Hace 2 años la revista semana viene denunciando el caso
Lejos de identificar y sancionar a los responsables, Ricardo Calderón, periodista que destapó los lujos y negocios de 150 uniformados, fue víctima de un atentado este mes
En abril de 2011 se destapó el mayor escándalo que ha tenido que asumir el Gobierno de Juan Manuel Santos.
En esa fecha, la revista Semana sacó a la luz una serie de beneficios de los que gozaban militares condenados con prisión de hasta 30 años por corrupción y delitos de lesa humanidad en el Centro de Reclusión Militar (CRM) ubicado en Tolemaida.
Bajo el titular ‘Tolemaida Resort’, la investigación periodística realizada por el periodista Ricardo Calderón; Alejandro Santos, director, y Álvaro Sierra, editor jefe de la revista colombiana, abrió un intenso debate respecto a si los militares deberían purgar sus condenas en reclusorios comunes o en unidades militares.
Ahora, dos años después, el tema vuelve a estar al rojo vivo. Semana reveló nuevamente cómo uniformados se saltan las reglas del penal militar. Descubrió, por ejemplo, que por $10 mil o $20 mil los dejan salir.
Fiestas con licor, paseos de los detenidos a las playas y todo tipo de negocios en las instalaciones son parte de una larga lista de anomalías y libertades de las que gozaban los militares condenados a altas penas por homicidios, masacres, torturas y secuestros.
Al estallar el escándalo conocido como ‘Tolemaida Resort’, el Ejército negó las irregularidades.
Un mes después, una comisión del Ministerio de Defensa (MDD) corroboró las denuncias publicadas por la revista. Entre otras cosas señaló en un informe: "Se evidencia que el Centro de Reclusión Militar de Tolemaida se convirtió en un desorden administrativo sin precedentes, con alto grado de corrupción".
Después de detectar 124 anomalías, la comisión formuló remedios para evitar que siguieran ocurriendo. Desde entonces, el caso pasó al olvido.
Pero, lejos de investigar y sancionar a los responsables, el periodista Ricardo Calderón fue blanco de un atentado por pistoleros del que salió ileso.
El pasado 1.° de mayo, su vehículo particular recibió cinco disparos en una carretera entre Ibagué y Bogotá.
El atentado fue perpetrado después de que Calderón habló con algunas fuentes sobre presuntas irregularidades en la gestión de una base militar que también sirve de prisión.
Alejandro Santos, director de Semana dijo a la emisora Blu Radio que Calderón se dio cuenta de que lo seguían y aseguró que no se trata de sicarios sueltos, sino de algo más delicado.
Según el relato de Calderón, los delincuentes le cerraron el paso en un peaje, lo llamaron por su nombre y apenas les contestó, le comenzaron a disparar.
Santos dijo que el ataque no solo afecta a su periodista, a quien defendió y respaldó, sino a la libertad de prensa.
En un mensaje de Twitter, el presidente Juan Manuel Santos pidió al director de la Policía, José León, que se encargue personalmente de la investigación.
Jorge Nieto, al mando de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín), dijo que las investigaciones comenzaron el mismo día que se produjo el ataque.
El comandante de las Fuerzas Militares, Alejandro Navas, remarcó su intención de que se conozca la verdad.
Entre otros asuntos, Ricardo Calderón investiga denuncias por seguimientos y escuchas ilegales efectuadas durante la década pasada por la desmantelada agencia de inteligencia colombiana DAS a periodistas, jueces y opositores del expresidente Álvaro Uribe Vélez. (Semana/ElTiempo/EFE)
Amenazas, espionaje telefónico y hackeo de computadoras contra Semana
En una entrevista con el diario El Tiempo, Alejandro Santos, director de Semana, dijo que, en el transcurso de las investigaciones que han destapado grandes escándalos, han vivido de todo: amenazas, seguimientos, interceptaciones telefónicas, hackeo de computadores, patrullajes por las instalaciones y las casas de los periodistas con antenas para grabar e interceptar las cajas de teléfonos.
Santos dice que optaron por no denunciar el acoso públicamente sino ante las autoridades porque consideran que los protagonistas deben ser las investigaciones, no los periodistas.
También contó que descubrieron un micrófono en la redacción, cuando se dañó un bombillo y hubo que remover el techo. El moderno aparato se activaba por control remoto. Antes del atentado, Ricardo Calderón preparaba una nueva entrega sobre el CRM.
Las ONG se preocupan y exigen investigar
Libertad de prensa
El director para América de la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, consideró que el atentado a Ricardo Calderón es un hecho de la mayor gravedad.
Se declaró en alerta y expresó su confianza en las autoridades policiales y de la Fiscalía para que determinen el origen del repudiable atentado.
Para él, este hecho retrocede a Colombia a épocas que "creímos que estaban superadas".
Vivanco destacó el trabajo de Calderón y aseguró que ha organizado investigaciones que han puesto en la mira a sectores poderosos, muchas veces vinculados al Ejército, y a paramilitares vinculados con agentes de seguridad.
Y advirtió que hay sectores que quieren acallar al periodismo de investigación.
Contactada por la radio RCN, la relatora para la Libertad de Expresión, la colombiana Catalina Botero, pidió a las autoridades investigar el hecho. Para ella, Semana es un ejemplo de cómo los medios en Colombia actúan para revelar la corrupción y los abusos.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) opina que el atentado evidencia que persisten estructuras criminales que permean la institucionalidad colombiana, toda vez que las investigaciones de Calderón apuntaban a desenmascarar graves hechos de corrupción al interior del Ejército.
La Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) repudió lo ocurrido, en particular que los atacantes hayan llamado por su nombre al periodista.