencia, Ecuador dejó de
percibir unos USD 1 587 millones, a la cotización actual.

En la perspectiva de apoyar el incremento de las exportaciones,
las autoridades de la Corporación de Promoción de Exportaciones
e Inversiones (Corpei) y del Ministerio de Comercio Exterior
(Micip), llevan adelante un programa para mejorar la
competitividad y vinculación a mercados externos de unas 500
medianas, pequeñas y grandes empresas y a alrededor de 2 000
microempresas ecuatorianas.

Para acceder a recursos frescos, las empresas deben elaborar un
plan de negocios con actividades enfocadas a nuevos productos.
La base es un crédito del Banco Mundial (BM) por USD 21 millones.

Los límites a vencer por los productores son múltiples

El problema para el sector productivo es la inestabilidad de los
indicadores macroeconómicos afectados por el bloqueo político que
vive el país desde inicios de año y que ahora tiene atisbos de
solución.

La volatilidad del dólar, por ejemplo, impide a los empresarios
tener claridad en sus proyecciones futuras. A parte de eso, la
espera por los primeros USD 400 millones que permitirán
fortalecer al sistema financiero ecuatoriano y, por ende, filtrar
recursos frescos para el aparato productivo, se prolonga y, al
parecer, podrían llegar recién a inicios del 2000.

Hasta tanto, 14 bancos pasaron, bajo diferentes modalidades, a
control del Estado. Esto hace que el sistema bancario actúe con
menos instituciones. Según el Reporte de Picaval, "esta situación
implica una menor captación de depósitos y por lo tanto menor
concesión de crédito". Esto sin hacer cuenta de las restricciones
que imponen las tasas de interés.

El análisis de ese Reporte revela que las tasas activas no han
manifestado una tendencia a la baja con la misma claridad con la
que han hecho las pasivas. Los niveles de las activas tanto en
sucres como en dólares siguen altos, aunque no tanto como entre
junio y julio pasados. Al 7 de junio, esa tasa en sucres fue
71,41 por ciento, mientras el 20 de septiembre fue 66,8 por
ciento. En dólares, el 12 de julio alcanzó 19,68 por ciento,
mientras a mediados de septiembre fue 15,02 por ciento. Para esta
semana el Banco Central fijó su activa en sucres en 58,70 por
ciento y en dólares en 17,41 por ciento.

Con la reducción nominal de las tasas pasivas y del mantenimiento
de las tasas activas (caracterizado por mayor variabilidad), se
ha producido una ampliación de los márgenes financieros. Según
el mismo análisis, esto tenderá a corregirse siempre y cuando se
produzca una canalización real de recursos al sector productivo.
"Si el nerviosismo financiero y cambiario logra ser controlado
a través de la aprobación un presupuesto fiscal financiado, las
reformas tributarias que permiten generar ingresos en el largo
plazo, la consecución de la firma de la carta de intención y el
inicio del proceso de reestructuración de la deuda, es probable
que la actual tendencia decreciente de las tasas de interés se
mantenga". (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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