Quito. 22 jul 98. La tecnologÃa entra a competir con la fuente
de empleo de los no videntes. Los monederos y tarjeteros
privados se llevan a los usuarios.
Sus dedos blancos y ágiles reconocen cada uno de los 10
orificios del teléfono de disco color gris. Una pequeña mesa
verde, una silla de madera desgastada, una grabadora y una
guÃa telefónica son sus herramientas de trabajo.
A la entrada del edificio de la Emap Quito, en las Avdas.
Alemania y Mariana de Jesús, de lunes a viernes, desde las
08h00, Manuel Lidioma, de 58 años y ciego de nacimiento,
empieza su jornada de trabajo que termina a las 17h00.
Desde hace cinco años vive del alquiler de una lÃnea
telefónica que le permite mantener modestamente a su esposa y
ayudar a sus dos hijos y a sus nietos. Sin embargo, Lidioma
cuenta que sus ingresos han disminuido significativamente,
primero por la competencia desleal de las personas videntes
que, junto a los puestos de caramelos, instalan una lÃnea
telefónica; y, segundo, por la instalación de cientos de
monederos y cabinas de la telefonÃa privada.
El promedio diario de llamadas que atendÃa era de 50 a 60, hoy
recibe 20 como máximo.
Pero lo que más le preocupa por ahora, es el desmedido
incremento que sus planillas de teléfono han registrado en los
dos últimos meses.
"Yo pagaba mensualmente cuentas de 160 y hasta 190 mil sucres,
pero en junio subió a 839 mil y no gana tanto dinero como para
pagar ese monto tan alto. Me cobran como si fuera una lÃnea
comercial o industrial. Pienso que me van a cortar en
cualquier momento. No sé qué voy hacer, tal vez tenga que
regresar a pedir caridad en las calles".
El hombre de esta historia está afiliado a la Asociación de
Telefonistas Ciegos de Pichincha "9 de Marzo". Esta
organización que tiene su oficina en las calles BolÃvar y
Venezuela, en el edificio BolÃvar y tiene 50 socios.
Como Lidioma, otra afiliada a la Asociación, Blanca Córdova,
enfrenta una situación más grave todavÃa. Esta mujer, de
cabello negro y ciega del ojo derecho y con baja visión en el
izquierdo, cuenta que hace dos meses perdió la lÃnea.
"Tuve que cerrar mi puesto en la Avda. 10 de Agosto y
Santiago, las facturas de junio y julio salieron por un millón
400 mil sucres y era imposible conseguir ese dinero. Además la
clientela habÃa disminuido, lo que me afectó más es que han
puesto teléfonos de monedero en cada parada del Trole y
teléfonos tarjeteros en restaurantes y todo tipo de negocios y
al primer mes que no pagué me cortaron la lÃnea".
Córdova es jefa de hogar, tiene tres hijos bajo su
responsabilidad y sus ojos se llenan de lágrimas cuando dice
que "este trabajo de alquiler de teléfonos fue una iniciativa
de los ciegos. Nosotros abrimos esta fuente de empleo desde
1970 y ahora muchos compañeros han tenido que vender sus
lÃneas para pagar las facturas, o como yo que nos hemos visto
obligados a cerrar el puesto. Tendremos que regresar a las
calles a mendigar o a cantar en los parques".
Según cifras de la Asociación "9 de Marzo", en el paÃs hay
alrededor de 2.000 telefonistas ciegos. Raúl Páez, presidente
de la Asociación, señala que esta forma de generar ingresos se
la consiguió 30 años atrás.
Las lÃneas se obtuvieron a nivel personal, con nuestro dinero.
Actualmente hemos apelado a la sensibilidad de Andinatel para
que se dé preferencia a los ciegos que trabajan en el servicio
telefónico al público, exonerando de ciertos impuestos.
Páez es muy enfático cuando reflexiona que la Ley de
Discapacidades es letra muerta que en la realidad no es un
instrumento para fomentar la integración de las personas con
limitaciones al desarrollo del paÃs.
Para Julio Barba, presidente de la Federación Nacional de
Ciegos, con sede en Riobamba, la expansión de las empresas
privadas de telefonÃa es uno de los factores que han golpeado
a los telefonistas ciegos, pero lo que realmente más impacto
ha causado es la falta de sensibilidad en los cobros de
facturas elevadÃsimas e impuestos.
