Dayana Vinueza
Desde Medellín
La marca francesa presentó una de las pasarelas más divertidas y coloridas de la noche del miércoles 23. Su nueva colección se basa en la tendencia folky, un tema rico en texturas que tiene influencia en los años setenta.
En una recreación de una calle latinoamericana, Gef puso a bailar a sus modelos. Pasearon por la avenida muy relajados y luciendo prendas llenas de contrastes. En medio de la escena estaba un grupo musical que tocó en vivo mientras los modelos desfilaban.
Los ritmos afro encendieron al público, que se levantó de sus asientos y se puso a bailar para acompañar a los modelos.
Después salió un grupo de baile profesional que acabó de encender la fiesta. La paleta de colores de la colección incluye tonos rosados, que van de intensos a claros, resaltados por el azul oscuro y el vino. También aparecen los naranjas diluidos acompañados de tonos miel para matizar las prendas. Los acentos metálicos, en especial el dorado, aparecen para decorar y resaltar las texturas.
A través de las grafías se exploran las artesanías folclóricas que se aplican a bordados y estampados. Hay jackares de flores multicolor, formas geométricas y algunas figuras barrocas. La colección tiene prendas con tejidos de apariencia rústica que se contrastan con seda y algodón. Se usa el concepto de prenda sobre prenda por lo que se usa colores de fondo brillantes y otros neutros. Los jeans se usan desgastados y con estampados de flores, los shorts y vestidos usan telas suaves y fluidas.
Poder femenino con toques ancestrales
La tarde del miércoles 23 estuvo marcada de un fuerte acento femenino. En la pasarela de Agua Bendita se mostraron vestidos de baño y complementos con un detallista trabajo artesanal. La colección se inspiró en la integración del constructivismo, el expresionismo y el neoplasticismo, bajo una estética fuerte con aires militares que le da la bienvenida a una nueva era de la marca.
El poder del diseño femenino siguió con la presencia de Renata Lozano y una colección en la que se interesa por interpretar paisajes antiguos colombianos por medio de estampados étnicos, tejidos y técnicas ancestrales.
Las ranas fueron las protagonistas de su colección "Cromos". Fueron bordadas en varias de las prendas con diferentes texturas y colores. Lozano escogió una paleta con tonos azul, amarillo, jengibre, tierra y arcilla que hacen referencia a los minerales rescatados de lo profundo de la tierra.
Dentro de este universo étnico se logra un equilibrio con un amplio clóset de opciones para la mujer contemporánea. Hay pantalones de tiro medio, shorts, faldas largas, blusones y camisetas que se ajustan a la silueta femenina. En cuanto a telas se usa la seda, el algodón, la cibelina y el mesh.
Por su parte, Beatriz Camacho convirtió su nueva colección en un exótico viaje por el Pacífico, explorando los colores de la tierra, el mar, las imágenes tribales, las flores, las máscaras, las plumas y toda la exuberancia natural.
Las transparencias y los brocados en tonos dorados y plata adornaron todas sus prendas. Es una colección muy elegante y que transforma el color y diversidad de la naturaleza en piezas de alta costura.