En el paÃs, aunque no se ha realizado un censo para saber
cuántas personas no videntes existen, según Naciones Unidas
habrÃan 80 mil. Sin embargo, solo 3.000 ciegos están
organizados en la Federación Nacional, que está integrada por
28 filiales o asociaciones, de las cuales 16 son instituciones
de rehabilitación y capacitación.
Para los no videntes que no están organizados conseguir
empleo, recibir capacitación o reclamar por sus derechos es
triplemente difÃcil, agrega Barba.
También afirma que aproximadamente el 80 por ciento de
personas ciegas que están afiliadas,a la Federación trabaja en
el alquiler de teléfonos. La Federación firmó en enero de este
año un convenio con la Organizacional Nacional de Ciegos de
España, el Innfa y la Dirección Nacional de Discapacidades del
Ministerio de Bienestar Social, para instalar 100 cabinas
telefónicas en diversas ciudades para ser administradas por
ciegos.
El próximo mes entrarán a funcionar. El 90 por ciento del
financiamiento, es decir 120 mil dólares, es un aporte de la
Organización de Ciegos de España, y el 20 por ciento lo ponen
el Innfa y el Ministerio de Bienestar Social. Este convenio
asegurará 100 nuevos puestos de trabajo para los no videntes.
José Montenegro SolÃs, presidente de la Sociedad de Ciegos de
Pichincha "Luis Braille", que tiene 60 socios, señala que en
la organización que preside 12 personas trabajan en teléfonos
de alquiler y han sufrido una baja notable de ingresos.
"La integración de las personas con algún tipo de discapacidad
a la producción y espacios de participación es muy difÃcil.
Esta es una sociedad eminentemente discriminatoria y cuesta
mucho abrir espacios.
Es necesario que las empresas privadas de telefonÃa piensen en
una manera de incorporar a los ciegos a sus planes de
crecimiento. Tal vez si permiten que los ciegos organizados
ocupen áreas estratégicas de las ciudades como, por ejemplo,
los aeropuertos, hospitales, supermercados o bancos, la
integración de los discapacitados empezará.
José Córdova, presidente ejecutivo de Andinatel, señala que
esta empresa acaba de firmar un convenio con la Asociación de
Telefonistas Ciegos "9 de Marzo" y el Innfa, el cual libera de
la cuota de inscripción a los telefonistas ciegos. La
responsabilidad estará en manos del Innfa.
Córdova añade que los telefonistas no videntes están en la
categorÃa comercial y la exoneración serÃa en la cuota de
inscripción que llega a tres millones 850 mil sucres.
La polÃtica de Andinatel es apoyar a los ciegos que viven de
el alquiler de las lÃneas, pero esta exoneración es un
beneficio social solo para este grupo, el convenio es una
excepción. Andinatel concederá 500 lÃneas en el paÃs con esta
nueva exclusión, aún no se fijó la fecha.
Mientras tanto, a las 17h00, Lidioma guardó el teléfono gris y
la mesita verde en una bodega de la Empresa Metropolitana de
Agua Potable y Alcantarillado (Emap).
La ganancia del martes 14 sumó 25 mil sucres. Eso ya no le da
para mantener a los seis miembros de su familia.
La organización es su mejor estrategia
Los libros especiales * Una de las más importantes obras que
la Federación Nacional de Ciegos sacó adelante es la creación
de la Imprenta Braille que funciona en Riobamba. Aquà se
imprimen textos y revistas para adultos y niños que se
entregan en todo el paÃs gratis.
Las 100 cabinas * En agosto funcionarán 30 en Pichincha, 5 en
Ibarra, 5 en Ambato, 6 en Riobamba, 3 en Puyo, 5 en Latacunga,
15 en Cuenca, 6 en Loja, 20 en Guayaquil, 5 en Portoviejo y 5
en Machala.
Las cifras * El Sistema de Información Referencial del
Conadis, revela que el 15 por ciento de no videntes tiene
trabajo propio, el 10 por ciento empleo en una dependencia
privada, un 10 por ciento trabaja en instancias públicas y el
65 por ciento no responde. Esto se interpreta como que no
tiene ocupación remunerada. 826 ciegos tienen carné de
discapacidades. Porta Aló, unidad de telefonÃa pública de
Porta, tiene instaladas 1.800 cabinas a nivel nacional y 900
en Quito. (Texto tomado de El Comercio)